El centro penitenciario de San Sebastián ha pasado a denominarse centro penitenciario de Gipuzkoa por obra y gracia del Gobierno Vasco, que desde hace una semana gestiona las cárceles de la CAV. Auguro un escaso éxito a la nueva denominación. Más que nada porque todo pichichi llama cárcel de Martutene a la cárcel de Martutene y porque, cuando se estrene la nueva, todo pichichi llamará cárcel de Zubieta a la cárcel de Zubieta. Una cosa es el nombre oficial que recibe una instalación y otra distinta cómo se conoce entre el populacho, que hace y deshace a su antojo. El Gasca, Illunbe y el Atano III tienen ganado el favor del público, pero pocos se refieren al velódromo como el velódromo Antonio Elorza, que es el nombre oficial que figura en su fachada. El aeropuerto de San Sebastián es el aeropuerto de Hondarribia, y el hipódromo de San Sebastián es el hipódromo de Lasarte (o de Zubieta). No digamos nada si hablamos de clubes deportivos que cambian de patrocinador después de asociar durante años su nombre a una marca comercial. Hay quien todavía se refiere al Baskonia de baloncesto como el TAU. Y para rizar el rizo, están los comercios que cambian de dueño. Ahí tenemos a un buen número de vecinos de Oarsoaldea que, cuando van al Carrefour de Oiartzun, dicen: "Me voy al Pryca".
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