Yo, de mayor, quiero ser Flavio Briatore. O sea, ser un artista dirigiendo escuadras de Fórmula 1 y tener a mi alrededor chicas monísimas y lujo por doquier. Siempre me ha llamado la atención este hombre que tiene fama de bon vivant y, a su vez, un prestigio como estratega y descubridor de talentos. Bueno, no me ha llamado siempre la atención porque, simplemente, no sabía de su existencia hasta que apareció junto a Fernando Alonso, o viceversa. Al margen de su buen hacer como director de equipos de Fórmula 1, fuera de las pistas es un crack del playboyismo, si es que existe este palabro. El bueno de Flavio se nos casa el próximo 15 de junio a los 58 años, no vaya a ser que se le pase el arroz. Será en Roma, con una tal Elisabetta Gregoraci. Tecleen en Google el nombre y el apellido de esta modelo italiana y la primera web que se encontrarán dice lo siguiente: "Web dedicada a las chicas más bellas y sexys del mundo que jamás creistes (sic) que pudieran existir". Para brindar por su próximo matrimonio con esta pizpireta chica y, ya de paso, celebrar el cumple de Slavica Ecclestone, la mujer del mandamás de la Fórmula 1, una modelo que tiene 28 años menos que el multimillonario británico y medio metro más de altura (vuelva a teclear Google y observe las fotos de la pareja), el bueno de Flavio organizó hace una semana en Mónaco un fiestón que a poco se le va de las manos. Una de las invitadas, la cantante Lily Allen, se agarró tal pedo con el Moët Chandon, que se tiró por la borda del yate de Briatore después de quitarse el bikini. Es lo que tiene el lujo, que se te sube a la cabeza.
sábado, 31 de mayo de 2008
lunes, 19 de mayo de 2008
Oscar Pistorius
Se llama Oscar Pistorius, tiene 21 años, es sudafricano y practica el atletismo. Nada fuera de lo común si no fuese porque acaba de marcar un hito que va más allá de lo deportivo. Pistorius puede convertirse el próximo mes de agosto en el primer atleta paralímpico que compite en unos Juegos Olímpicos (a secas). El Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) decretó el pasado viernes que debe ser admitido en pruebas con deportistas no paralímpicos, a pesar de que corre con dos prótesis en sus piernas, y en contra del criterio que mantenía la Federación Internacional de Atletismo (IAAF). Pistorius encarna una de esas historias de superación que acaban en películas. A los once meses sus padres tuvieron que tomar la cruda decisión de que los médicos le amputaran la parte inferior de sus piernas debido a que sufría una enfermedad degenerativa. Como tantas personas, el chaval ha hecho de su vida un reto continuo, ha convertido la discapacidad en capacidad. Hoy es una persona capaz de hacer los 400 metros lisos en 46 segundos y 56 centésimas, algo que usted y yo no conseguiríamos ni entrenando 24 horas al día, siete días por semana. La IAAF consideraba que las prótesis que utiliza le devolvolvían el 80% de la energía que producía, pero el TAS ha contestado que nones. Pristorius, también conocido como Blade Runner, tiene ahora que rebajar casi un segundo su marca para hacerse un hueco en la selección sudafricana, aunque se da por hecho que competirá en el relevo de 4x400.
martes, 13 de mayo de 2008
El reto
Partamos de la idea de que para disfrutar del monte no hace falta pegarse la pechada de andar durante diez, doce o catorce horas. Ni siquiera se necesita subir el Txindoki o el Anboto. Basta un paseo por cualquiera de los rincones que tenemos a nuestro alrededor, a un paso de casa, para disfrutar del verde. Hecha esta salvedad, habrá que decir que la Marcha de las XIV Horas es otra historia. Es una oportunidad única de disfrutar del paraíso de Aralar y de afrontar un reto de envergadura. Puestos a comparar, es la Behobia de las travesías de montaña. Es multitudinaria, popular y está muy bien organizada. El reto exige una buena preparación física, por lo que no está de más un examen médico previo. El recorrido, precioso, no tiene dificultades técnicas ni tampoco cuestas de ésas que ahogan al personal. Es largo, largo, así que conviene andar en compañía de grandes conversadores para hablar de lo divino y lo humano. No conviene olvidar el nombre de la marcha: las XIV Horas. Está concebida para hacerla aproximadamente en ese tiempo, no en diez o en doce. Para correr ya existen las carreras de montaña. Y un último apunte: al paso por Alegia, eche un trago al porrón de cerveza con limón. Entra como dios.
* Texto publicado en la sección de deportes de NOTICIAS DE GIPUZKOA en vísperas de la marcha de montaña las XIV Horas de Tolosa
* Texto publicado en la sección de deportes de NOTICIAS DE GIPUZKOA en vísperas de la marcha de montaña las XIV Horas de Tolosa
domingo, 11 de mayo de 2008
Frank Rijkaard
Hay entrenadores de fútbol que se pasan la vida recordando lo lustroso que es su historial, aunque desde hace muchos años se encuentre carcomido o lleno de telarañas. No hay que ir muy lejos para encontrarse con técnicos que nos cuentan cada semana que ellos fueron los descubridores de fulanito o menganito, jugadores que otrora brillaron en clubes de postín. Otros optan por hacer de la polémica su modus vivendi. Esconden sus carencias técnicas o su falta de formación mediante contínuos enfrentamientos con la prensa, el utillero o todo el que se cruce por su deambulante camino. Frank Rijkaard, el entrenador al que el Barça despachará el 30 de junio, es un rara avis. No sé si es un buen o mal entrenador si nos atenemos sólo a conceptos técnicos. Pero, desde la distancia, por lo que dice y hace, es una excelente persona (un excelente ser humano, que dirían los cursis). Un tipo educadísimo, al que no se le recuerda una mala acción o una frase altisonante en un mundo a veces tan barriobajero como el del fútbol. Un tipo elegante que guarda un respeto reverencial hacia la prensa, los aficionados y sus propios jugadores. El mismo respeto del que carecen esos futbolistas que hoy besan la camiseta cuando marcan un gol y mañana simulan una lesión o cualquier excusa para no jugar un partido comprometido. Decía hace unos días un periodista que da la impresión de que Rijkaard toma calmantes, dado su carácter tranquilo, pausado. No estaría de más que en la Liga cundiera la filosofía Rijkaard.
viernes, 9 de mayo de 2008
'Pakito el Txokolatero'
Digo yo que habrá bailado alguna vez esta archiconocida pieza en un bodorrio o similar. Como diría el amigo Rodolfo, esto se baila en la China y también en Alcorcón. Sin perrear, pero se baila. Y aunque no tiene letra (al menos la partitura original), todo el mundo canta un supuesto estribillo compuesto por una sola expresión: ¡Eh! Hablamos del pasodoble Paquito el Chocolatero (en Euskadi, Pakito el Txokolatero!) que, por si no lo sabían, es la pieza que más se interpreta en vivo y en directo en la piel de toro. Lo dice la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE). Es la canción que más derechos generó en 2005, 2006 y 2007 en actuaciones, verbenas de pueblo, bautizos y demás. Y eso que no contabilizan lo que suena al otro lado del Bidasoa, donde esta pieza hace furor. Basta que haya una trompeta entonando las notas para que la peña que vive desde Iparralde a Toulouse eche cuerpo a tierra y empiece a mover el esqueleto. No hay más que recordar a las 4.000 personas que en las fiestas de Baiona se pusieron a bailar esta canción compuesta en 1937 por Gustavo Pascual Falcó en honor a su cuñau, Francisco Pérez Molina, que (sí, lo han adivinado) era chocolatero. Música al margen, lo que a uno siempre le ha llamado la atención es que cuando esta canción suena en una fiesta, siempre hay el invitado de turno que tiene una habilidad admirable para bailar sin que se le caiga ni una sola gota del cubata. Los hay que son mismamente unos acróbatas, capaces al mismo tiempo de sujetar el periflú y fumarse un puro. Puros genios.
domingo, 4 de mayo de 2008
El pijama de Paquirrín
Cae en mis manos (en realidad cae en mi buzón) un folleto publicitario de una empresa protagonizado (tachán, tachán) por Francisco Rivera Pantoja, o sea, el Paquirrín de toda la vida que ahora se hace llamar Kiko. El tipo aparece con los brazos cruzados, que supongo que es su pose habitual, barba de varios días y cara de haber dormido poco. "A comprar, que son dos días", dice el chavalillo en el eslogan. Buceo en Internet y compruebo que el anuncio tiene una segunda versión en la que el hijo de la del pollo sale vestido con pijama y acompañado a derecha e izquierda por una rubia y una morena. "Paquirrín ha encontrado por fin trabajo", dicen con mala leche en una mininoticia de El Periódico de Catalunya. Como profano en la materia, pregunto a los entendidos y me dan toda suerte de explicaciones sobre el efecto que tienen este tipo de anuncios. De apariencia son cutres, pero sus creadores logran el objetivo que pretenden: que los medios de comunicación les dediquen un ratito. Para muestra, la última invención de la agencia Dimensión. Los personajes son para echar de comer aparte, pero el spot está bien trabajado. Y la canción, al estilo de We are the world, we are the children, es pegadiza como pocas. Que al final, todo consiste en que se te pegue al oído la cama de Lorenzo Lamas, el banco de Matías Prats, la leche de Belén Rueda, el reloj de Julio Iglesias y el porrón de cosas que anuncia el sin par Fernando Alonso.
jueves, 1 de mayo de 2008
Ayudemos a lord Laidlaw
La noticia, firmada por la agencia Efe, decía lo siguiente: "Un lord dona un millón de dólares para ayudar a gente obsesionada por el sexo". Visto así, sin más, no tenía mucha miga. Si se repasaba la misma historia en un par de diarios, cambiaba un poco el enfoque. Según han contado estos días varios periódicos, el tal Irvine Laidlaw se había marcado una orgía de aúpa en Mónaco con cuatro prostitutas, un gigoló y una bisexual trilingüe. Aquí viene la primera duda. ¿Qué es una bisexual trilingüe? ¿Una bisexual que habla francés, griego y tailandés? ¿Políglota? ¿Que tiene tres lenguas? Tendremos que recurrir a Ronaldo, que sabe de bisexuales o transexuales un rabo (digo un rato) largo. El muy honorable lord ha dejado en nada la bacanal nazi de Max Mosley, el mandamás de la Federación Internacional de Automovilismo. El tipo no escatimó en gastos. Se pimpló 30.000 euros en una noche en el reputado hotel Hermitage de Mónaco. No faltó ni cocaína ni viagra, ni una dominátrix (ya me pierdo) de Nueva York. Cuentan que mister Laidlaw prepara estas citas con mimo. Primero reúne a todo el personal en una romántica cena y luego da rienda suelta a su querencia por el cuero, las fustas y todo lo demás. El lord, que pasa por ser el segundo hombre más rico de Escocia, asegura que no puede con esta adicción, comparable a la que tienen otros con las drogas y el alcohol. Así que ha decidido recluirse en una clínica de Sudáfrica para desintoxicarse de tanto fornicar y de tantas noches de desenfreno.
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