En una escena de La lista de Schindler, el comandante nazi Amon Göth (interpretado por Ralph Fiennes) practica desde un balcón el tiro al judío mientras fuma un pitillo. Göth coge su escopeta y dispara contra los prisioneros que caminan junto a los barracones como si cazara conejos. La maldad en estado puro. Cómo no recordar la escena estos días en los que el Ejército israelí ha convertido la Franja de Gaza en una carnicería. Desde que hace siete semanas los palestinos iniciaron las marchas para conmemorar el 70º aniversario de la Nakba, han muerto 114 personas y 10.000 han resultado heridas por disparos de militares de Israel. Solo la matanza del lunes se cobró 60 víctimas, de ellas ocho niños. El Ejército actuó como Amon Göth, con francotiradores que masacraron a todo aquel que se acercara a la valla que separa Gaza de Israel. La impunidad con la que mata el Gobierno sionista de Netanyahu (el miércoles dijo que en “en Gaza pruebas métodos no letales y no funcionan”) y su crueldad es propia de psicópatas. Raya la política de exterminio. Al explosivo cóctel de Oriente Medio solo le faltaba un pirómano como Trump. El cuanto peor, mejor, siempre ha sido un buen aliado de los fanáticos que anidan y gobiernan a ambos lados de la Franja.
No hay comentarios:
Publicar un comentario