En 2015, en pleno apogeo de las carreras populares, más de 34.000 personas se inscribieron en la Behobia. Eran tiempos en los que correr se puso de moda. Correr, junto a andar, es el deporte más sencillo del mundo. También uno de los más baratos. En una sociedad cada vez más concienciada por llevar una vida saludable, correr es un deporte que te exige lo que tú quieras exigirte. A quien me pide consejo, le recomiendo que se inicie andando y corriendo. Unos minutos a pie, y otros a la carrera. Suavecito. Poco a poco y cubriendo etapas. Primero dos kilómetros, luego cinco, más adelante ocho, llegar a la frontera de los diez, y así, sucesivamente. Si nunca has corrido una distancia de diez kilómetros, no tiene sentido que corras una prueba como la Behobia. Como casi todo, el boom por correr de hace diez años se frenó con la pandemia. Las carreras perdieron participantes y más de uno se pasó al ciclismo, la nueva moda que arrasa ahora. El caso es que hoy la afición a correr ha repuntado. Vuelven a agotarse los dorsales en numerosas carreras y hay más de 27.000 inscritos en la Behobia (que podían ser más si no hubiera problemas de logística). Buena parte de ese éxito se debe a las mujeres, que ya son mayoría en algunas pruebas.
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