viernes, 30 de agosto de 2024

Cobaya Jornet

En el verano de 2008, los italianos Franco Nicolini y Diego Giovannini ascendieron las 82 cimas de los Alpes que superan los 4.000 metros en solo 60 días. No recurrieron a ningún medio motorizado para completar el reto. Se movieron a pie, en bicicleta o con esquís hasta totalizar 1.100 kilómetros andando, con sus correspondientes 74.800 metros de desnivel positivo (cuesta arriba, para entendernos) y 17.150 kilómetros en bicicleta. No fueron los primeros en ascender a todos los cuatromiles, pero sí los que invirtieron menos tiempo. El fallecido Ueli Steck realizó el mismo desafío en 2015, también sin usar ningún medio con motor y tardó un par de días más (62). Kilian Jornet, un portento físico y mental, le ha dado una vuelta al asunto y lleva desde el 13 de agosto sube que te sube, y baja que te baja, cuatromiles. Arropado por un equipo médico y logístico, se ha convertido en una especie de cobaya humana: quiere comprobar hasta qué límites puede exprimir su cuerpo y su mente. En solo doce etapas ha ascendido 59 cumbres, que no son precisamente tan sencillas como subir al Adarra. Incluso se ha permitido el lujo de parar un día a descansar (duerme 4-5 horas diarias). No lo ha confesado, pero es vox populi que acabará subiendo los 82 montes. Solo falta saber en cuánto tiempo lo hará.

viernes, 23 de agosto de 2024

Tristeza infinita

Dice un amigo que la orografía vasca sería ya perfecta si hubiera media docena de montañas de más de 3.000 metros. No tenemos tresmiles, pero no andamos escasos de montes. El Catálogo de Cimas de Euskal Herria reúne más de 900 repartidas por Araba, Gipuzkoa, Bizkaia, Nafarroa y Lapurdi. Durante años y años, aficionados vascos a la montaña han recorrido, recorren y recorrerán una misma ruta que les lleva de casa al Himalaya. Comienzas, de crío, familiarizándote con los montes de tu entorno. Sigues el camino ascendiendo aquellos que tienen más renombre, ya sean el Txindoki, el Gorbea o el Orhi, y, cuando ya te has curtido, vas a Pirineos y pruebas a subir uno de los 212 tresmiles. A poder ser que sea sencillo, sin dificultad técnica, y acompañado por montañeros con experiencia porque te adentras en terreno de alta montaña y ya solo el nombre impone. De Pirineos, los más experimentados dan el salto a los Alpes, y de los Alpes a la Cordillera Blanca de Perú, al Huascarán o al Alpamayo. El Himalaya suele ser el destino final de esa ruta que comienzas de chaval en casa. A veces, desgraciadamente, la fatalidad se cruza en tu camino porque la montaña es un medio tan atractivo como imprevisible, y en un segundo se pasa de la felicidad inmensa a una tristeza infinita.

domingo, 18 de agosto de 2024

Tasa turística

Afirmaba hace unos días Eneko Goia en estas mismas páginas que es optimista acerca de la implantación de una tasa que grave la estancia de los turistas en los alojamientos. Basta salir fuera para comprobar que Euskadi va tarde en este asunto. Catalunya aplica este tributo desde 2012, Baleares lo hace desde 2016 y en Europa es tan común pagar esta tasa como tomarte una cerveza o pagar por echar un pis. Más de 20 países y 140 ciudades te cobran un extra cuyo coste habitualmente varía en función del establecimiento. Cuantas más estrellas tiene un hotel, más pagas. No conozco a nadie que haya renunciado a conocer un destino turístico porque tiene que pagar la dichosa tasa. Londres es seguramente la excepción, aunque la medida se está aplicando en otros lugares del Reino Unido. Dado que las tasas no ahuyentan al turismo porque en algún caso el coste es hasta simbólico, hay dos preguntas sobre la mesa que las instituciones vascas deberán responder en el debate que se ha reabierto con la nueva legislatura: quién cobra el impuesto y a qué se destina ese dinero. Lleva razón Goia cuando dice que debería ser una tasa municipal y no autonómica. Los ayuntamientos son los que más acusan el impacto del turismo de masas y por pura lógica los ingresos se deberían destinar a las infraestructuras y a mejorar la calidad de vida de los vecinos que soportan las masas de visitantes.

viernes, 9 de agosto de 2024

A ver, plumilla

Supongo que solo a los periodistas nos sucede que a altas horas de la madrugada, en plenas fiestas patronales, te encuentras con un amigo y te suelta aquello de: “A ver, plumilla, tienes que escribir sobre la jubilación. Los de mi generación estamos hasta la coronilla (él lo dijo con otra palabra y estamos en horario infantil) de trabajar. Empezamos a trabajar en Ibardin con 16 años y no nos dejan jubilarnos antes de los 65. Tienes que escribir de eso”. Así que aquí me tienen. Cumpliendo el mandato y escribiendo sobre la jubilación, asunto al que comienzas a prestar cierta atención cuando la chavalería de casa empieza a volar sola y hace tiempo que no hay letras que pagar. Al amigo que, gintonic en mano, me entró como si esto fuera Change.org, ya le comenté que llevo más de 1.000 Mesas de Redacción publicadas en 19 años y que algún texto sobre jubilación ya he escrito. Pero, en fin, los amigos estamos para esto, los plumillas somos como ONGs, así que aquí dejo su petición por escrito. No recuerdo los argumentos que me aportó para su queja porque, como ya he comentado al principio, eran altas horas de la madrugada, pero seguro que llevaba razón. Algo me dijo de los médicos, de que si ahora la mili cotiza y tal, pero es lo que tienen los combinados, que te impiden recordar al pie de la letra las conversaciones cuando la noche es joven.

martes, 6 de agosto de 2024

Los Ángeles 2028

El otro día busqué en Internet información sobre la edad mínima y máxima para participar en los Juegos Olímpicos. El COI no establece una edad mínima, así que son las federaciones internacionales las que fijan su posición en esta cuestión. En la gimnasia rítmica, por ejemplo, no pueden competir los menores de 16 años, y en boxeo, los menores de 18. Por arriba no hay techo. Andy MacDonald, un californiano que compite con Gran Bretaña en skateboarding (monopatín, para entendernos), tiene casi mi edad (él 51; yo, 53) y ahí anda, haciendo cabriolas con chavalitos de 15 y 16 años en la plaza de La Concorde, la sede en la que se celebran los deportes que supuestamente van a enganchar a los adolescentes a los Juegos: ciclismo BMX freestyle, breaking dance, skate y baloncesto 3x3 . Más viejuno es el jinete español Juan Antonio Jiménez Cobo, que está en edad de jubilación (65 castañas) y compite por equipos en doma clásica. También tiene ya una edad Ni Xia Lian (61 tacos), jugadora de tenis de mesa nacionalizada luxemburguesa. Con la furia que le ha entrado al COI por incorporar nuevas disciplinas al programa olímpico, nunca hay que perder la esperanza de ser olímpicos. Ahora que cada vez hay más jubilados, deberían pensar en incluir una disciplina acorde. Petanca, por ejemplo. Todo es ponerse y entrenar. Los Ángeles 2028 nos espera. Y, si no, Brisbane 2032.