Animado por la entrevista que la compañera Arantxa Lopetegi hizo hace unos días a Marta Goikoetxea, visité su premiado blog de viajes Rojo Cangrejo. Pero como tantas veces en Internet, sabes dónde empiezas pero no dónde acabas. Así que terminé leyendo un texto de Sara Carbonero en Elle, en el que contestaba a variopintas preguntas de lectores y lectoras, mayormente sobre asuntos de moda y belleza que, la verdad, me importan tanto como las encuestas de Estudio Estadio. El caso es que comencé buscando información sobre el tamaño de las maletas que se pueden llevar en los vuelos de Easyjet (la encontré, el blog es muy recomendable), y acabé sabiendo dónde compra Sara Carbonero losbodiesde sus criaturas. Y todo por pinchar una de las pestañas del blog con el epígrafePrensa (es deformación profesional). Pero para caso extremo de dónde empezar y dónde acabar, el Fyre Festival, un glamuroso y grandioso evento musical en una isla de Bahamas que se convirtió en una gigantesca estafa. Nació como el festival nunca visto, con estrellas, modelos einfluencers a cascoporro, y acabó con su promotor, Billy McFarland, condenado a seis años de prisión por estafa. Un documental sobre el festival, que ha causado furor en Netflix, lo explica con todo lujo de detalles. Imperdible.
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