El otro día busqué en Internet información sobre la edad mínima y máxima para participar en los Juegos Olímpicos. El COI no establece una edad mínima, así que son las federaciones internacionales las que fijan su posición en esta cuestión. En la gimnasia rítmica, por ejemplo, no pueden competir los menores de 16 años, y en boxeo, los menores de 18. Por arriba no hay techo. Andy MacDonald, un californiano que compite con Gran Bretaña en skateboarding (monopatín, para entendernos), tiene casi mi edad (él 51; yo, 53) y ahí anda, haciendo cabriolas con chavalitos de 15 y 16 años en la plaza de La Concorde, la sede en la que se celebran los deportes que supuestamente van a enganchar a los adolescentes a los Juegos: ciclismo BMX freestyle, breaking dance, skate y baloncesto 3x3 . Más viejuno es el jinete español Juan Antonio Jiménez Cobo, que está en edad de jubilación (65 castañas) y compite por equipos en doma clásica. También tiene ya una edad Ni Xia Lian (61 tacos), jugadora de tenis de mesa nacionalizada luxemburguesa. Con la furia que le ha entrado al COI por incorporar nuevas disciplinas al programa olímpico, nunca hay que perder la esperanza de ser olímpicos. Ahora que cada vez hay más jubilados, deberían pensar en incluir una disciplina acorde. Petanca, por ejemplo. Todo es ponerse y entrenar. Los Ángeles 2028 nos espera. Y, si no, Brisbane 2032.
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