viernes, 31 de agosto de 2018

Rectificar

A veces el deporte es como la vida. Está lleno de contradicciones. Hoy te topas con una normativa absurda, pero mañana descubres un gesto hermoso. La tenista francesa Alizé Cornet recibió el miércoles una llamada de atención del juez de silla por cambiarse la camiseta durante el partido que le enfrentaba a Johanna Larsson en el US Open. Por ridículo que parezca, en el torneo neoyorquino las mujeres tienen prohibido mudarse de camiseta en la pista, algo que no ocurre en el caso de los hombres. Las quejas (multiplicadas por mil en las redes sociales) por la sanción a la tenista fueron tales que la organización del US Open rectificó a las pocas horas, cambió el reglamento y desde ahora también les permite a ellas cambiarse de camiseta cuando estén descansando en la silla entre set y set. Frente a esa norma que parece sacada de otro tiempo, el piragüismo ha ofrecido estos últimos días uno de esos gestos que llaman la atención por inusual y porque dignifica el deporte. El piragüista noruego Eivind Vold logró el fin de semana en el Mundial de Portugal la medalla de bronce en K1 5.000 metros, pero tras una maniobra ilegal (se saltó una boya). Vold no solo ha renunciado a la presea en favor de Javier Hernanz, sino que su federación, además, ha pedido disculpas al palista asturiano. De chapeau.

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