El 4 de junio me pusieron la primera dosis y hoy me espera la segunda. De Pfizer. Yo quería Janssen para ver si de paso me crecía una mata de pelo en la calva, pero va a ser que no. Soy de fácil conformar. Entre una vacuna y otra, he cambiado de móvil. He comprado uno nuevo. Y por si aún no lo han adivinado, tengo 5G. Chúpate esa, Bill Gates. ¡Qué maravilla el 5G! Pinchas en el móvil el icono de Twitter y sale un chorro de noticias, vídeos, fotos de unos amaneceres preciosos... También hay haters, que es como llaman ahora a los odiadores. A los que están todo el día enfurruñados, pero no cara a cara sino a través del móvil. En fin, que vacunado, con 5G y con la mascarilla en el bolsillo, mañana me he apuntado a una comida con amigos. Somos doce. Dos mesas de seis. El poteo previo será sentados. A algunos no les he visto el pelo desde la última comida de hace un año. Uno ya nos ha anunciado que va a ser padre por tercera vez (jugó a baloncesto y le gusta romper las estadísticas), otro estuvo pachucho en el hospital, a otro le atropelló un coche cuando iba en bici y otro casi pierde tres dedos con una ingletadora, que le tuve que preguntar qué diablos es eso. Afortunadamente, conserva los dedos porque a ver si no quién me va a cambiar la cámara de la bici cuando pincho.
viernes, 25 de junio de 2021
Ingletadora y 5G
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