Se cumplen 50 años de la expedición vasca que el 13 de mayo de 1974 estuvo a un paso de hollar el techo del mundo
El 13 de mayo de 1974, hace ahora 50 años, Felipe Uriarte y Ángel Rosen llevaron al montañismo vasco a la cota más alta que jamás había alcanzado. Recluidos en una minúscula tienda, con un viento que azotaba con tal fuerza que era complicado mantenerse en pie, tuvieron que renunciar a su sueño de hollar el Everest (8.848 metros).
La víspera habían ascendido hasta una altura de 8.530 metros, el campo IV, último enclave antes de atacar la cumbre. Sin embargo, un viento furioso echó al traste sus planes y les obligó a renunciar a la cima. Unos días, después, el 25 y 26 de mayo, Ricardo Gallardo y Luis Abalde, en una cordada, y Julio Villar y Rodolfo Kirch, en otra, lo intentaron, pero desistieron al alcanzar los 8.000 metros.
Esos 8.530 metros quedaron para la historia hasta que en 1980 otra expedición, de la que formaban parte un buen número de alpinistas que habían intentado hollar el Everest en 1974, saborearon el éxito de la mano de Martin Zabaleta.
Pero retrocedamos seis años. En 1974 viajar al Himalaya era algo más que una aventura. La expedición Tximist, que debía su nombre a las célebres pilas que se fabricaban en Oñati, en la empresa Cegasa de Juan Celaya, salió de Gasteiz en febrero. El Gobierno de Nepal había autorizado la ascensión al Everest en unos tiempos en los que solo se concedían dos permisos al año: uno en primavera y otro en otoño.
Hasta entonces, solo siete expediciones de Inglaterra, Suiza, Estados Unidos, India, Japón e Italia habían intentado coronar el techo del mundo. “Había un montón de expediciones de diversos países que querían intentarlo. Las gestiones para un país como el nuestro que no tenía experiencia en esas lides internacionales eran complicadas. Los británicos, por ejemplo, como habían sido colonizadores lo tenían más dominado”, explica Antxon Iturriza, autor de Historia testimonial del montañismo vasco. De los Pirineos al Himalaya (1939-1980), una Biblia del alpinismo de Euskal Herria. Iturriza recuerda que Txomin Uriarte incluso se desplazó tres años antes, en 1971, a Katmandú para gestionar in situ la autorización y aprovechó para hacer una escapada al Everest: “Fue el primer vasco que vio el Everest.”
Tres camiones partieron desde tierras vascas con 17 toneladas de material en dirección a Nepal en una expedición que costó unos 15 millones de pesetas (90.000 euros) y tuvo a Juan Celaya como principal sustento economico. “Juan Celaya fue un personaje clave. Era una estirpe que se ha extinguido, que es la de los mecenas. Apoyó un presupuesto que entonces era astronómico. Nadie hubiera podido financiar aquello. Aquel ofrecimiento conjugó las ensoñaciones de los montañeros con la realidad”, rememora Iturriza. Los montañeros salieron el 13 de febrero desde Barajas y, tras hacer escala en Copenhague, aterrizaron en Katmandú. La expedición estuvo integrada por 16 miembros: Juan Ignacio Lorente, Felipe Uriarte, Ángel Rosen, Luis Mari Saenz de Olazagoitia, Juanito Cortázar, Juan Carlos Fernández Latorre, Alfonso Alonso, Francisco Lusarreta, Txomin Uriarte, Julio Villar, Ángel Landa, Luis Abalde, Ricardo Gallardo, Rodolfo Kirch, Fernando Larruquert y Ángel Lerma.
Larruquert, cámara al hombro, y Lerma, fotógrafo, filmaron paso a paso la aventura en aquellos largos meses, un trabajo que dio lugar al documental Agur Everest, que narra tanto la expedición de 1974 como la de 1980.
Una marcha de aproximación con 400 porteadores llevó a los montañeros hasta el campo base, a donde llegaron el 25 de marzo. Era adentrarse en un terreno desconocido porque el montañismo vasco apenas tenía experiencia en grandes montañas, más allá de la expedición a los Andes de 1967. “No habíamos hecho casi nada en grandes altitudes. Concebir la posibilidad de ir al Everest en ese tiempo fue un salto extraordinario técnico y mental. Hoy en día hay centenares de personas que han subido al Everest, pero en aquel momento solo lo habían hecho 36. Enfrentarse a un reto al que se habían atrevido las mayores potencias del mundo fue un salto extraordinario”, señala Iturriza.
Eran ellos y el Everest porque no había una sola expedición más. Hoy puede haber 400 o 500 personas en el campo base, pero entonces eran ellos y sus dificultades, como conocer qué tiempo iba a hacer. Sin partes meteorológicos, sintonizaban una radio india que daba una predicción muy general del Himalaya. Iturriza subraya que “iban a ciegas. No sabían qué tiempo iba a hacer dos días después”.
Durante dos meses, la expedición se empleó a fondo para tratar de escalar la mole más famosa del mundo en una condiciones alejadas de las actuales. “No había ni equipos para esas altitudes, empezando por las botas y terminando por los anoraks. Fue un salto al vacío. Una auténtica aventura ya desde el principio”, evoca Iturriza, quien subraya que uno de los principales cometidos era mantener en condiciones la complicada Cascada de Hielo. Pese a las dificultades, llegar a los 8.350 metros fue un hito y, sobre todo, un aprendizaje que sirvió para que, solo seis años después, la ikurriña ondeara en lo más alto del mundo.
Trece años sin huella en la cima más célebre
Los montañeros vascos han ascendido el Everest 27 veces, la última en 2011
El vizcaino Unai Llantada holló el Everest el 21 de mayo de 2011 y, desde entonces, ningún montañero vasco ha coronado la cima más alta de la Tierra. Los éxitos de los alpinistas de Euskal Herria entre finales del siglo pasoado y el inicio del XXI han dado paso a un llamativo vacío que dura trece años.
Lo cierto es que en los últimos tiempos los montañeros vascos no se prodigan en el masificado Everest y tampoco abundan como antaño las expediciones a las cordilleras del Himalaya y el Karakorum, donde se levantan las catorce cumbres más elevadas del planeta.
Solo 26 alpinistas vascos se han hecho la icónica foto en la cima más celebre del mundo. Martin Zabaleta, al grito de “Egin dugu, egin dugu! Gora Euskadi askatuta!”, abrió el historial el 14 de mayo de 1980 junto al sherpa Pasang Temba, y su estela la han seguido otras dos docenas largas de alpinistas, entre ellos una mujer, Edurne Pasaban, que coronó la cima en 2001.
Para calibrar la medida del hito que marcó Zabaleta, basta apuntar que en 1980 no se habían alcanzado ni el medio centenar de ascensiones al Everest desde la primera cumbre de Edmund Hillary y Tenzing Norgay el 29 de mayo de 1953.
Entre la ascensión de Zabaleta y siguiente éxito vasco en el denominado Tercer Polo de la Tierra pasaron doce años. 1992 fue el año más prolífico. Hasta siete montañeros vascos hollaron el Everest, cuatro de ellos el mismo día, el 25 de septiembre: Pitxi Egillor, Patxi Fernández y Félix y Alberto Iñurrategi, que ya llevaban un tiempo despuntando. Alberto Iñurrategi fue el más joven en ese momento en subir el Chomolungma sin oxígeno. Egillor, a sus 76 años, se mantiene en plena forma y se le puede ver hoy en día corriendo carreras de montaña.
A la vera de los hermanos de Aretxabaleta llegó Josu Bereziartua, que formaba parte de la misma expedición y coronó la cumbre el 1 de octubre. Jose Ramon Agirre, Marron, lo hizo en 1993, en su proyecto de ascender los siete montes más altos de los siete continentes, y Juanito Oiarzabal es el único vasco que ha hollado el Everest dos veces: en 1993 con ayuda de oxígeno artificial y en 2001 a pleno pulmón.
Precisamente, 2001, junto al citado 1992, fue el año con más éxitos vascos en la montaña nepalí. Además de Oiarzabal, subieron el Everest Juan Vallejo, Mikel Álvarez, Patxi Goñi, la mencionada Edurne Pasaban, Julen Reketa e Iñaki Ochoa de Olza. La montañera tolosarra alcanzó la cima con la ayuda de oxígeno y, diez años después, lo intentó de nuevo pero sin recurrir a las famosas bombonas, pero no logró hollar la cima.
Robert Larrandaburu, Pipas, y Fréderic Lafitte son los únicos montañeros de Iparralde que han ascendido al techo del mundo, en 2002, y el ordiziarra Pedro García en 2010 y Unai Llantada en 2011 los últimos de la lista.
VACOS EN EL EVEREST
Alpinista Vía Año
Martin Zabaleta Collado Sur 1980
Pitxi Egillor Collado Sur 1992
Patxi Fernández Collado Sur 1992
Alberto Iñurrategi Collado Sur 1992
Félix Iñurrategi Collado Sur 1992
Josu Bereziartua Collado Sur 1992
Mikel Reparaz Collado Sur 1992
Pedro Tous Collado Sur 1992
Jose Ramón Agirre Collado Sur 1993
Alberto Zerain Collado Sur 1993
José María Oñate Collado Sur 1993
Juanito Oiarzabal Pilar Sur 1993
Collado Norte 2001
Juan Vallejo Collado Norte 2001
Mikel Álvarez Collado Sur 2001
Patxi Goñi Collado Sur 2001
Edurne Pasaban Collado Sur 2001
Julen Reketa Collado Sur 2001
Iñaki Ochoa de Olza Collado Sur 2001
Frédéric Lafite Collado Norte 2002
Pipas Larrandaburu Collado Norte 2002
Boli Goikoetxea Collado Sur 2004
Josu Feijoo Collado Norte 2006
Juanra Madariaga Collado Sur 2008
Víctor Izquierdo Collado Norte 2009
Pedro García Collado Norte 2010
Unai Llantada Collado Sur 2011