Ingenuo de mí, hace unos meses me inscribí al sorteo para la compra de entradas para los Juegos Olímpicos de París ’24. Bingo. Hace unos días me comunicaron que había sido uno de los afortunados y que del 28 de febrero al 2 de marzo dispondría de 48 horas para adquirir las localidades. Pero antes conviene explicar la mecánica del asunto. Los organizadores han dividido la venta en dos fases: desde el 15 de febrero puedes comprar entradas siempre que sean tres paquetes o lotes de localidades de tres deportes distintos, y desde el 11 de mayo se venderán entradas sueltas. París ’24 alardea de que va a sacar a la venta diez millones de billetes (nunca mejor dicho), un millón de ellos a un precio de 24 euros y casi la mitad por menos de 50 euros. Esa es la teoría, pero la práctica es bien distinta. Puesto a comprar los famosos paquetes de entradas, primer chasco. Como la venta empezó el día 15 y te ha tocado el 28, te quedas con las migajas y a un precio que ni en el restaurante de Alain Ducasse. Por ejemplo, un partido de basket de cuartos de final sale a 240 euros cada entrada, una eliminatoria de halterofilia (que no es que me apasione) a 180 euros, y asistir a una sesión matinal de atletismo en el flamante Stade de France cuesta 170 euros por cabeza, 690 euros si es por la tarde. Citius, altius, fortius... y carus.
No hay comentarios:
Publicar un comentario