Nicolas Sarkozy no se anda con chiquitas cuando le molesta un periodista. Salta a la vista que este hombre tiene ojeriza a algunos colegas, sobre todo si son estrellas de la televisión. En su día le levantó la mujer a Jacques Martin, mítico showman al que muchos recordamos por su programa L'école des fans de la sobremesa de los domingos, y que murió en septiembre pasado en Biarritz. Quienes acostumbran o acostumbraban a sintonizar lo que toda la vida se ha llamado las francesas, se acordarán de este espacio en el que los niños ridiculizaban a veces a sus padres y luego cantaban (en uno de los programas llegó a intervenir una niña llamada Vanessa Paradis). El bueno de Martin se casó con Cecilia María Sara Isabel Ciganer Albéniz en Neully-sur-Seine, en una ceremonia oficiada por el alcalde de esta localidad, un tal Sarkozy. Dicen las buenas lenguas que el hoy presidente francés no paró hasta conquistar a la que hoy es su ex mujer. Ahora la ha tomado con otro presentador-estrella: Patrick Poivre d'Arvor, el Matías Prats de TF1, presentador del informativo con más audiencia de la cadena con más audiencia de Francia. Sarkozy se la tenía jurada a PPDA (siglas con las que es conocido el periodista) desde que en una entrevista en el Elíseo le comentó que se le había visto "muy suelto" en una cumbre del G-8 en la que Sarko pareció traspuesto. Dicen también las buenas lenguas que el presi llamó a su amiguete Martin Bouygues, propietario de TF1, y mandó destituir al presentador. Luego hablan de Vladimir Putin.
lunes, 23 de junio de 2008
lunes, 16 de junio de 2008
Algo que recordar
Metió un tal Hidalgo el primer gol del Málaga y se hizo el silencio. Toda la ilusión se fue por el sumidero. Lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible, dicen que dijo Charles-Maurice Talleyrand Périgord. Pues eso. Milagros ya no hay ni en Lourdes. Los milagros, lo que se dice milagros, son patente en exclusiva del Alavés. La Real se pasará otro añito en Segunda. Pasado mañana se cumple un año del descenso en Mestalla ante el Valencia y ayer fue el quinto aniversario de la llorada derrota contra el Celta en Vigo en la temporada del subcampeonato. Supongo que llegará algún mes de junio en el que haya algo que celebrar y recordar de la Real, en Anoeta o donde sea, que la hinchada ya ha dado muestras de que si hiciera falta seguiría al equipo hasta la Conchinchina o el quinto pino. Llegará algún día de ésos en los que te acuerdas dónde estabas y qué hacías a la hora en la que se produjo el acontecimiento. Jornadas que se te graban en la memoria y no se borran jamás. Ayer fue una de ésas que pasarán al olvido. La Real ni siquiera cumplió con su parte del guión y ofreció la última ración de decepción a una afición que no se lleva a la boca más que disgustos. Hoy nos recordarán que hace unos meses estaba a un punto del ascenso y ahora ha acabado a cuatro, que de los nueve últimos puntos en juego ha logrado dos, que les sobran millones y les falta testosterona... Como dice Lillo, conviviremos con la decepción... hasta que en agosto vuelva a prender la ilusión. Así que nada, como dijo el poeta Khalil Gibran, "por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes".
lunes, 9 de junio de 2008
Lorenzo Sanz Mancebo
Como diría Tamara la santurtziarra, fue pa-té-ti-co. Fue patético escuchar la madrugada del domingo en la Cadena Ser a un colega de profesión acusar a Iñaki Badiola de preparar un montaje para implicar a Lorenzo Sanz en el intento de amaño del Sevilla Atlético-Málaga, el asunto que les venimos contando en estas páginas desde el pasado sábado. Cierto es que en su medio año de gestión el presidente de la Real se ha metido en varios charcos que no debía pisar y ha soltado algún exabrupto que sobraba. Pero de ahí a que sea Lucifer va un trecho. Si Lorenzo Sanz Mancebo, con sus dos apellidos, que es como llamaba al susodicho José María García en sus tiempos de Súper, no tenía nada que ver con el asunto, le hubiera bastado con despachar al agente FIFA en un segundo. Pero, claro, se tiró minutos y minutos hablando por teléfono y eso no hay dios que lo remedie. A Sanz le ocurre lo que a algunos dirigentes del fútbol: que les pierden las formas. Y Sanz al que, por cierto, en Wikipedia describen como "dueño del Málaga Club de Fútbol", tiene un pasado... Sólo hay que recordar aquel indescriptible episodio que protagonizó cuando era presidente del Madrid. A Sanz que no se por qué me recuerda al protagonista de una famosa trilogía cinematográfica (y no me refiero a El señor de los anillos) no se le ocurrió otra cosa que llevarse tres millones de pesetas de la caja del club... porque al día siguiente tenía una comida con Jesús Gil era la víspera del derby madrileño, y a los postres acostumbraban a jugar a las cartas. Se ve que no les bastaba con los amarrekos.
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