viernes, 29 de abril de 2022
Libertad, igualdad y...
viernes, 22 de abril de 2022
El sablazo
Hay aspectos colaterales, que no daños, del caso Geri-Rubi que han pasado casi desapercibidos, quizás porque ya eran conocidos en el mundillo futbolístico. Uno es el sablazo que pegan ambos personajes a Arabia Saudí por la Supercopa, un torneo que al común de los aficionados le importa una higa. 40 millones por año, 240 millones por seis ediciones. Los saudíes suelen andar tan sobrados de dinero como escasos de democracia y derechos humanos fundamentales. Basta recordar que las mujeres pudieron votar por primera vez en unas elecciones hace nada, en 2015. Es una dictadura del mismo pelo que otras como Catar ante las que los dirigentes del deporte de elite miran hacia otro lado. Pagan bien y todo vale pa la saca. Pagan por encima del precio de mercado, que dirían los comisionistas de altos vuelos en su jerga. Por comparar. Mañana se celebra en Sevilla la final de Copa. La Junta de Andalucía, la Diputación de Sevilla y el Ayuntamiento abonan cada año 1,5 millones para que La Cartuja sea la sede de la final. Y dos apuntes. Rubiales, que no tiene ningún reparo en que se juegue la Supercopa en Arabia Saudí, impidió que se disputara en Miami un partido de la Liga. Y, segundo, los presidentes de los clubes de la Liga guardan esta semana un silencio más que elocuente sobre el caso Geri-Rubi.
sábado, 16 de abril de 2022
Impresentable Atlético
viernes, 8 de abril de 2022
'De Ronde van Vlaanderen'
El Tour de Flandes es para un aficionado al ciclismo lo que la Meca para un musulmán. Hay que ir al menos una vez en la vida. Explicaba hace unos días Tomas Van den Spiegel, exjugador de baloncesto del CSKA, entre otros clubes, y hoy consejero delegado de Flanders Classic, la sociedad que organiza las clásicas ciclistas de Flandes, que De Ronde van Vlaanderen (el nombre oficial de la carrera), es su "tesoro nacional". Es algo más que una prueba deportiva porque forma parte de su identidad cultural. Alrededor del Tour de Flandes se monta un espectáculo sin parangón en una carrera de un día. La víspera se organiza una marcha cicloturista con cuatro distancias (230, 180, 130 o 75 kilómetros) que atraviesa los míticos muros por los que un día después circula el pelotón profesional, tanto masculino como femenino. Todo el recorrido está jalonado de enormes txosnas y se calcula que un millón de personas presencian el paso de los ciclistas. Un periodista deportivo curtido en la cobertura de numerosos Tours, Giros, Vueltas e Itzulias me confesó hace unos años que nunca había visto nada igual. Aquí, en Euskal Herria, también vivimos el ciclismo como una religión pero el cicloturismo como atractivo turístico no está ni siquiera en la línea de salida.