Anna Gutu y Gina Marie Rzucidlo, dos montañeras de EEUU, han llevado hasta las últimas consecuencias la pugna entre ambas por convertirse en la primera mujer de su país en ascender los catorce ochomiles. En su frenética carrera por lograr este hito, el 1 de octubre Rzucidlo holló el Cho Oyu, su decimotercer ochomil, y, solo un día después, Gutu coronó también la misma montaña y tachó también el monte número 13 de su lista. Les quedaba por ascender el Shisha Pangma, curiosamente, el más pequeño de los ochomiles (8.027 metros), pero no van a vivir para contarlo. Gutu murió el pasado sábado sepultada por una avalancha a 7.800 metros. Solo dos horas después, un alud atrapó a Rzucidlo, que se encuentra desaparecida y extraoficialmente ha fallecido. Frente a la cada vez más habitual moda de intentar batir récords de velocidad en las cimas más famosas del mundo, hay quien opta por todo lo contrario. Los navarros Mikel Zabalza e Iker Madoz y el alavés Juan Vallejo se encuentran desde hace unas semanas en Nepal para tratar de ascender el Phurbi Chhyachu (6.637 metros), un pico que solo se ha subido una vez. En el periodo de aclimatación han aprovechado para hollar una montaña virgen de 6.140 metros a la que han bautizado como Phurbi Txiki. La cima era tan pequeña, que para hacerse fotos se tenían que turnar. Es otra manera de enfocar el alpinismo.
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