¿Se
imaginan a un entrenador de fútbol de primer nivel que se ofrezca a
impartir una charla ante los aficionados en la que repase la
temporada de su equipo, explique con vídeos, imágenes y
estadísticas por qué tal jugador rindió a pleno rendimiento entre
enero y marzo, o por qué encajaban tantos goles al principio de la
Liga? ¿O que incluso relate anécdotas, detalles de la alimentación
y la preparación de su plantilla, o cuente qué pautas de descanso
siguen sus futbolistas? Complicado en el fútbol profesional de hoy,
en el que los clubes controlan hasta las entrevistas del utillero.
Más sencillo en el caso del ciclismo que, pese a todo, sigue siendo
diferente. Aún hoy es posible hablar con un ciclista sin recurrir a
intermediarios. Y aún hoy es posible que un director deportivo de
primer nivel relate al detalle la temporada de su equipo. Patxi Vila,
técnico del Bora Hansgrohe alemán, lleva haciéndolo dos años.
Aprovecha las vacaciones de navidad para organizar una
charla-conferencia en la casa de cultura de Bera y desgranar cómo ha
sido la temporada de su equipo y, sobre todo, de Peter Sagan, el
fenómeno eslovaco. Aquello que no supiste interpretar en la caída
del Tour de Flandes, en el polémico sprint del Tour en Vittel o en
ese último kilómetro del Mundial de Bergen que no se retransmitió
en directo por televisión, lo puedes conocer por boca del técnico
que lleva la preparación de Sagan. Un lujo.
viernes, 29 de diciembre de 2017
viernes, 22 de diciembre de 2017
La azoka de Santo Tomás
A primeros de este mes se celebró en Durango la Azoka, antes conocida como Feria del Libro y Disco Vasco;en abril llegará la Itzulia, también conocida hasta hace nada como la Vuelta al País Vasco; y ya en verano será el turno de las “estropadas” (no confundir con estropadak). En menos de un mes disfrutaremos de la temporada de sidrerías, traducida ahora como “ir de sagardotegi” a beber “sagardoa”, y ayer más de uno y más de una se fue de parranda en la feria de Santo Tomás, que no azoka de Santo Tomás, donde el producto estrella es la txistorra (con tx), sin desmerecer el chorizo (con ch) y el talo (como suena). Se lo pasan en grande (¿“handia” habría que decir, ahora que la palabra está felizmente de moda?), sobre todo los txikis, que ese día no van a las “gelas”, antes conocidas como aulas. Hoy llega el Gordo de Navidad y mañana bajará Olentzero del “baserri”, también denominado caserío. Al “tripontzi” carbonero esperan ansiosos los niños, los que van a la “haurreskola” y también los de las “gelas” que comen en las “jangelas”. Los que van a estudiar a las “liburutegis” con la “txartela” de la uni están de “oporras”. Ponga un diccionario de euskañol en su vida, que me los quitan de las “eskuas”.
viernes, 15 de diciembre de 2017
"Eskerrik asko, gazte"
Me volvió a suceder ayer.
Cedí el paso a una persona en la cola del súper (ella llevaba un
artículo y yo un carro), y me devolvió el cumplido con la expresión de
marras: “Gracias, caballero”. Con una sonrisa, le dije: “De nada, pero
casi mejor sin lo de caballero”. “Entonces, gracias, señor”, me
contestó. “Pues casi como que tampoco”. No era mi intención (se lo decía
de buen rollo), pero la dejé sin palabras. Vamos, que si le llegó a
responder con un “caballero es el que monta a caballo” (alguna vez lo he
pensado), todavía se monta un pollo. No me pregunten por qué, pero no
me gusta que cuando alguien se dirige a mí, me llame señor o caballero.
Tampoco que me hablen de usted, aunque, como ven, en este texto les
hablo de usted (contradicciones que tiene esta profesión). El uso del
don o doña no diré que es rancio para no herir sensibilidades, pero
vamos, como que tampoco. Ya sé que el utilizar términos como caballero o
señora son normas de cortesía y educación, sobre todo entre la
población sudamericana, acostumbrada a emplear el usted como nosotros el
tuteo. Y ya sé que uno va teniendo una edad y la alopecia asoma desde
hace tiempo, lo que provoca que te caigan encima cinco o diez años más
de lo que tienes en realidad. Pero como que no. Así que si alguna vez
les cedo el paso en la cola del súper, basta con un “eskerrik asko,
gazte”. Y tan contentos.
miércoles, 6 de diciembre de 2017
Larun, marco incomparable
Larun es la única cima de Euskal Herria en la que pueden coincidir, y coinciden, una montañera con botas y mochila a la espalda, y un turista parisino con zapatos de charol y chupa de cuero. Ella sube a pie;él, en el funicular. Es también la cumbre vasca más urbanizada. A este lado de la muga hay tres bentas desde las que disfrutas de una panorámica impresionante mientras saboreas una paella y, al otro lado, las instalaciones de los repetidores de los canales de televisión franceses. Larun es para los vecinos de Bera, Azkaine, Sara y Urruña lo que la bahía de La Concha para un donostiarra: su marco incomparable. Una atalaya desde la que oteas las playas de las Landas, la costa vasca o los Pirineos. Con el pretexto de mejorar la accesibilidad a las personas con movilidad reducida, el Departamento de los Pirineos Atlánticos pretende construir una pasarela-mirador colgante que rodee buena parte de la cima. No hay que ser un lince para ver que detrás de semejante operación urbanística hay también una operación para multiplicar el negocio de la explotación del funicular. Larun es la mayor atracción turística del Departamento (340.000 visitantes al año, equiparable al Aquarium de Donostia), la gallina de los huevos de oro. Pero, con la excusa de la accesibilidad, no todo vale.
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