Metro y medio es la
distancia mínima de seguridad que debemos guardar entre nuestro vehículo
y una bicicleta cuando adelantamos a un ciclista. “En metro y medio
cabe una vida”, reza el eslogan que trata de concienciar a los
conductores de la importancia de respetar a los aficionados al ciclismo
en las carreteras. Todavía hay conductores que desconocen que en una
calzada en la que los dos sentidos están separados por una línea
continua, al rebasar al ciclista (dejando el pertinente metro y medio)
se puede pisar la línea continua e incluso ocupar parte o todo el carril
contrario. Que desconocen que los ciclistas tienen permitido circular
en paralelo, siempre que sea en fila de a dos. Que transitar en
paralelo, como el metro y medio, es una medida de seguridad porque
obliga al conductor a frenar. Que cuando se realiza un adelantamiento a
un ciclista, hay que señalizarlo. O que un pelotón tiene el mismo
derecho a circular por una carretera que una moto, un coche o un camión.
Se llama respeto. Respeto mutuo. De los conductores a los ciclistas y
de los ciclistas a los conductores. Porque también hay ciclistas que se
saltan cedas al paso, no respetan los pasos de cebra o creen que los
semáforos se hicieron solo para regular el tráfico de vehículos. El
ciclista no es un estorbo. Es el eslabón más débil. Basta con guardar un
metro y medio de distancia para salvar vidas.
viernes, 29 de junio de 2018
viernes, 22 de junio de 2018
Andar corriendo
La estampa hubiera sido perfecta, casi idílica, si Mariano hubiera llegado a su nuevo puesto de trabajo en bicicleta. En plan político nórdico. Bici, maletín y casco. Bueno, Mariano no, don Mariano Rajoy Brey, el señor expresidente de la nación, no sea que luego haya rapapolvos como el de Emmanuel Macron, el nuevo Luis XIV de Francia. Que ya nos han dicho que nos tenemos que dirigir a los cargos públicos como hablaba nuestro padre a su madre (o sea, mi amatxi): de usted. Ni en esos programas de la tele en los que el invitado llega hecho un adefesio y sale como un pincel se conocía semejante transformación. Hace cosa de un mes, Rajoy era el tipo más feliz del mundo, con su Madrid ganando la decimonosecuantaChampionsy el partido aprobando los presupuestos de 2018. En un santiamén ha pasado del palacio de La Moncloa a un despacho en Santa Pola. Insólito. Ninguno de los cinco expresidentes españoles había vuelto a su actividad profesional. Ni puertas giratorias, ni Telefónicas, ni gaitas. Regresa al trabajo que dejó hace 28 años. Cobrará más y, mira tú por dónde, en Santa Pola hay un largo paseo marítimo en el que podrá dar rienda suelta a esa afición tan suya de andar corriendo o correr andando. Ya me entienden. Qué cosas.
jueves, 14 de junio de 2018
Màxim, 'El Breve'
Hay políticos que tienen
tal verborrea, que hablan tanto y tantos días que, al final, quedan
atrapados por sus palabras. Pongamos, por ejemplo, a Inés Arrimadas y
Albert Rivera. Muy cargantes ambos. Muy cansinos. Están todo el día rajando.
No callan ni debajo del agua. Tan pronto opinan sobre el nuevo
entrenador del Madrid como critican la última decisión de Torra. Aquí,
en casa, somos más de figurar. Nuestros políticos son más de aparecer en
las fotos, si puede ser todos los días, mejor, y echar un pequeño
discurso. Hasta hace nada, Pedro Sánchez era también de la especie de
políticos pegados a un micrófono. Hablar y hablar, y prometer, también
suelen ser mucho de prometer. En febrero de 2015 Sánchez dijo: “Es
inmoral tener al número tres de tu organización que ha creado una
sociedad interpuesta para tributar la mitad de lo que le correspondería.
Esa persona al día siguiente estaría fuera de mi ejecutiva”. Se refería
a Juan Carlos Monedero, que meses después dimitió de sus cargos en
Podemos. Màxim Huerta se ha convertido en menos de una semana en el
Monedero del nuevo Gobierno socialista. De récord mundial lo de Màxim El Breve. Y, por cierto, un periodista que en su comparecencia de ayer no admitió preguntas. De libro.
viernes, 8 de junio de 2018
Un plato es un plato
La nueva ministra italiana de Sanidad, Giulia Grillo, licenciada en Medicina y Cirugía con especialidad en Medicina Forense, considera que vacunar a los niños no debe ser obligatorio por ley. El nuevo ministro español de Cultura y Deportes, Màxim Huerta, licenciado en Ciencias de la Información, no tiene ni repajolera idea de deporte (de practicarlo ni hablamos), y en un tuit que publicó hace años llegó a comentar que lo odiaba. Cosas veredes, amigo Sancho. Como ya sabrán a estas alturas, el nuevo periodismo consiste en rescatar tuits del pasado para fustigar al personaje de la actualidad de turno. La competencia o incompetencia de Huerta y Grillo se demostrará con el tiempo y los hechos. Que se lo digan a Ana Mato, flamante ministra de Sanidad que fue apartada de la gestión de la crisis del ébola y que acuñó la célebre frase: “No hay cosa que tenga más valor que una medicina que cura enfermedades”. En fin, que si aspira a ser ministra o ministro, sepa que tiene mucho trecho ganado si es licenciado en Derecho (con máster o sin máster): doce de los nuevos ministros tienen este título. Y es que ya lo dijo don Mariano Rajoy, ese famoso filósofo español de finales del XX y principios de XXI: “Un vaso es un vaso, y un plato es un plato”.
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