Imagino a los organizadores del Maratón de Madrid pegados a la pantalla de la televisión durante la comparecencia de Pedro Sánchez. Como si se tratara del sorteo de una eliminatoria de Copa, con los dedos cruzados para que no cayera el 28 de abril. ¡Bingo! 28 de abril. Sánchez anunció la convocatoria de elecciones con 72 días de antelación. El maratón lo hizo con 365 días de antelación. Habitualmente, al día siguiente de acabar una edición de un maratón como el de Madrid (con cerca de 40.000 inscritos), ya se conoce la fecha de la prueba del año siguiente. Así que los organizadores del Mapoma se han quedado compuestos y sin novia. 39.000 corredores, de ellos 11.000 extranjeros y 15.000 de fuera de la Comunidad de Madrid, están pendientes de conocer la nueva fecha. Razones de seguridad impiden que la carrera coincida con la cita con las urnas, por lo que se avecina un aluvión de cancelaciones de reservas de avión, tren y hoteles. La carrera de fondo deja de ser atlética y pasa a ser electoral. Dos elecciones en menos de un mes. Pensábamos que lo habíamos visto todo tras las dos elecciones seguidas en diciembre de 2015 y junio de 2016, pero nos faltaba lo de dos comicios seguidos en un mes. Según digan todos a una que han sido los triunfadores de la noche, ya se estarán preparando para las municipales, forales y autonómicas, donde toque. Definitivamente, la vida no es un carnaval, la vida es un festival de elecciones.
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