El otro día me preguntaron si la camiseta de la Real se puede comprar en Women’secret. Como es lo más parecido a un pijama de rayas... Se da la paradoja de que la Real ha decidido que el próximo domingo en Leganés no lucirá en su horrenda elástica la publicidad de su patrocinador chino, pero sigue vendiendo la prenda en sus tiendas... con el dichoso logo en la pechera. Pocas veces resulta tan apropiado hablar de la mancha publicitaria. Segunda paradoja. La Fundación Kirolgi, presidida por el diputado foral de Cultura y Deportes, firmó hace un mes un convenio de colaboración con una casa de apuestas, nuevo mecenas de esta entidad que apoya al deporte de elite guipuzcoano. Hay quien considera que la ludopatía es comparable a la adicción al tabaco, el alcohol o las drogas. Si la publicidad de alcohol y tabaco esta erradicada del deporte, ¿es lógico que se mantenga la de las apuestas deportivas? Ahí lo dejo. Tercera y última paradoja, propia de sinvergüenzas. Días antes de que el Banco Santander comprara el Banco Popular, 68 grandes empresas e instituciones públicas (con información privilegiada) retiraron fondos por valor de más de 4.000 millones. El Gobierno llamaba a la calma y pedía tranquilidad a los clientes particulares. Primos, que somos unos primos.
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