Se llama Zaid Ait Malek. Llegó a España hace 14 años desde Marruecos escondido en los bajos de un camión, y hoy es uno de los mejores corredores de montaña del mundo (19º en el ranking mundial). Allí donde corre, Zaid derrocha energía y simpatía. Es uno de los corredores más queridos en el mundillo de lo que internacionalmente se conoce como trail running, en los últimos años ha ganado más de 80 carreras, entre ellas la Zumaia Flysch Trail o la Camille Extreme de Isaba, y ha sido cuatro veces top 10 en la Zegama-Aizkorri. Zaid pertenece al equipo Buff, lo que no quiere decir que viva de correr. Al contrario, se cuentan con los dedos de una mano los corredores que se ganan el pan corriendo por el monte. Un buen ramillete (caso de Zaid) tienen un patrocinador, pero no ganan un sueldo. Las victorias y los numerosos podios que ha logrado (el fin de semana pasado fue segundo en la prestigiosa Ultra Pirineu de Bagà, en Barcelona) no son suficientes para que la Administración le renueve su permiso de residencia. No ha sumado el número de días de trabajo necesarios para validar la autorización y se expone a una expulsión del país. El plazo vence hoy. Las redes sociales se han volcado en su apoyo. Si fuera jugador del Madrid, Florentino lo arreglaba con una llamada.
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