Pedro Sánchez anunció el pasado mes de junio la exhumación de los restos de Franco del Valle de los Caídos. Cinco meses después, la momia sigue ahí. Casi desde su toma de posesión, Sánchez se comprometió a activar la negociación de las transferencias pendientes entre el Estado y Euskadi, entre ellas las más avanzadas: un tramo de autopista y dos líneas de tren. Ahí siguen. Hace nada, el Gobierno socialista y el de Navarra acordaron que el Ejecutivo foral asuma en su totalidad la competencia de Tráfico. Dios dirá. Hace un par de semanas, el Gobierno central anunció que en 2040 no circulará por las carreteras ningún vehículo que no sea eléctrico. Ver para creer. Y, por acabar, a principios de esta semana, el ministro de Fomento insinuó que el 26 de mayo de 2019 podrían coincidir tres citas electorales, con sus correspondientes cinco urnas (Senado, Congreso, europeas, forales y municipales), lo que provocó que temblaran las redacciones de los medios de comunicación. Debe ser la nueva política. Una especie de política de Black Friday. Ofertas irresistibles para que muerdas el anzuelo y luego ya se verá. Como programa de campaña electoral, queda precioso, muy bonito, apañao. Como acción de gobierno, ya si tal lo dejamos para mañana.
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