Se llama Suku Maya. Tiene 21 años y una conmovedora historia detrás. En 2001, cinco montañeros vascos, entre ellos los guipuzcoanos Beñat Arrue e Iñaki Aiertza, murieron atrapados por una avalancha en las faldas del Pumori, en el Himalaya nepalí. Nada se pudo hacer para rescatar sus cuerpos, pero sí se hallaron varias de sus pertenencias, entre ellas una cámara de fotos. Una vez revelado el carrete, llamó la atención una foto en la que Beñat Arrue aparecía retratado junto a una niña nepalí. Un año después, los padres de los fallecidos viajaron al lugar de la tragedia. La familia de Beñat llevó la foto de la niña, la localizaron y establecieron con ella un contacto que se mantuvo durante varios años. Hace dos años, en su visita casi anual a esta zona de Nepal, encontraron a la niña (ya una adolescente) con graves problemas de salud. Tras vencer la siempre larga y engorrosa burocracia, un año después consiguieron que Suku viajara a Gipuzkoa, donde fue operada de problemas renales tras agravarse su estado de salud. De vuelta en Nepal, hoy está a la espera de recibir un trasplante de riñón. Su historia se refleja en el filme Pumori, mendiaren alaba (Pumori, la hija de la montaña), que se proyecta el próximo jueves en Azpeitia, el viernes 25 en Donostia y el martes 29 en Andoain.
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