miércoles, 23 de diciembre de 2015

Luisitos

no hay carrera sin corredores, pero tampoco sin voluntarios que cubran los cruces, ofrezcan agua en los avituallamientos y auxilien a los lesionados. Y no hay partidos de fútbol sin futbolistas, pero tampoco sin Luisitos. Cada equipo tiene su Luisito, una persona tan imprescindible o más que un jugador, un balón o un árbitro. No marcan goles pero cuando faltan se les echa de menos. Los Luisitos madrugan para llegar al campo antes que nadie, preparan los vestuarios, pintan las rayas del campo, cortan y riegan el césped, reciben a los trencillas, hinchan los balones, colocan cada camiseta en su lugar correspondiente y hasta ejercen de delegados. Cuando todo acaba, recogen los bártulos, los banderines, las camisetas, limpian las duchas, despiden a los árbitros y son los últimos que apagan la luz. Incluso hacen de casco azul cuando los partidos se tensan y el árbitro y los jugadores, o los propios jugadores, se las tienen tiesas en el túnel de vestuarios. Ponen la calma y la paz. Todos los equipos tienen su Luisito. Nosotros, los del Gure Txokoa, también. Luisito Irazoki, para más señas. 27 años lleva colaborando de manera altruista para que quienes disfrutan jugando al fútbol se preocupen solo de eso, de jugar. Acaba de recibir la Medalla de Plata al Mérito Deportivo. Zorionak, Luisito.

viernes, 18 de diciembre de 2015

Fuerza residual

Encuestas y quinielas pronostican que el próximo domingo los seis sillones del Congreso que se ponen en liza en Gipuzkoa se repartirán de la siguiente manera: dos para EH Bildu y dos para el PNV, en una reñida pugna por la hegemonía, otro para Podemos y el último para el PSOE. El PP quedaría fuera y Ciudadanos ni está ni se le espera. Si salta la sorpresa y Odón Elorza no repite plaza en Madrid porque EH Bildu o el PNV logran un tercer escaño, o porque Podemos consigue la parejita, podría darse la paradoja de que ninguno de los hasta ahora denominados grandes partidos tendrían su cuota de representación guipuzcoana en la Cámara baja. La defunción del bipartidismo en estado puro. Y sabido es que si no consigues ningún representante en cualquiera que sea la institución, dejas de existir. El PP, con un juntetero y siete concejales en toda Gipuzkoa, corre el riesgo de convertirse en una fuerza política residual, si es que no lo es ya. Las elecciones autonómicas del próximo año serán un buen termómetro para calibrar si prosigue su caída libre o detiene la sangría de votos. Un trance por el que ya han pasado otros partidos como Ezker Anitza, que no tiene voz ni en las Juntas Generales ni en el Parlamento Vasco.

viernes, 11 de diciembre de 2015

Tócala otra vez, Frank

Tengo amigos que se descojonan cuando les confieso que me gustan a rabiar las canciones de Frank Sinatra. Cuando ya descubren que incluso tengo discos de La Voz en casa, directamente se parten la caja. Aibadios, para gustos están los colores. My way, que no es de Franki sino una canción popular francesa (Comme d’habitude) adaptada al inglés por Paul Anka, debería ser considerada un himno mundial. No solo por el tono, por cómo suena interpretada por Sinatra o por la melodía, que te engancha. También por la letra. “He amado, he reído y llorado. Tuve malas experiencias, me tocó perder. Y ahora que las lágrimas ceden, encuentro tan divertido pensar que hice todo eso. Y permítanme decir, sin timidez, oh, no, oh, no, a mí no, yo sí lo hice a mi manera”. Pena que la última visita de Sinatra a Madrid me pillara en mala edad. Fue en septiembre de 1986. Cantó en el Santiago Bernabéu en una noche exitosa para La Voz pero difícil de olvidar para los promotores del concierto, que esperaban reunir a 60.000 espectadores y apenas alcanzaron los 30.000 después de regalar cerca de 16.000 entradas. 150 millones de pesetas palmaron los organizadores. Mañana se cumplen 100 años del nacimiento de Sinatra. Un buen día para que suene My way.

viernes, 4 de diciembre de 2015

Magic era Johnson

fernando Alonso ganó su último título mundial en 2006 al mando de un Renault. Hace ya nueve largos años. Desde aquel éxito ha sumado 17 victorias, la última en 2013 con Ferrari. Y en las seis últimas temporadas ha conseguido seis triunfos en los 94 grandes premios en los que ha participado. Pura estadística que habla de un piloto que ha ido de más a menos hasta convertirse en carne de chanzas y memes. El éxito o el fracaso en la Fórmula 1 dependen en gran medida de la potencia y la fiabilidad de tu coche. Desde que conquistó el título, Alonso, que está considerado uno de los mejores pilotos, ha militado en dos de las escuderías con mayores presupuestos (Ferrari, y McLaren-Honda) y, sin embargo, no ha respondido a las expectativas. Al contrario. Se diría que rara vez él es el responsable. La culpa siempre es del bólido. El catálogo de excusas y los reproches a sus equipos de ingenieros y mecánicos suelen ser tan constantes y cansinos que cuesta creer que ninguno le haya afeado su actitud en público. Ha hecho de la queja el argumento habitual al que aferrarse. A rebufo de Alonso nacieron y crecieron una legión de fans, de Lobatos y de audiencias de dos dígitos que han desaparecido conforme el ídolo ha ido cayendo de los podios. No será el primer ni el último campeón que resucita pero, amigo Lobato, Magic era Johnson, el de los Lakers.

martes, 1 de diciembre de 2015

Pereza infinita

Pereza infinita me provoca la campaña electoral. Ahora llega la de las generales. Antes fue la de las catalanas. Antes de antes, la de las forales y municipales, y antes, de antes, de antes, la de las andaluzas. Cuatro convocatorias y cinco elecciones en lo que vamos de año. Debe ser récord mundial. Agotados ya todos los mensajes en una precampaña que arranca justo cuando se vacían las urnas de la campaña anterior, los candidatos (no hay candidatas en el star system político español) afrontan a partir de la noche del próximo jueves una frenética operación por vender promesas que no van a cumplir. Bien porque no llegan al poder, bien porque, cuando llegan, si te he visto no me acuerdo. Con la credibilidad bajo mínimos y dado que, según el último Barómetro del CIS, los partidos y los políticos siguen siendo un problema y una preocupación para los ciudadanos (el cuarto problema en orden de importancia), ahora se dedican a otros menesteres. Si hay que pasear en un elefante, se pasea. Y si el paseo en un plató de televisión, mejor. En Gipuzkoa, más zomorros, el clásico de los clásicos es subirse a una barquita en la bahía de Pasaia y prometer la regeneración. Luego no hay dios que ponga de acuerdo a las administraciones. Pero ese es otro cantar.