Netflix acaba de estrenar Los 14 ochomiles: No hay nada imposible, un documental que narra cómo Nirmal, Nims, Purja subió y bajó todas las cimas más altas de la Tierra en apenas seis meses y seis días. El estreno llega dos años después de la polvareda que levantó en el mundo del alpinismo el proyecto del montañero nepalí. Purja rompió todos los convencionalismos. En todas las ascensiones usó oxígeno (visto como dopaje entre quienes defienden que hay que subir las montañas de la manera más pura posible) y, además, para desplazarse de un objetivo a otro recurrió a helicópteros. Batió el récord de sobra porque, hasta entonces, el más rápido había sido el coreano Kim Chang-Ho, que necesitó siete años y diez meses para coronar las 14 cimas, eso sí, a pleno pulmón, sin enchufarse a las botellas de oxígeno. El documental es una sucesión, en orden cronológico, de las ascensiones relámpago que va encadenado Purja junto a un puñado de los mejores montañeros de Nepal. La cinta pone en valor precisamente la labor de los sherpas, casi siempre relegados a un papel secundario y que en esta ocasión se unen para apoyar a un líder de su misma nación, no de un país occidental. Lo que más descoloca son las loas de Reinhold Messner, que más de una vez ha manifestado que "escalar los ochomiles con oxígeno es como ir al Tour con una bicicleta eléctrica".
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