martes, 13 de agosto de 2019

'Bizipoz'

Hay deportistas que ganan infinidad de títulos pero no tienen empatía con los aficionados, eso que llamamos carisma. Otros, en cambio, nunca logran triunfos pero se hacen querer y generan buen rollo allí donde van. En el palmarés de Markel Irizar solo figuran dos triunfos en 16 años de profesional y ambos se pierden en el túnel del tiempo: la Vuelta a Andalucía de 2011 y una etapa contrarreloj del Tour de Poitou Charentes et de la Vienne de 2010. Y, sin embargo, el sábado, primero en la Clásica y luego en su localidad natal de Oñati, se despidió como un campeón. Irizar ha sido un doméstico de lujo para las figuras, ya fuera en uno de los monumentos ciclistas o en una gran vuelta (corrió 21). Un tipo sano, en todos los sentidos de la palabra, que te echa un cable aunque no le conozcas de nada. Hace unos años, un amigo sufría un problema similar al que padeció Markel cuando le diagnosticaron un cáncer de testículos. El jefe de prensa del equipo en el que corría entonces el oñatiarra me facilitó su teléfono. Le envié un mensaje para pedirle palabras de ánimo para nuestro amigo y no tardó ni dos horas en responder con un vídeo. Sentado en el autobús de su equipo después de acabar una carrera, grabó un mensaje de apoyo, un chorro de Bizipoz. Un detallazo de esos que recuerdas toda tu vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario