viernes, 6 de diciembre de 2013

El Día de la Marmota

desde tiempo inmemorial, cada 2 de febrero varias poblaciones de EEUU y Canadá celebran el Día de la Marmota. Para quienes no conozcan su liturgia, se trata de un sistema más tradicional que científico que consiste en que si ese día la marmota sale de su madriguera y no ve su sombra, significa que el invierno acabará pronto y, al contrario, si observa su figura proyectada por el sol, la estación durará seis semanas más. De todas las marmotas conocidas, la más famosa es Phil, en la pequeña localidad de Punxsutawney (Pensilvania, EEUU). El animal ya era una celebridad, pero lo fue aún más tras estrenarse la película Atrapado en el tiempo (1993), que protagoniza Bill Murray en el papel de periodista de televisión antipático y gruñón que es enviado a cubrir el acto y una y otra vez revive el Día de la Marmota. Todos los días son iguales para el actor. Si no ha visto el filme, ya está tardando en hacerlo. El caso es que, como a Murray, a nosotros también nos persigue el Día de la Marmota. Se dice que no hay dos días iguales y, sin embargo, somos rutinarios hasta más no poder (e incluyo a los medios de comunicación). Nos levantamos, desayunamos lo mismo incluso en el mismo sitio y la misma silla, cogemos el mismo autobús a la misma hora, comemos en el mismo sitio, volvemos a casa a la misma hora, vemos siempre lo mismo en la tele y nos vamos a dormir a idéntica hora que el día anterior. Así que, por una vez, quede para comer con esa excompañera de trabajo a la que no ve desde hace un año, llame al amigo que vive en el quinto pino o suba al Txindoki, que siempre es recomendable para olvidar la rutina.

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