El 28 de julio de 2021, solo dos días después de que Maialen Chourraut consiguiera la medalla de plata en los JJOO de Tokio, se anunció a golpe de trompeta la construcción de un canal de aguas bravas en Usurbil que llevaría el nombre de la palista de Lasarte-Oria. Como estos proyectos que se promocionan al calor de los éxitos deportivos se quedan cojos si no se ponen fechas, los gestores de las instituciones de este nuestro país anunciaron también que la construcción arrancaría en 2022 y acabaría en 2023, un año antes de los JJOO de París. Previsores como ellos solos. Este periódico dio cuenta de la noticia, pero cometió un desliz que esperemos que no sea una premonición. En lugar de escribir que las obras comenzarían en 2022, publicamos que arrancarían en el año... 20122. El caso es que, tres años después, Maialen Chourraut ha vuelto a clasificarse para sus quintos Juegos, pero no hay ni rastro del canal que iba a llevar su nombre. Gipuzkoa es una potencia mundial en piragüismo en aguas bravas pero no hay una instalación en condiciones, pese a que es una vieja reclamación de los clubes que se remonta al siglo pasado. Al parecer, el proyecto de Usurbil está encallado en la Confederación Hidrográfica del Ebro, que debe aprobar el plan de impacto medioambiental. Confiemos en que las instituciones estén al nivel de los palistas.
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