viernes, 25 de noviembre de 2016

Fax

El otro día me pidieron en el centro de salud que, para solicitar cita con el traumatólogo, enviara el volante a un ambulatorio… por fax. Por fax, sí. Aquí, en la redacción del periódico, hay un fax integrado en una máquina que hace de todo: fotocopias, escaneos, reportes… La máquina también permite enviar o recibir fax pero, que se sepa, nadie lo utiliza. Está muertito. De vez en cuando llega alguna convocatoria o alguna carta a la dirección de nostálgicos del fax, pero la mayor parte del día está muerto de la risa. El correo electrónico mató al fax como elWhatsapp ha acabado con los SMS. Hace la tira de años el fax me pareció el invento más fascinante del mundo (era muy útil para los periodistas), eso sí, nunca superado por el autoreverse del radiocasete del coche. Hoy disponemos de mil sistemas más rápidos, prácticos e interactivos que el fax. Por eso llama la atención que todavía haya quien lo use. Leo en esa enciclopedia de primera mano (no del todo fiable) que es Wikipedia, que la sanidad, las aseguradoras y las finanzas son los sectores que más utilizan el fax. Vale, ya sé que es relativamente sencillo disponer de fax desde un ordenador, pero aquí me tienen, buscando una librería, un consultorio o un despacho de Correos para enviar el dichoso volante… por fax.

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