Doy por hecho que no se van a repetir las elecciones generales y que, como sucedió en Catalunya y sucede tantas veces en las negociaciones entre los partidos políticos, habrá fumata blanca, cambio de cromos y renuncias varias. A ultimísima hora, pero habrá pacto, sea azul, rojo, naranja, morado, verde o fucsia. Por si acaso los partidos no se ponen de acuerdo y hay que ir otra vez a las urnas, he aquí varias dudas. ¿Se repite la misma cansina campaña electoral con los mismos cansinos lemas y los mismos cansinos oradores? ¿La susodicha campaña electoral vuelve a durar quince eternos días, con jornada de reflexión incluida? ¿Hay que volver a subvencionar a los partidos con fondos públicos para que se monten su campaña y algunos se gasten el dinero que no tienen? ¿Habrá otra vez debate a tres y medio? ¿Y otra vez cara a cara para que Sánchez vuelva a espetar a Rajoy aquello de “usted no es un político decente”? Y si se vuelven a repetir los resultados y se sigue sin alcanzar un acuerdo, ¿es como en los partidos de baloncesto, que hay prórrogas hasta que se deshaga el empate? ¿Habrá elecciones infinitas y gobierno en funciones por los siglos de los siglos? En las nuevas listas que se elaboren, ¿siguen los mismos, corruptos incluidos, o se tira de banquillo?
viernes, 26 de febrero de 2016
viernes, 19 de febrero de 2016
Oda al campechano
me perdí los diez primeros minutos del documental Moi Juan Carlos, roi d’Espagne, que emitió France 3
el pasado lunes pero, visto lo visto, los otros 80 minutos restantes
eran también prescindibles. El biógrafo más pelota de Juan Carlos de
Borbón no le hubiera regalado un reportaje a mayor gloria. Todo atado y
bien atado. Asegura su director, el cineasta Miguel Courtois, que el
documental es “blanco” y que al campechano “le gustó mucho el acabado”.
Encantado tiene que estar. La estampa que se ofrece del monarca emérito
es idílica. No esperen ver imágenes de caza de elefantes, ni de Corina,
ni de abrazos con sus amigotes saudís (los que aplican la pena de muerte
cada semana), ni de su polémico papel la noche del 23-F, ni de su yerno
enfangado en asuntos turbios, ni de su hija declarando en un juzgado
por un caso de corrupción. Nada de nada. Aparece, eso sí, junto a su
gran valedor, Franco, ora inaugurando un pantano, ora saludando con la
mano alzada a la muchedumbre en una plaza de Oriente atestada de
banderas con el aguilucho. Pero mayormente abundan las escenas de una
faceta que dominaba y domina como nadie: salir del coche junto a su
mujer (antes juntos, ahora por separado) y saludar al respetable
moviendo repetidamente la mano. En ese arte es genio y figura.
Montañismo a buen recaudo
La fundación museo del montañismo vasco busca reunir documentos, fotos y
material de los cien años de historia de esta actividad para mostrarlos
en un futuro en un centro abierto al público
en sus más de cien años
de trayectoria, el montañismo vasco ha conocido una larga travesía de
fechas históricas, éxitos (también tragedias) en las cumbres más
célebres del planeta, viajes a tierras inexploradas y, sobre todo, se ha
convertido en un actividad con un enorme arraigo social. Las cuatro
federaciones de montaña aglutinan a más de 40.000 miembros, un dato que
por sí solo refleja el calado de la afición que hay a subir y bajar
montes, o a, simplemente, caminar.
La fructífera trayectoria del montañismo vasco se ha traducido en
la publicación de un buen número de libros, pero no existe un centro
que durante todo este tiempo haya recopilado, archivado y conservado
documentos, material y objetos que expliquen la importancia de esta
actividad a las generaciones futuras. Un grupo de veteranos y
entusiastas montañeros, encabezados por Txomin Uriarte, ha creado EMMOA,
la Fundación Museo Vasco de la Montaña-Euskal Mendizaletasunaren Museoa
Fundazioa, que ayer se presentó en el Club Vasco de Camping de
Donostia.
La fundación nace con el objetivo de dejar a buen recaudo el
patrimonio histórico del montañismo vasco. Coleccionar, conservar,
divulgar y exhibir los testimonios es la tarea que se ha marcado el
grupo que ha dado forma al proyecto. Y pese a que en su propio nombre se
especifica que es un Museo Vasco de la Montaña, la creación de un
edificio que repase la historia de esta actividad en Euskal Herria no es
precisamente el fin prioritario que persiguen los promotores de la
iniciativa. Haciendo bueno el dicho montañero de que lo esencial no es
la cima sino el camino, los impulsores de EMMOA buscan reunir
documentación gráfica y escrita, piezas históricas, objetos y todo tipo
de material que refleje la historia del montañismo vasco.
aranzadi Se trata primero
de rescatar el legado del olvido y luego clasificarlo, darle forma y, en
último término, mostrarlo al público en un centro por determinar. Una
laboriosa tarea que no ha hecho más que empezar y que cuenta con el
apoyo de Aranzadi. La Sociedad de Ciencias ha cedido un espacio en sus
instalaciones de Donostia para que los miembros de EMMOA almacenen y
vayan clasificando el material, y en un futuro, si construye una nueva
sede, habilitará una zona para albergar el patrimonio del montañismo
vasco. “Nuestra función ahora es difundir el proyecto y sembrar. Hemos
empezado ahora a recoger el material y tenemos donaciones y piezas que
nos han prometido”, explica Antxon Iturriza, uno de los promotores, que
destaca, entre otras, dos joyitas: una recopilación de libros del
Himalaya (“probablemente una de las mejores del mundo”), y una
colección de 120 brújulas de indudable valor histórico.
Iturriza, gran conocedor de la trayectoria del montañismo vasco, plasmada en su obra Historia sentimental del montañismo vasco,
explica que, lamentablemente, “se ha perdido mucho patrimonio. Se han
perdido infinidad de cosas y se seguirán perdiendo. Se trata de evitar
esa sangría y contar la historia con continuidad”. “Mira esta foto de
1913”, afirma mientras señala una imagen de ese año, de la colección de
Antxon Bandres, que muestra a un grupo de mendizales en las campas de
Arraba. “Esas personas vestían una ropa, unas botas... ¿Cómo vamos a
contar su historia si no tenemos su testimonio?”, afirma.
Un muestrario del legado que atesora el montañismo vasco se pudo apreciar en la exposición Mendia que
acogió hace ahora un año el Museo San Telmo. La muestra representaba un
sencillo y didáctico recorrido por la trayectoria que marcaron los
Espinosa, Bandres, Sopeña, Iriondo, De la Sota, Peña o Zabaleta. Después
de varios intentos infructuosos, Uriarte, Iturriza y compañía se han
propuesto encauzar ese material y otro tanto que ahora se halla
desperdigado o en manos de particulares deseosos de donarlos a un centro
que se encargue de su conservación.
apoyos Para ello, cuentan
con el apoyo de Aranzadi y Orona Fundazioa, además del decidido respaldo
de las federaciones vasca y navarra. Luego llegará el turno de tocar
las puertas de clubes, instituciones y empresas. “Es un largo camino
cuyo final igual nosotros no veremos”, apunta Iturriza. Una vez creada
la fundación y presentado su objetivo, los promotores pretenden formar
un equipo de técnicos que resuelvan los problemas que vayan surgiendo
con la conservación de fotos, la clasificación de la bibliografía, la
difusión del legado por Internet e incluso tareas ligadas con normativas
legales y demás.
Este primer paso debería desembocar en la creación de un Centro
Vasco de Documentación Alpina que reúna una gran biblioteca
especializada, una fototeca, una hemeroteca, un archivo y piezas de
valor histórico. Al fondo del camino se encuentra el sueño de levantar
un centro que muestre la historia del montañismo vasco. “Es nuestro
sueño, y esta es la base sobre la que se puede edificar. El día que haya
una posibilidad de crear un museo, el contenido ya estará listo”,
augura Iturriza.
emmoa
Objetivos. Adquirir y conservar el patrimonio, transmitir los
valores, fortalecer la divulgación y favorecer la accesibilidad del
público a sus servicios y contenidos.
Contacto. En la web www.emmoa.eus, en el correo info@emmoa.eus; en el teléfono 659 584 856 y en la dirección
c/ Postas, 19. 01004. Gasteiz.
viernes, 12 de febrero de 2016
'Made in Calatrava'
santiago Calatrava ha edificado su trayectoria (y su ego) diseñando edificios mastodónticos con forma de ave que se levantan con presupuestos de millones de euros aportados por instituciones públicas. Rara vez cumple los plazos de ejecución, el coste se suele duplicar, triplicar o cuadruplicar, y en más de una ocasión el trabajo final presenta notables deficiencias. La última perla del arquitecto benimatense es la estación de metro del World Trade Center, en plena zona cero, en el corazón de Nueva York. El proyecto, denominado Oculus, simula, cómo no, un ave (otra más) con las alas abiertas, acumula ya varios años de retraso (no atribuible solo a Calatrava) y su coste se ha disparado hasta los 3.500 millones de euros. La terminal entrará en funcionamiento en poco más de un mes y apuesto 1.000 a 100 a que no faltará un parte de incidencias en forma de goteras o piezas que se desprenden. Al ilustre diseñador le acompaña un currículum de chapucillas que van desde las losetas deslizantes del puente Zubizuri de Bilbao a los defectos en el Palacio de Congresos de Oviedo, pasando por el resbaladizo cuarto puente sobre el Gran Canal de Venecia, los desprendimientos en la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia (que costó 1.200 millones de nada) o las filtraciones de agua en la bodega Ysios. Marchando un Premio Pritzker.
viernes, 5 de febrero de 2016
Eso es todo, amigos
al caloret de la
precampaña a las últimas elecciones municipales, María Rita Barberá (o
el subordinado o subordinada que le llevaban la cuenta de Twitter)
escribió el 21 de marzo de 2015: “Creo en la dignidad de la política:
en 24 años en el Ayuntamiento no he visto más que personas decentes y
políticos honrados”. Solo le faltaba de remate el “¡Yo te quiero, Rita,
coño!”, de Rajoy para redondear la frase. A la vista de la corruptela en
masa que se está destapando en la operación Taula contra el PP
del Consistorio valenciano, la duda es si había una sola persona y un
solo político del entorno de doña Rita que fuera honrado. Los trajes de
Camps son un juego de niños en comparación con la enésima trama urdida
en el PP de Rajoy, ese hombre de Estado que ayer, parafraseando al
mítico El Puerco Porky y su “eso es todo, amigos”, dijo: “Esto se acabó y
ya no se pasa por ninguna”. Lo dice ahora que la corrupción se ha
convertido en un problema estructural que corroe a su partido. Lo dice
después de que decenas de cargos del partido se lo hayan llevado
calentito, a veces exhibiendo una arrogancia chulesca. Lo peor no es ya
que se creyeran impunes, lo peor es que, como los delitos económicos
tienen penas de Segunda División, no devolverán ni un solo céntimo de
euro de lo que han malversado, ergo, robado.
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