La Gran Bretaña se va a marchar de Europa a lo grande: con un pleno de clubes ingleses en la Champions League y en la Europa League. Ni brexit blando, ni duro, ni dulce, ni salado. Un bremainfutbolístico [(Bremain, acrónimo de Britain (Reino Unido) y remain (permanecer)] a lo bestia, liderado, como en el chiste, por un alemán (Klopp), un argentino (Pochettino), un italiano con apellido de canción de Kortatu (Sarri) y un vasco de Hondarribia (Emery). Liverpool, Tottenham, Chelsea y Arsenal. No se recordaban dos semifinales de Champions como las de esta semana desde que en 1999, en el Camp Nou, el Manchester United le dio una voltereta al marcador en el descuento y dejó al Bayern Munich descompuesto y sin copa. Hubo quien fue al baño a echar un pis relámpago con 0-1 a favor de los alemanes y al volver se encontró con el 2-1 y el niño Solskjær celebrando el gol. Los ingleses dominan la Europa futbolística, que para eso inventaron este deporte. La Premier es la única gran competición del continente que se va a decidir en la última jornada, los estadios se llenan todos los fines de semana y el reparto del dinero de los derechos televisivos (el maná de los clubes) es equitativo, al contrario que en la Liga. Y sí, vamos con los reds, que desde chavales somos del Liverpool.
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