En la facultad nos enseñaron que el primer párrafo de una información debe condensar lo más relevante de la noticia y que el titular, que siempre es más complicado de componer, debe ajustarse de la manera más precisa a lo que escribimos en esas primeras líneas. Ese primer párrafo (el lead, en el argot periodístico) debe responder a cinco preguntas que seguramente conocen: qué, quién, dónde, cuándo y por qué. Las conocidas como cinco W, porque las cinco cuestiones proceden del inglés y todas empiezan con una W (what, who, where, when y why). Internet ha transformado de arriba a abajo el modo clásico de escribir una información. Si los libros de estilo hablan de que hay que ir de lo más a lo menos importante, en las webs, sean del medio que sean, es al revés. Lo sustancial está al final y el titular tira por lo irrelevante. Como no piso una facultad de Periodismo desde mediados de los 90 del siglo pasado (tendré que aceptar la invitación que me hizo el profesor José Luis Argiñano), desconozco si ahora se enseñan las dos formas de escribir una información. Será que uno se está haciendo viejuno en la profesión, pero huyo de los titulares insustanciales. Afortunadamente, en las redes sociales hay quien te ahorra la lectura y te resume el contenido en dos palabras o, a lo sumo, una frase. Lo que viene a ser casi un lead.
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