El 44% de los vascos asegura en una encuesta de SEO/Birdlife y Ecoembes que no tendría problema en agacharse a recoger un papel del suelo aunque no fuera suyo, de lo que deduzco que el 66% restante solo lo haría si ese papel fuera un billete de, pongamos, diez euros. Yo tengo la manía (raro que es uno) de recoger los papeles que me encuentro en el camino desde mi casa a la pila de contenedores cuando salgo a echar la basura. Tampoco es que me encuentre toneladas. Generalmente son envoltorios. Viene bien para estirar los brazos. Luego hay otro tipo de gente que no es que no se agache, es que directamente te deja su mierda a tu paso. Todas las semanas, grupos de chavales cenan en las escaleras de acceso a esta redacción. Rara vez dejan el lugar como lo han encontrado. Así que, cuando salimos de trabajar, están desparramados por el suelo restos de pizzas, latas y cajas de cartón. La mundial le cayó a Manuela Carmena cuando propuso que los universitarios barrieran las calles de Madrid como un servicio social. Todo mi apoyo. De mecenas le puede servir Amancio Ortega, que era noticia ayer (sí, noticia) porque de paseo con su perro por la Ciudad Vieja de A Coruña se agachó para recoger las heces del chucho. Ya tienen temón para Sálvame.
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