viernes, 28 de febrero de 2025

Pechuga de pavo

Hace solo 17 años, en 2008, a estas alturas del año el calendario de la temporada de la Real pasaba por jugar contra el Elche, Xerez, Albacete, Numancia, Sporting, Racing de Ferrol y Hércules. El pasado miércoles jugó contra el Real Madrid, el domingo se enfrenta al Barça, el próximo jueves recibe en Anoeta al Manchester United, seguirá contra el Sevilla, de nuevo se medirá al Manchester United, y tira porque me toca. La Real está en semifinales de Copa, en octavos de la Europa League y puede clasificarse por ¡sexto año! consecutivo para disputar la próxima campaña una competición continental. El club está saneado económicamente; presume de unas instalaciones y una cantera envidiables; tiene un estadio remodelado que es como si fuera nuevo; una larga lista de espera de aficionados que quieren hacerse con un carnet de socio porque las gradas no dan para más; un entrenador que ha alcanzado cotas que nunca hubiéramos imaginado, y jugadores que ficharía cualquier club de postín pero que han apostado por jugar en el equipo en el que han crecido. Y más, y más y más. Venimos de comer todos los días pechuga de pavo y ahora disfrutamos un día de chuletón, y al siguiente de rodaballo. No sé si me explico.


viernes, 21 de febrero de 2025

Al Everest con gas xenón

La historia del himalayismo está plagada de hazañas en las que primaban las ascensiones comprometidas y por vías nunca antes transitadas frente a las expediciones por rutas normales, menos expuestas y más asequibles. La vertiente Rupal del Nanga Parbat, la cara sur del Annapurna o el pilar suroeste del Everest se recuerdan en los anales del montañismo como hitos que marcaron una época. En los últimos tiempos, la tendencia es a la inversa. La mercantilización ha ganado mucho terreno y se abren paso proyectos estrambóticos, que nada tienen que ver con la pulsión que siempre ha movido al alpinismo en las grandes alturas: el riesgo, la dificultad, la exploración de nuevas rutas... Uno de esos proyectos podría ponerse en práctica en la próxima temporada de expediciones al Everest. Una agencia austriaca planea ofrecer a unos clientes ingleses la ascensión al techo del mundo en solo siete días, de los que solo tres se invertirían en subir y bajar, y el resto en los traslados en avión y helicóptero. Para ello, les suministraría en un hospital de Katmandú una sesión de media hora de gas xenón, una sustancia prohibida por la Agencia Mundial de Antidopaje (AMA). El chute les ahorraría el periodo de aclimatación, que suele durar unas tres semanas. Y todo por el módico precio de 150.000 euros por persona. Un atajo que no hay por dónde cogerlo.

viernes, 14 de febrero de 2025

A ojímetro

La última vez que el fontanero vino a casa, sacó un aparato de la caja de herramientas, lo puso en el suelo, se encendieron unas lucecitas y el artilugio midió los metros cuadrados que tenía el baño. Maravilloso. Mi padre no sé si fue mucho a la escuela, pero tenía una enorme facilidad para las multiplicaciones, divisiones, sumas y restas. Las resolvía en un ti ta. Cuando entraba en una habitación porque había que preparar un presupuesto para pintar, echaba un vistazo y, a ojímetro, calculaba los metros cuadrados que tenía la estancia. Por si acaso, yo, que le acompañaba con una libreta como si fuera un pinche, apuntaba luego las medidas que tomábamos metro en mano. Una vez apuntados los metros cuadrados, calculaba cuántos litros de pintura harían falta. 30 litros eran una tina, en un argot que no sabría descifrar. Como no existía el teléfono móvil, los trabajos se los encargaban llamando al teléfono de casa de las 13.00 a las 14.00 horas, cuando se paraba para comer, y a partir de las 18.00, cuando se acababa la faena diaria. Luego estaba el carpintero, para quien la hora de la comida era sagrada (la siestita de diez minutos también) y no cogía el teléfono aunque sonara cien veces. De hecho, lo dejaba descolgado. Hoy, como todo lo queremos a la voz de ya, vemos a pintores, carpinteros, electricistas, albañiles y demás gremios colgados del pinganillo, atendiendo llamadas en plena faena intentando llegar a todo con el agua al cuello. Otros tiempos, otras prisas.

viernes, 7 de febrero de 2025

Verdeliss

El pasado martes, después de completar su cuarto maratón en cuatro días y llegar a la meta del circuito del Jarama, en Madrid, como vencedora absoluta (fue la primera clasificada tanto en hombres como en mujeres), Estefanía Unzu, aliasVerdeliss, cogió a uno de sus ocho hijos en brazos mientras celebraba el triunfo. Cuando acabas un maratón estás para que te recojan del suelo como un trapo, pero esta buena mujer aún tuvo fuerzas para coger a aupas al chaval y saludar a diestro y siniestro con una sonrisa Profidén. Ayer concluyó su reto de correr siete maratones en siete jornadas consecutivas y en siete continentes distintos con victoria y récord. El World Marathon Challenge, que así se llama este extravagante reto, se disputa previo pago de una inscripción de 40.000 euros y reúne a gentes de todo tipo y condición. La corredora navarra llama la atención en el plano personal porque desconozco cómo organiza junto a su marido la intendencia para criar a ocho hijos. Y en el plano deportivo, llama también la atención porque sus marcas no son moco de pavo. Cinco de los siete maratones los ha completado por debajo de las tres horas y 12 minutos, y tiene una mejor marca de 2 horas y 49 minutos, a poco más de cuatro minutos por kilómetro. Poca broma.