Aseguraba el pasado lunes Oier Aranzabal, en una entrevista en este periódico, que su hermano (20 años) había descubierto que Sarri Sarri,
el tema de Kortatu que se cantó y bailó con desenfreno en los 80 (y
también ahora), es en realidad una versión de la canción reggae Chatty Chatty
del grupo Toots&Maytals. Bueno, su hermano, y algunos más, entre
los que me incluyo. Crecí pensando que Akelarre, Egan y Joselu Anaiak
tocaban en las verbenas canciones propias... hasta que un día escuché un
tema de Status Quo que era sospechosamente parecido a otro que se
bailaba en las fiestas de los pueblos. Así que una de dos: o los
británicos habían versionado un tema en euskera, o a la inversa.
Coincido con Aranzabal y Harkaitz Cano en que la versión de una canción
no tiene por qué ser peor que la original. Hay muestras a patadas de que
el sucedáneo mejora el original, salvo en el caso de la gula y la
angula, noski. El problema es cuando no sabes cuál es la canción original y cuál la versión. Cuando crees que Lau Teilatu es un tema de Mikel Erentxun y Amaia Montero, o Xalbadorren heriotzean, una canción de Erramun Martikorena. Porque, ¿a quién concedemos la patente de My Way? ¿A Frank Sinatra o a Paul Anka? Pues va a ser a que a Claude François y Jacques Revaux, que crearon la dulce Comme d’habitude.
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