viernes, 24 de septiembre de 2021
Libre como un peaje
sábado, 18 de septiembre de 2021
Recogida de cable
De los creadores de la palabra racineros, que se refiere a los aficionados a rallys, subidas automovilísticas y demás cacharros a motor, llega ahora la expresión Recogida de cables. Más o menos viene a ser esa frase que se atribuye a Napoleón Bonaparte: "Una retirada a tiempo es una victoria". Aunque podría servir también para poner nombre a los desencuentros que mantienen el Gobierno Vasco y el juez Luis Ángel Garrido desde agosto de 2020. Hasta seis veces ha recogido cable Iñigo Urkullu a cuenta de otros tantos autos del ínclito magistrado. Garrido se ha erigido en el epidemiólogo en jefe de Euskadi (tomo prestada la expresión al profesor Antón Losada, que se suele referir de esta forma cuando habla del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo). Garrido es de los que prefiere ir directamente a ver la película sin necesidad de leer antes la novela en la que se basa el filme. El Gobierno Vasco presentó un recurso ante el TSJPV con, exactamente, 887 páginas de prosa, datos y documentación, y el juez se las ventiló en tres horas. Será de los que lee en diagonal. Respondió el magistrado con un auto de tres folios, "en el que todo está muy clarito", según expresó ante las cámaras de ETB. Clarinete, clarinete.
viernes, 10 de septiembre de 2021
Sergi Enrich
Los hinchas del Schalke 04, también conocido como el equipo de los mineros porque está asentado en Gelsenkirchen, donde antiguamente proliferaban las minas de carbón, han echado abajo esta semana el fichaje de Sergi Enrich. El club alemán pretendía contratar al exjugador del Eibar, pero lo ha descartado por la oposición de sus aficionados, que no quieren que vista su camiseta un futbolista condenado a dos años de cárcel por grabar y difundir una grabación mientras mantenía relaciones sexuales con una joven sin el consentimiento de la víctima. En Alemania no ha pasado desapercibido un nauseabundo episodio que durante cuatro años en el Eibar fue un tema tabú. Durante los cuatro años que duró el proceso que medió entre los hechos y la condena, la directiva presidida por una mujer, no abrió la boca. Estaba en su derecho. A todo acusado le ampara la presunción de inocencia. El Eibar solo condenó los hechos una vez se hizo pública la sentencia. Pero lo cierto es que en ese intervalo de cuatro años (al margen de que renovó dos veces el contrato del jugador), hubo un apunte que dejó en un pésimo lugar al club. Seis meses antes de conocerse la sentencia, no puso ningún reparo a que Enrich fuera elegido capitán. Y el capitán, en cualquier equipo, debe ser un ejemplo dentro y fuera del campo.
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