viernes, 7 de noviembre de 2008

Meryl no vendrá a Donosti

Todo triunfo tiene su lado negativo. Barack Obama ganó, pero nos ha privado de disfrutar de una nueva vecina en Donostia. Meryl Streep anunció en el Zinemaldia que, si vencía John McCain, se cogía los trastos de Hollywood y se venía a vivir al marco incomparable. Y va a ser que no. Pena, penita, pena. Barack y Meryl tienen, como poco, un punto en común. Ella es made in Hollywood y él parece un producto de Disney: tiene buen rollo, cara de chaval-que-todas-las-suegras-quisieran-tener-como-yerno y es motivo de felicidad para niños y mayores, desde Honolulú a Nairobi. Son gente de película en un país que convierte en espectáculo hasta unas elecciones. No hay más que ver imágenes de los mítines. Igualicos que los de aquí, a los que ya no van ni los simpatizantes, salvo que haya autobús y bocata. Lo de la televisión es punto y aparte. El triunfo de Obama no lo anunció el ministro del Interior de turno. Lo hizo la CNN (pronúnciese cieeennneeennn). Una cadena que, por cierto, me tiene todavía anodado con lo de los hologramas. Eso de que el presentador diera paso desde Nueva York a una periodista que apareció en el estudio cual hada madrina (cuando en realidad se encontraba en Chicago) es para enmarcar. Cuentan las crónicas que los jefes de campaña de nuestras presidenciales de marzo van a copiar ideas de las eleciones de EEUU (aplicarán esa máxima japonesa que dice que es mejor copiar bien que inventar). ¿Veremos a Ibarretxe dar un piquito a Begoña? ¿Y a Patxi López jugando a pelota a mano con Eguiguren? ¿O a Basagoiti subiendo el Gorbea vestido de Olentzero?

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