A lo tonto, pandemia mediante, nos hemos plantado en la tercera edición de 12 meses, 12 montes, ese reto del que hablamos en plural mayestático aunque lo haga un servidor en solitario, y que consiste en subir cada mes una cima distinta con salida y llegada en un casco urbano. Empezamos en 2018, seguimos en 2019 y en 2020, pese al bicho, hemos sumado otros doce montes. Así que vamos un total de 36, que los de letras también sabemos sumar. El año empezó a las mil maravillas, subiendo el Erlo, y de paso Xoxote, desde Azpeitia. Siguió mejor aún con el exigente ascenso a Udalaitz desde Arrasate y, a primeros de marzo, cayó el Azkua desde Etxalar, en una ruta circular que es un regalo para la vista. Pero llegó el virus y mandó parar. En abril no hubo más cimas que las escaleras de casa. En mayo se abrió la mano un poquito, suficiente para ir y venir al Ibanteli desde Bera. En julio la visita fue al Larrondo desde Azpilkueta y en junio tocó ración doble: Izu desde Igantzi y Legate desde Lekaroz, para compensar la falta de cimas en abril. En agosto llegó Gorramakil desde Amaiur, en septiembre Bianditz desde Irun, y en octubre Irubelakasko, otra vez desde Amaiur y sin cruzarme con un alma en todo el camino. Abartan desde Berroeta y Gaztelu, repleto de montañeros, desde Iltzarbe, pusieron el colofón al año. En 2021, más y mejor.
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