El PSE de Donostia ha inaugurado la temporada primavera-verano de propuestas electoralespara la ciudad con un proyecto de pabellón multiusos en la ladera de Zorroaga. El alcalde, Eneko Goia, léase el PNV, como que no lo ve, EH Bildu no ha entrado al trapo y Borja Sémper, candidato del PP, apuesta por una tercera vía (en la política siempre hay terceras vías) que consiste en echar abajo el frontón Atano III y el polideportivo Josean Gasca, y levantar sobre sus escombros un nuevo y reluciente polideportivo. En tiempos de la burbuja inmobiliaria no era raro el día que nos desayunábamos con proyectos megalómanos que luego se ha demostrado que no tenían ni pies ni cabeza. Véase el Navarra Arena, un despilfarro que ha costado 60 millones de euros y que estaba acabado en 2013 pero no se abrió hasta el año pasado porque ni Blas quería asumir su deficitaria gestión. Un recinto con 11.000 asientos imposibles de cubrir por ningún club de Pamplona o Navarra. La propuesta de los socialistas donostiarras es más modesta (habla de una instalación con capacidad para 5.000 espectadores), pero incurre en los mismos errores. Frente a un nuevo pabellón multiusos, quizás es más apropiado analizar en profundidad el estado de las instalaciones de Anoeta (en global) y acometer los cambios, reformas y ampliaciones que necesitan.
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