De chaval practiqué ciclismo, fútbol, pelota, balonmano, atletismo y montañismo. Solía quedarme a ver las clases de judo y miraba embobado cómo les enseñaban aquello del osotogari, pero nunca me enfundé un kimono. A baloncesto no jugábamos porque en el pueblo no había canastas y tampoco nos dio por nadar, supongo que porque ya era un pequeño milagro que tuviéramos una piscina en verano y porque, todo hay que decirlo, nadar bien es un arte complicado. Soy más partidario del multideporte que del monocultivo del fútbol. No me voy a meter en el berenjenal de si el multideporte que desde hace años se fomenta en Gipuzkoa en edad escolar está bien, mal o regular diseñado porque no tengo argumentos que aportar. No sé ni siquiera si está relacionado con que en los JJOO de París haya 17 deportistas de Gipuzkoa en nueve modalidades distintas". Lo que sí sé es que esos dos datos (17 deportistas, nueve modalidades) hablan muy bien de un territorio que tiene deportistas de elite muy por encima de lo que le correspondería por su tamaño y población. Se trabaja muy bien la base pero quienes tienen responsabilidades institucionales deberían recordar que hacen falta buenas instalaciones, ayudas y no poner trabas. Que se lo pregunten si no a la junta de la Federación Guipuzcoana de Ciclismo, que ha dimitido en bloque después de meses de predicar en el desierto.
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