viernes, 14 de septiembre de 2018

'Fusilar'

Hace unos años trabajaba con un colega de profesión que solía comentar que si para escribir un reportaje recurría a tres libros, aquello no era un reportaje sino un trabajo de investigación. Era broma, claro. Hoy sería un trabajo de investigación. Entre bulos, hoy llamados fake news, plagios, másteres que no son másteres, tesis en solfa, tesinas y currículums que mienten más que hablan, esto es un sinvivir. Como leí el otro día en Twitter, “verás cuando se acabe con los másteres y empiecen a revisar lo de nivel alto de inglés”. Somos muy de hinchar expedientes con habilidades que no dominamos, y también muy de copiar. En el mundo del periodismo, por ejemplo, se lleva lo que en el argot llamamos fusilar, que no es otra cosa que coger el texto de un compañero de otro medio y copiarlo como si no hubiera un mañana. O firmar como propia una información que no has escrito tú. En aquellos tiempos en los que mi colega hacía reportajes como si fueran trabajos de investigación, yo solía escribir crónicas en la sección de Deportes que al día siguiente las locutaba otro periodista en su medio de comunicación. Sin mi permiso, claro. El hombre leía párrafos enteros que había publicado yo esa mañana en mi periódico. Ahora que lo pienso, esta misma columna creo que ya la he escrito antes. Hace unos años.

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