El otro día el expelotari Juan Martínez de Irujo comentaba en una entrevista que, a pesar de que ha estudiado euskera durante tres años en un euskaltegi de AEK, no se arranca a hablarlo en público. Ni siquiera con los chavales a los que entrena todas las semanas. Le vence la vergüenza. No es el único. Diría que abundan quienes entienden euskera, pero tienen pudor a hablar con euskaldunes con quienes tratan a diario. Por miedo a equivocarse, por no hablar de una manera fluida, por no meter la pata, porque no lo han hecho nunca o por todo a la vez. Seguramente, también por comodidad, por no abandonar lo que ahora se llama zona de confort. No sucede lo mismo cuando te cruzas con alguien que no conoces. Cada individuo tiene sus particularidades y su forma de abordar un idioma, pero para alguien que no domina euskera como le gustaría, es más sencillo hablarlo con un euskaldun con el que se cruza por primera vez que con alguien con el que siempre ha hablado en español. Cuesta cambiar el registro. Los niños suelen tenerlo más claro. Saben con qué familiares se entienden en español y euskera, y con quiénes solo en euskera. Si Euskaraldia ha servido para que salgamos de nuestra zona de confort, bienvenidos sean los siguientes 354 días.
viernes, 30 de noviembre de 2018
viernes, 23 de noviembre de 2018
Gobierno 'Black Friday'
Pedro Sánchez anunció el pasado mes de junio la exhumación de los restos de Franco del Valle de los Caídos. Cinco meses después, la momia sigue ahí. Casi desde su toma de posesión, Sánchez se comprometió a activar la negociación de las transferencias pendientes entre el Estado y Euskadi, entre ellas las más avanzadas: un tramo de autopista y dos líneas de tren. Ahí siguen. Hace nada, el Gobierno socialista y el de Navarra acordaron que el Ejecutivo foral asuma en su totalidad la competencia de Tráfico. Dios dirá. Hace un par de semanas, el Gobierno central anunció que en 2040 no circulará por las carreteras ningún vehículo que no sea eléctrico. Ver para creer. Y, por acabar, a principios de esta semana, el ministro de Fomento insinuó que el 26 de mayo de 2019 podrían coincidir tres citas electorales, con sus correspondientes cinco urnas (Senado, Congreso, europeas, forales y municipales), lo que provocó que temblaran las redacciones de los medios de comunicación. Debe ser la nueva política. Una especie de política de Black Friday. Ofertas irresistibles para que muerdas el anzuelo y luego ya se verá. Como programa de campaña electoral, queda precioso, muy bonito, apañao. Como acción de gobierno, ya si tal lo dejamos para mañana.
sábado, 17 de noviembre de 2018
Malaga Euskadi da
Durante años, en una pared de Málaga se podía leer Malaga Euskadi da. La pintada formaba parte de una iniciativa de Agustín Parejo School, un transgresor colectivo cultural que permaneció activo de 1982 a 1994 y que, entre otras acciones, se propuso vestir a vendedoras de claveles con txapela y a aizkolaris con traje de faralaes. Te pones ahora, en pleno siglo XXI, a pintar en cualquier lugar de la piel de toro una frase similar en un mural y, como poco, acabas declarando ante un juez en la Audiencia Nacional. Se lleva el trazo grueso. No hay más que repasar la sarta de improperios que ha recibido el PSOE de La Rioja por proponer -proponer, no imponer- que el euskera y el español fueron incluidos en el nuevo Estatuto de la comunidad “como un elemento esencial de su acervo histórico y cultural, constituyéndose así como lugar de encuentro de todas las lenguas españolas”. Los de siempre salieron en tromba como un elefante en una cacharrería para atizar a los socialistas manipulando lo que hiciera falta. Porque una cosa es la propuesta del PSOE (que puede ser acertada o no), otra acusarle de querer imponer el euskera en La Rioja y el más allá es lo de Pablo Casado, que dijo que se buscaba la equiparación del euskera con el español.... en La Rioja. Si es que da la risa. Pues eso. Malaga Euskadi da.
viernes, 9 de noviembre de 2018
El francotirador
Los medios de comunicación, como el teatro y el Real Madrid, estamos siempre en crisis. Cuesta horrores cuadrar balances, en los medios, digo, no en el Madrid, que maneja un presupuesto de casi 700 millones de euros. A lo que iba, que me disperso. No estamos en los medios de comunicación para muchos dispendios, pero no estaría de más contratar a expertos para separar el grano de la paja, para conocer qué es real, qué es una noticia pura y dura con sus fuentes, sus confirmaciones y demás, y qué es una invención, un montaje o una mentira de las de toda la vida. Las fake news han existido desde tiempo inmemorial, pero el problema se ha amplificado por mil con la expansión de Internet y las redes sociales. Ya dudas hasta de tu sombra. Así que ayer te topas con un titular que dice que la Audiencia Nacional descartó acusar de un delito de terrorismo a un ultra francotirador, o a un francotirador ultra, que lo mismo da, que tenía “clara voluntad” de atentar contra Pedro Sánchez, y no te lo crees. No andan sus señorías (en especial los magistrados del Supremo) en su mejor momento, pero no te acabas de creer que la Audiencia Nacional, tan contundente a la hora de encarcelar a ocho jóvenes por una pelea en un bar, rechace investigar a un tipo que, según los Mossos, estaba dispuesto a matar al presidente del Gobierno.
domingo, 4 de noviembre de 2018
Polifacético como pocos
Perejil en todas las salsas, Josu Goia era capaz una misma mañana de tocar la Diana con los txistularis en la festividad de San Esteban, sentarse en la parroquia en el asiento reservado al alcalde o a los concejales, interpretar varias piezas al órgano durante el oficio religioso, bajar las escaleras de la iglesia junto al resto de la Corporación y tomarse luego unos vinos en el Errekalde con amigos y vecinos.
Polifacético es quedarse corto. Fue alcalde, concejal, parlamentario, bombero voluntario, músico, director de la banda, escultor, escritor y un montón de oficios más, pero fue también, junto a un buen número de beratarras con inquietudes sociales y culturales, el precursor de iniciativas que han enriquecido la vida de una localidad que en los 80 supo recuperar tradiciones que se habían perdido durante la dictadura franquista. El Glin-Glan o los Iñudek eta artzaiak son solo dos muestras de las raíces que Josu Goia y compañía rescataron del olvido y se mantienen hoy. O Berako Oihua, el programa de fiestas, que no nació como un programa sino como una revista. O Iamotenea, la sede del Gure. O dantzas, o piezas musicales, o decenas de proyectos culturales que se han transmitido luego de generación en generación.
“Era como Dios, estaba en todas partes”, dice una vecina sobre Josu. Su impronta se deja ver nada más llegar a Bera, con la escultura en recuerdo a los Baroja. La talla de piedra o de madera fueron solo dos de las habilidades de un hombre capaz de interpretar diez instrumentos y de hablar con erudición de lo divino y lo humano. Si tenías de visita a amigos, te daba diez folios en los que explicaba la historia de Bera a modo de itinerario turístico. Incontables las veces que ha tocado el órgano de la parroquia que hoy sonará en su honor. Lo mismo daba una tema de Benito Lertxundi, que una jota o una salve rociera, cuando ese órgano suena se te ponen los pelos de punta aunque seas el más agnóstico de los fieles.
Abertzale y euskaltzale, fundador de HB, no rehuía la polémica, propia y ajena. Hombre de mil anécdotas, dos de sus pasiones eran el monte y esquiar. Suele contar un amigo que en cierta ocasión fue a esquiar a los Alpes en cuadrilla con Josu. Como era conocida la propensión de Josu a roncar (fuerte), nada más llegar al apartamento en el que se alojaban, sacó de los bolsillos varios pares de tapones que repartió entre los presentes. La sinfonía nocturna fue de las de recordar.
Goian bego, Josu.
Polifacético es quedarse corto. Fue alcalde, concejal, parlamentario, bombero voluntario, músico, director de la banda, escultor, escritor y un montón de oficios más, pero fue también, junto a un buen número de beratarras con inquietudes sociales y culturales, el precursor de iniciativas que han enriquecido la vida de una localidad que en los 80 supo recuperar tradiciones que se habían perdido durante la dictadura franquista. El Glin-Glan o los Iñudek eta artzaiak son solo dos muestras de las raíces que Josu Goia y compañía rescataron del olvido y se mantienen hoy. O Berako Oihua, el programa de fiestas, que no nació como un programa sino como una revista. O Iamotenea, la sede del Gure. O dantzas, o piezas musicales, o decenas de proyectos culturales que se han transmitido luego de generación en generación.
“Era como Dios, estaba en todas partes”, dice una vecina sobre Josu. Su impronta se deja ver nada más llegar a Bera, con la escultura en recuerdo a los Baroja. La talla de piedra o de madera fueron solo dos de las habilidades de un hombre capaz de interpretar diez instrumentos y de hablar con erudición de lo divino y lo humano. Si tenías de visita a amigos, te daba diez folios en los que explicaba la historia de Bera a modo de itinerario turístico. Incontables las veces que ha tocado el órgano de la parroquia que hoy sonará en su honor. Lo mismo daba una tema de Benito Lertxundi, que una jota o una salve rociera, cuando ese órgano suena se te ponen los pelos de punta aunque seas el más agnóstico de los fieles.
Abertzale y euskaltzale, fundador de HB, no rehuía la polémica, propia y ajena. Hombre de mil anécdotas, dos de sus pasiones eran el monte y esquiar. Suele contar un amigo que en cierta ocasión fue a esquiar a los Alpes en cuadrilla con Josu. Como era conocida la propensión de Josu a roncar (fuerte), nada más llegar al apartamento en el que se alojaban, sacó de los bolsillos varios pares de tapones que repartió entre los presentes. La sinfonía nocturna fue de las de recordar.
Goian bego, Josu.
sábado, 3 de noviembre de 2018
'Ttipi-Ttapa'
Nació en 1982, cuando Itoiz tocaba la banda sonora de nuestras vidas, desde la modestia de una publicación local en un municipio de no más de 4.000 habitantes. Hoy, 36 años después, tiene 6.000 suscriptores y 29.000 lectores. Hablamos de Ttipi-Ttapa, la revista quincenal que hace una semana recibió uno de los diez galardones en los premios de periodismo Rikardo Arregi. No es sencillo abrirse camino en el mundo de los medios de comunicación, menos aún si es con una publicación íntegramente en euskera y menos aún si es íntegramente en euskera y en Navarra. Pasito a pasito, Ttipi-Ttapa ha ido marcando hitos hasta lograr lo que todo medio pretende: que tu público potencial haga suyo el proyecto. Primero se expandió fuera de la comarca de Bortziriak hasta abarcar un campo amplio que va desde Bera a Elizondo, y de Azkaine a Lei-tza, traspasando mugas con un idioma común. En 1994 pasó del blanco y negro al color y dos años más tarde fue pionera en difundir sus contenidos por Internet ( www.erran.eus). Ttipi-Ttapa cumple de sobra la función de acercarte la información más próxima. En ocasiones con sorpresa, como cuando descubres en su sección de Zerbitzuak que un amigo se ha casado de tapadillo. Zorionak Ttipi-Ttapa eta aunitz urtez!
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