De los creadores de la palabra racineros, que se refiere a los aficionados a rallys, subidas automovilísticas y demás cacharros a motor, llega ahora la expresión Recogida de cables. Más o menos viene a ser esa frase que se atribuye a Napoleón Bonaparte: "Una retirada a tiempo es una victoria". Aunque podría servir también para poner nombre a los desencuentros que mantienen el Gobierno Vasco y el juez Luis Ángel Garrido desde agosto de 2020. Hasta seis veces ha recogido cable Iñigo Urkullu a cuenta de otros tantos autos del ínclito magistrado. Garrido se ha erigido en el epidemiólogo en jefe de Euskadi (tomo prestada la expresión al profesor Antón Losada, que se suele referir de esta forma cuando habla del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo). Garrido es de los que prefiere ir directamente a ver la película sin necesidad de leer antes la novela en la que se basa el filme. El Gobierno Vasco presentó un recurso ante el TSJPV con, exactamente, 887 páginas de prosa, datos y documentación, y el juez se las ventiló en tres horas. Será de los que lee en diagonal. Respondió el magistrado con un auto de tres folios, "en el que todo está muy clarito", según expresó ante las cámaras de ETB. Clarinete, clarinete.
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