domingo, 28 de febrero de 2010

El apocalipsis

Les pongo en situación. Son las ocho de la tarde. Al otro lado de la cristalera, en la avenida de Tolosa, en Donostia, hay una calma chicha. No se mueve ni una sola rama del árbol que tengo a mi derecha, pero la radio, la tele y los portales de Internet me anuncian que en unas horas llegará lo más parecido al apocalipsis meteorológico. Definitivamente, la ciclogénesis explosiva, aunque ya sea un término familiar porque lo conocemos desde el año pasado, te produce un acojono de miedo. Hace cosa de una hora se ha anunciado el cierre de los centros comerciales, no circulan los autobuses, hay un pequeño incendio en el monte Artxanda de Bilbao, una grúa se ha desplomado en Abaltzisketa, un cable de alta tensión se ha caído en Beasain... y sopla un viento más propio del verano que de este invierno que apura sus últimos días. Para cuando usted lea estas líneas, se supone que este bicho con forma de ciclón, que los alemanes han bautizado con el nombre de Xynthia, se habrá alejado de estos lares, o estará en ello. La alerta dejará de ser roja, aunque a un servidor le dé la impresión de que llevamos varios meses de emergencia en emergencia. Del verde al amarillo, del amarillo al naranja, del naranja al rojo y vuelta a empezar. Y lo que hoy se llama ciclogénesis explosiva antes eran fuertes vientos, el frío polar era frío a secas (o fresco para algunos), y la lluvia era, es y será siempre lluvia. Pues eso. Que pase el Xynthia y que cause el menor destrozo posible. Ahí fuera, las ramas del árbol siguen quietas paradas. ¿Está el maestro Hitchcock detrás de todo esto? Seguiremos informando.

martes, 23 de febrero de 2010

¡Que vienen los rojos!

es lo que tiene la TDT. Te pones a zapear y te topas con un programa que te hace dudar sobre si vives en los albores del siglo XXI o en plena dictadura franquista. No me acuerdo del nombre del espacio (ni falta que hace, ni ganas que tengo de buscarlo en Internet), pero venía a llamarse algo así como Algo más se perdió en Cuba y se ofrecía en Intereconomía. Me bastaron diez minutos para comprobar que la incontinencia verbal de algunos tertulianos era ilimitada, y que matiz es una palabra que no figura en su vocabulario. Me llamó la atención uno de ellos, del que también desconozco su nombre porque el programa no tenía a bien poner los nombres de los tertulianos cuando éstos tomaban la palabra, y el presentador les llamaba por su nombre de pila (ya saben, en determinadas tertulias, todos son don y doña). El caso es que este tipo (que daba la impresión de que necesitaba una buena dosis de Sintrom) hizo un alegato que no se escucha ni en boca del más conservador del PP. Acusó a las gentes de izquierdas (así, en general, sin distinción) de utilizar el "terrorismo verbal", se quedó tan ancho cuando dijo que las gentes del cine "han robado" 90 millones de euros al Estado, aplaudió y jaleó el gesto de Aznar con su dedo corazón, y pidió poco menos que la cárcel para quienes protestaron contra el ex presidente en la Universidad de Oviedo. Decía ayer El País que abunda la presencia de tertulianos ultras en los programas de ¿debate? de la TDT. Puede ser. Lo que es cierto es que por ahí hay más de uno que sigue pensando que España se divide en rojos y nacionales.

viernes, 19 de febrero de 2010

De sueldos y premios

por la razón que sea, a este lado de los Pirineos está mal visto, por decirlo de alguna manera, que se sepa el sueldo que cobra cada cual. El salario es de esos secretos inconfesables que nadie va piando por ahí, ni falta que hace. Ya sea por ofensivo, irrisorio o porque no, los dineros que gana uno no traspasan las cuatro paredes del hogar. Y cuando toca hacer papeles, hasta nos da reparo que el administrativo o la funcionaria de turno vea, aunque sea de soslayo, cuánta pasta nos llevamos a casa a final de mes. Lo de no ir contando por ahí cuánto ganamos se diría que pertenece a la idiosincrasia del país. Al otro lado de los Pirineos es distinto. Basta ver un reportaje de economía doméstica en cualquier cadena de televisión francesa para comprobar que los protagonistas explican con total naturalidad cuánto ganan (otra cuestión es saber si dicen la verdad o mienten). Sucede algo similar con los premios en los juegos de azar. Hace nada, al menos dos guipuzcoanos se han hecho millonarios a cuenta de la Lotería. Para un periodista es misión imposible dar con el, la o los afortunados. Ni están ni se les espera. Lógico. Te acabas de forrar y lo único que te importa es guardar el billete en el banco. Como en el caso de los sueldos, más allá de la muga este tipo de asuntos se mastican de manera diferente. Hace unos días, Nigel Page y Justine Laycock, británicos ellos, dieron una rueda de prensa, copa de champán en mano, tras ganar 65 millones en el Euromillón. Y otro paisano, Michael Carroll, ha confesado que se ha pimplau (mayormente en drogas y puticlubs) los 15 millones que ganó hace siete años en la Lotería. Un crack.

jueves, 11 de febrero de 2010

Declaración de Benta Berri

acabados los fastos de la Reunión Informal de Ministros de Competitividad (RIMC en sus siglas en castellano), nos hemos reunido cuatro amigos para redactar la Declaración de Benta Berri. Fruto de las sesudas reflexiones a las que hemos llegado después de asistir a distancia a la Cumbre de Donostia-San Sebastián, hemos elaborado el siguiente decálogo de ocho puntos:
1. Que los periódicos de Sanlúcar de Barrameda no han dedicado ni medio breve a la cumbre y que, de hecho, si la cumbre se hubiera celebrado en Sanlúcar, los periódicos del terruño no le hubiéramos dedicado ni medio breve.
2. Que nos hubiera gustado probar el sabor de la sopa de chufas con mango y la xorta de carabineros con sopa de maíz que degustaron sus ilustres autoridades en la cena de gala.
3. Que si el coche eléctrico subirá Leitzaran.
4. Que en qué gasta el rato un ertzaina que tiene que estar todo su turno asomado a un puente de la A-8 viendo pasar coches. ¿Manda sms picantes a su novia? ¿Llama a la cuadrilla para ver a quién le toca preparar el bacalao a la vizcaina en la cena de la sociedad?
5. Que Cristina Garmendia es muy guapa.
6. Que nos hubiera encantado conocer al representante italiano, don Giuseppe Pizza (el apellido no es coña).
7. Que el ministro con apellido de mayordomo es un caso único en la política: perdió unas elecciones, pasó a ser columnista de uno de los periódicos que más zumba a ZP y luego fue premiado con un Ministerio. Un crack.
8. Que mucha paz y mucho amor. Dicho queda.

domingo, 7 de febrero de 2010

El peaje del peaje

De aquí a nada, ir en coche desde Donosti a Vitoria o Pamplona, y viceversa, dejará de ser by the face. Mucha jeta es la que tenemos. Está muy feo eso de circular por las carreteras sin pagar un duro (excepción hecha de la A-8 y la AP-1). Gratis total. Feo, feo. Dentro de unos años pagaremos por circular por la Autovía de Leitzaran, Etxegarate, la carretera de Endarlatza y, si me apuran, hasta por ir por Gaintxurizketa. Los gallifantes de la cosa en este nuestro territorio lanzaron la idea, no hace un mes como parece, sino hace ya tres largos años. Se lo contamos en estas páginas de manera prolija en octubre de 2006 y durante varios días seguidos. "La Diputación prevé una mala reacción de los ciudadanos y protestas de los transportistas", decía una de aquellas informaciones sobre la posible extensión de los peajes a lo largo y ancho de Gipuzkoa. Sagacidad la nuestra. Y visión de futuro. Por aquel entonces, los mandamases de la cosa de las carreteras igual no preveían que la autopista Eibar-Vitoria iba a absorber menos vehículos de lo que alegremente se pronosticaba, ni que cientos de camioneros iban a aprovechar la reformada N-121 para olvidarse de la autovía de Leitzaran. Y a las puertas de inaugurar el segundo cinturón de Donostia (también de pago), supongo que les tiemblan las piernas cuando piensan que un buen número de conductores pasará olímpicamente de pagar el peaje y seguirá transitando por la actual variante. Pero todos tranquilos, que ya llegará Bruselas, se sacará una directiva de la chistera y nos hará pasar por caja sí o sí.

viernes, 5 de febrero de 2010

Premio a los no multados

Acostumbrados como estamos a que los ayuntamientos, sean del color político que sean, nos abrasen a impuestos, descubrimos de repente que el alcalde de Puigcerdà, en Girona, ha decidido premiar a los conductores que no infringen la ley. Que no se diga que los consistorios tienen siempre un afán recaudatorio. Joan Planella, de ERC, ha creado lo que ya se denomina como "cheque al buen conductor". Su idea, todavía no plasmada en la práctica, consiste en que el dinero que se ingrese por las sanciones de tráfico se reparta entre los conductores que no hayan recibido una sola multa en 2009. Hechos los cálculos, los conductores ejemplares vendrían a percibir entre diez y doce euros. Es calderilla, pero sirve para abrir el debate sobre si se debe recompensar a los ciudadanos por cumplir con su obligación de respetar las leyes y las normas. Desde luego, algunos ayuntamientos a veces parecen ir más allá de la ley. Uno nunca ha entendido por qué el importe de las multas por superar el horario de estacionamiento en OTA se disparan hasta límites inexplicables. He aquí un ejemplo real como la vida misma: rebasar el tiempo de aparcamiento en OTA en Bilbao supone una primera multa de doce euros. Tres años y varias notificaciones de embargo después, esa sanción asciende a 89 euros. Es decir, se multiplica un 641%. Y recuérdese que no se trata de una infracción de tráfico porque, lógicamente, si se ha estacionado en una plaza de OTA, el vehículo está correctamente aparcado. Con ejemplos así, ¿quién defiende que no hay un afán recaudatorio en las multas de OTA?

martes, 2 de febrero de 2010

Desmemoriados

El pianista chino Lang Lang, que recientemente ha ofrecido varios conciertos por estas tierras, recordaba hace unos días en una entrevista en La Vanguardia cómo era el primer piano que le regalaron sus padres. Y lo hacía con tanto detalle que llamaba la atención. Decía literalmente en la entrevista: "(...) Yo tenía apenas dos años cuando llegó a casa un piano... Cuando los repartidores deshicieron el embalaje, emergió ante mis ojos el objeto que jamás había visto: ¡un piano vertical! Corrí a tocar sus teclas suaves, madera lisa, reluciente. "Es todo tuyo", me dijo mi madre. Lo abracé. Cuando llegó mi padre, lo tecleamos toda la madrugada". El tipo rememoraba como si fuera hoy una escena que ocurrió hace 25 años, cuando no levantaba un palmo del suelo. Siempre me han llamado la atención las personas que recuerdan al detalle hechos o anécdotas que protagonizaron cuando eran casi niños de teta. El común de los mortales no se acuerda de lo que ha hecho hace tres cuartos de hora, pero siempre hay quien te relata la batallita que vivió cuando tenía cuatro años. Yo pertenezco al mundo de los desmemoriados y, por lo que suelo comprobar, está habitado por varios cientos de personas. Soy de esos que de vez en cuando sale de la redacción y no acierta a recordar en qué lugar ha aparcado por la mañana el coche. O que tiene que volver a casa porque se ha dejado la calefacción en marcha y la luz del baño encendida. Los hay más extremos: aquellos que cada vezque se van de viaje creen que han dejado el fuego de la cocina en on.