sábado, 4 de marzo de 2017

Muertos sin auxilio

se llama Anna González. Su marido, cicloturista, murió en 2013 atropellado por un vehículo que se dio a la fuga. Detenido posteriormente, el conductor fue llevado a los tribunales por imprudencia leve (luego elevada a homicidio por imprudencia), pero no fue juzgado por omisión de socorro porque el Código Civil interpreta (ver para creer) que un fallecido no necesita auxilio. Anna se presentó ayer en el Congreso de los Diputados con 200.000 firmas que piden modificar los dos artículos del Código Penal que aluden al homicidio por imprudencia y a la omisión del deber de socorro. Pide que casos como el que ella sufrió en sus carnes no queden impunes. Pide que si ha habido una imprudencia grave o leve del conductor con resultado de muerte o lesiones graves para el ciclista (o el peatón añado), el caso vaya a juicio y deje de tramitarse como hasta ahora por la vía civil. Pide también que la omisión de socorro, el abandono de la víctima del accidente, tenga tratamiento penal. Las dos reclamaciones son tan de cajón, que la propia Anna Rodríguez ha confesado que ningún partido se ha opuesto a sus reclamaciones. Veremos si se pasa de las palabras a los hechos, o si el Ministerio de Justicia pone trabas a una injusticia que no tiene un pase.

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