Los italianos Nives Meroi y Romano Benet,
primer matrimonio que corona las catorce montañas más altas del mundo
La cumbre del Annapurna fue testigo ayer de una de las historias más
románticas que ha conocido el mundo del himalayismo. A 8.091 metros de
altura, en la cima de la Diosa de la Abundancia, Romano Benet (Tarvisio,
Italia, 1962) y Nives Meroi (Bonate Sotto, Italia, 1961) culminaron una
bellísima aventura que iniciaron hace casi 20 años y que les ha llevado
a conquistar juntos las catorce cimas más altas de la Tierra.
Meroi y Benet se convirtieron ayer en el primer matrimonio que
holla todos los ochomiles de las cordilleras del Himalaya y el
Karakorum, y en las personas de más edad en completar la colección de
cumbres más famosa del alpinismo. La pareja compartió cordada con el
alavés Alberto Zerain, el vizcaino Jonatan García y los chilenos
Sebastián Rojas y Juan Pablo Mohr para hollar el Annapurna, su último
reto, una montaña peligrosa por sus avalanchas y poco transitada por las
expediciones comerciales.
"Fue la ascensión más dura, pero también la más bonita", señaló
Meroi en palabras de su hermana Leila, recogidas por el rotativo El
Corriere della Sera.
Meroi y Benet no solo han llevado su pasión por las montañas a
las cumbres más altas del planeta sino que lo han hecho también de la
manera más romántica, a la antigua usanza. No han usado oxígeno
artificial, considerado una especie de dopaje en el himalayismo, en
ninguna de sus ascensiones, han prescindido de los sherpas, y han
utilizado el estilo alpino, es decir, escalar con el material
imprescindible y portándolo ellos mismos sobre sus espaldas.
Enfermedad Como
todas las historias de amor, la de Meroi y Benet también ha tenido sus
altibajos. La pareja se estrenó con éxito en las grandes cumbres con el
ascenso del Nanga Parbat en 1998 y poco a poco fueron sumando cimas:
Shisha Pangma, Cho Oyu, Gasherbrum I y II, Broad Peak, Lhotse,
Dhaulagiri, K-2, Everest, Manaslu... En 2008 sumaban once ochomiles y
Meroi era una de las mujeres, junto a la tolosarra Edurne Pasaban, que
aspiraba a convertirse en la primera del mundo en hollar los catorce.
Sin embargo, en 2009, en el ascenso al Kanchenjunga, Benet se sintió
indispuesto y tuvo que abandonar la expedición. De vuelta a casa, le fue
diagnosticada una aplasia medular severa, una enfermedad que requirió
dos trasplantes de médula. Meroi renunció a seguir la carrera de los
ochomiles en solitario y aguardó a que su marido se recuperara. Benet
tardó prácticamente seis años en recobrar la salud y poner su cuerpo a
punto para emprender de nuevo la marcha hacia la grandes cumbres. En
2014 ambos retomaron la inconclusa expedición al Kanchenjunga, que
culminaron con éxito. El año pasado coronaron el Manaslu y ayer
inmortalizaron su amor por los ochomiles en el Annapurna, la
decimocuarta y última fotografía de un hermoso álbum.
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