Primero pensé que algún fenómeno paranormal estaba afectando a mi televisión. Luego sospeché que el unicejo de Corella (con perdón de los unicejos y de gure lehendakari Miguel Sanz) estaba manipulando la antena de televisión, dado el afán que tiene este hombre por primar toda lengua que no sea el euskera. Y concluí que, como estamos a final de año, a los mandamaeses de ETB no les llegaban los cuartos para pagar a los dobladores de dibujos animados. Al grano. Una, dos y hasta más de diez veces he comprobado que ETB emite los dibujos animados en versión original (y sin subtítulos en euskera). Tengo testigos presenciales de la cosa. Osease, Heidi habla con el abuelo en alemán, Calimero y su cáscara de huevo se expresan en italiano, Shin Chan habla un japonés que nos suena a chino y Tintín utiliza la lengua de Molière. De Marco no hay noticias, seguramente porque sigue buscando a su madre. Y Oliver y Benji, esos dos tipos que están media vida buscando la portería rival, creo que se emiten en otra cadena. El caso es que oír a Heidi en alemán te produce un shock tan grande como cuando escuchaste por primera vez a JR, el malo de Dallas, hablar en euskera, allá por los 80. Por razones que desconozco, los dibujos animados de ETB son de lo más políglotas. Ahora que andan los colegios e ikastolas implantando el tercer idioma entre sus alumnos, la cadena de Iurreta se ha adelantado a los nuevos tiempos y te planta a primera hora de la mañana la clase de alemán, japonés y, si te descuidas, de chino mandarín. No está mal, aunque no entiendas ni papa.
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