viernes, 23 de febrero de 2018

Sentido del humor

Católicos, judíos, musulmanes y cristianos evangélicos han hecho esta semana causa común y han firmado un comunicado conjunto en el que denuncian las “constantes y reiteradas ofensas” a los símbolos y sentimientos religiosos, y critican la “tolerancia social incomprensible” hacia lo que consideran ataques a sus creencias. Los máximos representantes de las cuatro confesiones religiosas mayoritarias en el Estado van más allá y piden a políticos, jueces y fiscales que tomen cartas en el asunto. La gota que ha colmado el vaso religioso ha sido el último Carnaval, sobre todo el pregonero de Santiago de Compostela que se vistió de apóstol e insultó a la virgen de El Pilar, y una drag queen de Las Palmas de Gran Canaria que se disfrazó de virgen María. La Iglesia católica se siente atacada porque considera que se traspasa la línea que separa la libertad de expresión y el respeto de la ofensa a símbolos sagrados. Sagrado es también pagar impuestos como el IBI. A mí no me hace gracia que la Iglesia católica no pague el mencionado impuesto o que tampoco abone la tasa sobre construcciones, instalaciones y obras, o que goce de privilegios en la famosa casilla del IRPF. Pero debe ser que yo no tengo sentido del humor.

viernes, 16 de febrero de 2018

Pleno al quince

Tanta lluvia no puede ser buena. Como en la Quiniela, en febrero hemos logrado el pleno al quince. Ha llovido los quince primeros días de mes (ayer, de madrugada, unas gotitas). Un día sí, otro también. En enero solo hubo cuatro días sin precipitaciones, en diciembre cinco y en noviembre, glorioso mes, trece. O sea, que ha llovido 85 de los últimos 107 días. Los datos son de la web de Euskalmet. Concretamente, de la estación del Añarbe. De agua vamos sobrados, para llenar 100 pantanos, pero supongo que de horas de sol andamos justitos. No sé si tanto como en Bélgica, donde, según contaba hace un par de semanas La Vanguardia, el sol solo lució 30 horas entre diciembre y enero, cuando la media hasta ahora era de 103. Un visto y no visto. Sabido es que el sol, tomado en pequeñas dosis, es bueno para la piel, los huesos, las defensas, el estado de ánimo y hasta la vida sexual. Así que en Bélgica no se andan con chiquitas y han causado furor unas gafas lumínicas que se colocan encima de las cejas y están provistas de pequeñas bombillas led y espejos. Las lentes engañanal cerebro haciéndose pasar por luz solar. En el caso de los niños belgas, se suele aconsejar que tomen vitamina D, no solo en invierno sino durante todo el año. Hoy, sol..

viernes, 9 de febrero de 2018

'Loz Eredia'

Hace unos quince años, una cuadrilla de amigos nos disfrazamos de gitanos. Éramos Loz Eredia. Y para que no hubiera dudas, el nombre estaba escrito en el carromato con el que recorrimos las calles, una y otra vez, de arriba a abajo, durante el Lunes de Carnaval. El carromato estaba tirado por un caballo y era full equip: tenía chimenea, un compartimento, tenderetes con ropa colgando, etc. La idea era que nos acompañara también una cabra, pero la muy cabrona seguramente se olió el percal y la víspera desapareció del monte. Fue la primera y única vez que he poteado a rondas de Tío Pepe. Teníamos nuestro patriarca (Amador) y nuestra matriarca, y luego una prole que daba grima vernos. Qué pintas. Pocas veces he echado tantas risas. Un clan, vamos. Quince años después, no sé si podríamos repetir disfraz en esta sociedad tan políticamente correcta, tan absurda a veces. Te disfrazas de gitano e igual te expones a una sanción por maltrato animal (carromato tirado por caballo) y por atentar contra los derechos del pueblo gitano, y te vienen los forales porque el carro no llevaba la pegatina de la ITV. Vete tú a saber. Una familia de gitanos, vecinos de todos nosotros, payos, se descojonaba cada vez que nos veía pasar con el carromato. Pero de aquello hace ya quince años.

viernes, 2 de febrero de 2018

Mi primera vez

Mi sobrino Peru va a ir hoy por primera vez a Anoeta. Ayer nos llamó su madre para ver si teníamos un gorro o una bufanda de la Real. No tengo claro cuál es el equipo preferido del chaval, Gure Txokoa al margen. Le he visto vestido con la equipación entera de la Real, con la de Osasuna (la del portero Nauzet, de amarillo de arriba a abajo), la del Barça, la de la selección italiana, la de Portugal y la del PSG (unos gayumbos). El verano pasado, en vísperas de su cumpleaños, nos pidió que le regaláramos la camiseta de Dybala, el argentino de la Juventus. El caso es que no tenemos ni gorro ni bufanda de la Real. Tengo una bandera txuri-urdin que cayó en mis manos hace más de 25 años, en aquel derbi de San Mamés en el que el recordadoTxipirón Atkinson marcó un txitxarro que no fue suficiente para ganar al Athletic. Ahogamos aquellas penas con una farrilla estudiantil por el Casco Viejo. Mi primera vez, como la de hoy de Peru, fue ante el Espanyol (entonces Español de Barcelona) en Atocha. No recuerdo que vistiera la camiseta de la Real. Si tuviera que comprar ahora una, sería sin publicidad, sin serigrafiar ningún nombre (que luego pasa lo que pasa) y, a poder ser, de los años 80. A lo sumo, rotularía en la espalda el nombre de Genaro Celayeta. Pero no hay mejor debut que con un triunfo. Así que Peru, hoy toca ganar.