viernes, 27 de diciembre de 2013
Croquetas
El 24 de diciembre de 1993 sufrí un tremendo empacho con las croquetas de
la tía Mari Carmen en Mendiondo. Lo recuerdo bien porque era Nochebuena
(perdón por la broma). Aquello fue una ingesta masiva hasta hartar. Una
tras otra y, entre medias, una ostra. Veinte años después, creo que me
sentaron mal las de bacalao. Afortunadamente, con las croquetas no pasó
lo mismo que con el pacharán. Si de joven agarras tu primer ciclón a
pacharanes, ya no lo pruebas más en tu vida. Si hace falta te pasas al Licor 43. Aborreces el pacharán. Con las croquetas no, sobre todo
si las elaboran en Hamaiketako o la otra Mari Carmen, que debería
patentar las cuadraditas. El caso es que desde aquel empacho afronto la
sucesión de comidas y cenas de estos días con cierta prevención. Y
aunque está comprobado que no sirve para nada, antes de una comilona
quemo grasa para hacer sitio en el estómago a las toneladas de calorías
que van a entrar en forma de langostinos, caracoles, cordero, pescado,
licores varios, roscos, mazapanes, turrones y polvorones. Ya digo que no
está científicamente comprobado, pero tampoco está comprobado que poner
una cucharilla en una botella de cava sin terminar sirva para algo, y
todos lo hacemos. O lo de servir
unos polvorones que siguen ahí, sin probar y en el mismo plato, siete
meses después, en sanfermines. Recuerdan a los caramelillos que adornan
la opila que, una vez devorado el bizcocho, se quedan en el cartón hasta
los sanmarciales, fecha también propicia para los empachos. Sean
buenos. Y disfruten lo que puedan o les dejen en 2014.
jueves, 26 de diciembre de 2013
Elogio de la sencillez
DOS DÉCADAS DESPUÉS DE SU PRIMERA CUMBRE EN EL HIMALAYA, ALBERTO IÑURRATEGI SIGUE FIEL A UN ESTILO PORPIO DE INTERPRETAR EL MONTAÑISMO.
Dos décadas y
varias decenas de expediciones después, Alberto Iñurrategi
(Aretxabaleta, 1968) es el mismo tipo tímido y sencillo que,
formando cordada con su hermano Félix, en 1990 culminó con éxito
su primera cima en el Himalaya: el Pumori, un sietemil satélite
del Everest. Hoy, encumbrado en la elite del alpinismo mundial, el
montañero guipuzcoano exhibe a sus 45 años una forma física
envidiable, cincelada con entrenamientos en los que alterna las
salidas al monte, el esquí, las series, la carrera continua, la
escalada, las travesías en bicicleta y el gimnasio.
Su afilado rostro habla por sí solo de un profesional que
disfruta de su pasión alejado del mundanal ruido. No esperen
hallarle en un reality show, ni en platós de televisión ni
en las redes sociales. Cuando no se encuentra en casa, al abrigo de
su mujer y sus dos hijos de 6 y 8 años, se pierde por el
monte. Así que no se extrañen si cualquier día se topan con él
esquiando en las faldas de la sierra de la Demanda, bajando del
Udalaitz o caminando por el valle de Arán.
Precisamente, el
enclave más occidental de Catalunya, a donde acude con frecuencia
para entrenar o disfrutar con la familia, es el lugar elegido por
Ternua, la marca que le equipa desde hace 21 años, para presentar su
premiada chaqueta Jannu. Al filo de las once de la noche, en una sala
abarrotada de público, Iñurrategi ofrece la conferencia Elogio
del fracaso sin más atrezzo que un ordenador que muestra
fotos de sus últimas expediciones y su habitual verbo pausado y
reflexivo. El alpinista va desgranando cada viaje, cada montaña,
cada peripecia vital, que intercala con frases llenas de sentido: "No
siempre consigues lo que quieres, pero si lo intentas a veces
descubres lo que necesitas", "El éxito nos gusta a todos,
pero el fracaso no es algo negativo", "El alpinismo está
contaminado por la idolatría del triunfo. No importa el cómo, solo
acumular cumbres". Hay una idea común que preside tanto su
exposición como la entrevista coral que ha ofrecido unas horas a un
grupo de periodistas: tan importante como el objetivo que se escoge
es el camino que se traza, el estilo, el modo con el que se encara
una montaña. Iñurrategi reflexiona sobre sus últimas actividades y
avanza alguno de sus planes.
LAS CORDADAS
El espíritu perdido
En tiempos en los que impera el individualismo, Iñurrategi aboga
por recuperar el espíritu de la cordada. El atxabaltarra, que se
inició en el Himalaya con su hermano Félix y luego se asoció al
zarauztarra Jon Beloki, ha encontrado en el alavés Juan Vallejo y el
navarro Mikel Zabalza los compañeros de viaje ideales. Con ambos ha
compartido sus seis últimas expediciones. "El compañero de
cordada lo es todo. Es el valor más preciado del alpinismo. Su
trabajo y el tuyo son los que van a abrir camino. Tienes que entender
sus gestos, sus palabras, compartir una misma visión", explica
el alpinista, que dice "no estar hecho" para las escaladas
en solitario. De hecho, se sintió hasta extraño cuando hace tres
años encadenó las tres cumbres del Broad Peak, la última de ellas
solo después de que Vallejo y Zabalza, agotados, renunciaran. "Ahora
la gente va con el que puede y se ven circunstancias que te dan que
pensar", comenta Iñurrategi, que reivindica y añora las
cordadas de hace décadas. "Eran grupos cerrados. Escalar con
alguien que no fuera de tu cordada era como ponerle los cuernos a tu
novia. Hoy te atas con cualquier y, si luego toca rescatar a un
amigo, intentamos que sean los sherpas los que se impliquen por
nosotros", lamenta.
RESCATES Y OXÍGENO
Salvados por el móvil
Iñurrategi nunca ha recurrido al oxígeno artificial -considerado
como una especie de dopaje entre la elite del himalayismo- pero
respeta a quien lo usa. "No me parece mal siempre que bajen la
botella. En el valle del Khumbu, en Nepal, se usan cantidad de
sherpas para que los expedicionarios puedan tener una botella a 8.000
metros". Asunto distinto es que un buen puñado de esos
alpinistas lleguen a la base de la montaña sin preparación alguna:
"No puedo entender que exista gente que llegue al campo base del
Everest y tenga que hacer un cursillo de iniciación para ponerse
unos crampones por primera vez. Ahí se pierde la medida". De
ahí a un rescate imposible solo hay un paso. "En el Himalaya se
da el mismo debate sobre los rescates que en los Alpes o Pirineos. La
gente se mete en dificultades sabiendo que luego pueden sacarles en
helicóptero de una pared haciendo solo una llamada desde el móvil.
Eso hace quince años era impensable. Pero de ahí a valorar qué es
o no irresponsable, qué rescate hay que cobrar o no, es un terreno
complicado y resbaladizo".
ALPINISMO EXPRÉS
De Steck a Jornet
Cada vez con más frecuencia, el alpinismo de primer nivel opta
por ataques a cumbres rápidos y ligeros. El suizo Ueli Steck es uno
de los abanderados de este nuevo alpinismo que requiere un poderío
físico descomunaly una aclimatación fuera de lo común. Kilian
Jornet, el mejor corredor de montaña del mundo, que se ha enfrascado
en un proyecto que pasa por subir y bajar las montañas más
emblemáticas del mundo en un tiempo récord, también se ha apuntado
a la moda. "Hacer en el Himalaya lo que se hace en los Alpes no
es nuevo", remarca Iñurrategi, que recuerda que los suizos
Erhard Loretan (fallecido en 2011 en el Oberland Bernés) y Jean
Troillet ya subieron y bajaron en 1986 el Everest por el corredor
Hornbein en apenas 46 horas". "Kilian", prosigue,
"está rompiendo moldes. Hace cosas increíbles, pero no sé si
en el Everest será capaz de repetir lo que hizo en el Cervino (subió
y bajo el gigante de los Alpes en dos horas y 52 minutos, cuando un
alpinista tarda no menos de diez horas )".
CUMBRES "SIN CERTIFICADOS"
Cuando la duda asoma
La ascensión de Steck por la cara sur del Annapurna en apenas 26
horas sin aportar pruebas de que pisó la cumbre ha reabierto las
dudas sobre algunas ascensiones. "No me parece tan difícil
hacer una foto, o una descripción precisa de la cumbre",
explica Iñurrategi. "Eso de llegar a la cumbre en solitario y
decir que has perdido la cámara, te puede pasar una vez. Pero dos..
En 20 años nunca me ha pasado. Nunca he tenido un problema para
tomar una foto en la cumbre. Eso va con la conciencia de cada uno",
añade el alpinista, que hace un juego de palabras con la hazaña de
Steck: "Me parece increíble".
PAJU PEAK
El próximo objetivo
A punto de finalizar el año, ya tiene en mente uno de sus
objetivos de 2014: intentar de nuevo la escalada al Paju Peak, un
precioso y desconocido pico de 6.600 metros en el Karakorum
paquistaní, por una ruta inédita. Parte del material que
Iñurrategi, Vallejo y Zabalza usaron el verano pasado quedó a
resguardo en Skardú, por lo que atacarán otra vez la pared: "No
estuvimos finos en el planteamiento. Teníamos que haber sido un
pelín conservadores para poder hacer más de un intento. Fue
irreversible y el riesgo que tiene lo desconocido. Ahora vamos con
más posibilidades porque tenemos información de la montaña, su
acceso y su medida".
LOS PARTES METEOROLÓGICOS
Ni el Goretex, ni los piolets, ni los buzos, ni los sacos de
dormir de plumas, ni las tiendas de campaña. El mayor avance
tecnológico de los últimos años en el himalayismo ha llegado de la
mano de Internet... y el acceso a los partes meteorológicos. "Está
permitiendo optimizar mucho el rendimiento, los intentos a cumbre.
Cada vez hay menos intentos fallidos por las rutas normales porque
los partes son más precisos y muy fiables", explica Iñurrategi
sobre las conocidas "ventanas de buen tiempo" que permiten
atacar una cumbre. El atxabaltarra cree, en cambio, que en el
material se han registrado "pequeños cambios", más allá
del hito que supuso la invención de la revolucionaria bota de
plástico. "Pero no se ha inventado la prenda que sirva para
abarcar las distintas condiciones que vas a encontrar en una
expedición", insiste el alpinista con la autoridad que le
concede ser un experto en tejidos, material y equipación gracias a
la intensa colaboración que mantiene desde hace años con firmas
como Ternua.
El influjo del Everest en otoño
El alpinista cree que el techo del mundo tiene aún alicientes
Recuerda que solo Messner, Loretan y Troillet han ascendido el
Chomolungma en otoño y en estilo alpino
Alberto Iñurrategi lleva tres años largos sin embarcarse en una
expedición a un ochomil, desde que en 2010 encadenó las tres cimas
del Broad Peak. Todo alpinista que se precie es un mar de planes y de
cimas a la vista, así que, aunque el guipuzcoano se expresa con
prudencia y también sufre los rigores de la crisis en forma de
patrocinios, no renuncia a volver a los colosos del Himalaya y el
Karakorum. Incluido, el Everest, por supuesto. Pese a su masificación
y su comercialización, el Chomolungma sigue teniendo sus atractivos,
también para Iñurrategi, que en 1992 se convirtió en el alpinista
más joven que coronaba su cumbre sin recurrir a botellas de oxígeno.
"Sigo con ganas de ir a montañas altas y sigo enamorado del
Everest. Todavía me tienta, pero hay un abanico de montañas tan
alto que de vez en cuando es conveniente salir de las altas",
comenta.
Puestos a elegir, recuerda que solo tres alpinistas han ascendido el techo del mundo en otoño por la ruta normal y en estilo alpino, es decir, sin porteadores, sin campos de altura y sin oxígeno: el gran Reinhold Messner en 1980 y Loretan y Troillet en 1986. Iñurrategi, que en 2009 ya intentó el ascenso por el corredor Hornbein, cree que es "un objetivo alpinístico de primer orden". "Todo el mundo considera que el Everest es una autopista, turismo de altura, una cuesta de vacas, pero eso será en primavera. Vete en otoño, sube al collado norte abriendo tú la huella, y luego me lo cuentas. Si mandas un ejército de sherpas a que te abran huella y te pongan cuerda fija, igual hasta te olvidas el piolet en el campo base. Pero no creo que el Everest haya caído tan bajo como se dice", afirma.
Entiende el influjo que ejerce la montaña más alta del planeta (acumula más de 6.000 ascensiones) en el alpinismo: "Es normal que vaya tanta gente. Pasa lo mismo con el Aneto, el Montblanc, el Aconcagua o el Mckinley. Atraen a mucha gente y también me atrajeron a mí. Con 22 años tenía una ilusión terrible por saber qué era superar los 8.000 metros. Lo que no puedo entender es que exista gente que llegue al campo base del Everest y tenga que hacer un cursillo de iniciación para ponerse unos crampones por primera vez e intentar el Everest. Y que encima puedan contar la experiencia vivida como si fuera lo más de lo más. Ahí se pierde la medida".
En cambio, no le seducen las ascensiones invernales, un campo en el que polacos y rusos se han convertido en especialistas. "Son ascensiones que no me dicen gran cosa. Empleas muchos recursos y mucha logística para una ascensión que alpinísticamente no aporta nada, es muy sufrida y usas cuerda fija. El invierno no está hecho para los europeos", asegura.
De lo que no cabe duda es de que Iñurrategi es aventurero de expediciones verticales u horizontales (hace dos años completó con Vallejo y Zabalza sendas travesías kilométricas en Groenlandia y la Antártida), pero poco amigo de adentrarse en desiertos o en mares desconocidos ("No me atraen"). Recién traspasada la barrera de los 45 años (el 3 de noviembre), asegura que "nunca se jubilará" de una afición que le "encanta", y que espera disfrutar con sus dos hijos: "Me gustaría ir al monte con ellos. Que disfruten del monte y se dejen de mayores aspiraciones".
Puestos a elegir, recuerda que solo tres alpinistas han ascendido el techo del mundo en otoño por la ruta normal y en estilo alpino, es decir, sin porteadores, sin campos de altura y sin oxígeno: el gran Reinhold Messner en 1980 y Loretan y Troillet en 1986. Iñurrategi, que en 2009 ya intentó el ascenso por el corredor Hornbein, cree que es "un objetivo alpinístico de primer orden". "Todo el mundo considera que el Everest es una autopista, turismo de altura, una cuesta de vacas, pero eso será en primavera. Vete en otoño, sube al collado norte abriendo tú la huella, y luego me lo cuentas. Si mandas un ejército de sherpas a que te abran huella y te pongan cuerda fija, igual hasta te olvidas el piolet en el campo base. Pero no creo que el Everest haya caído tan bajo como se dice", afirma.
Entiende el influjo que ejerce la montaña más alta del planeta (acumula más de 6.000 ascensiones) en el alpinismo: "Es normal que vaya tanta gente. Pasa lo mismo con el Aneto, el Montblanc, el Aconcagua o el Mckinley. Atraen a mucha gente y también me atrajeron a mí. Con 22 años tenía una ilusión terrible por saber qué era superar los 8.000 metros. Lo que no puedo entender es que exista gente que llegue al campo base del Everest y tenga que hacer un cursillo de iniciación para ponerse unos crampones por primera vez e intentar el Everest. Y que encima puedan contar la experiencia vivida como si fuera lo más de lo más. Ahí se pierde la medida".
En cambio, no le seducen las ascensiones invernales, un campo en el que polacos y rusos se han convertido en especialistas. "Son ascensiones que no me dicen gran cosa. Empleas muchos recursos y mucha logística para una ascensión que alpinísticamente no aporta nada, es muy sufrida y usas cuerda fija. El invierno no está hecho para los europeos", asegura.
De lo que no cabe duda es de que Iñurrategi es aventurero de expediciones verticales u horizontales (hace dos años completó con Vallejo y Zabalza sendas travesías kilométricas en Groenlandia y la Antártida), pero poco amigo de adentrarse en desiertos o en mares desconocidos ("No me atraen"). Recién traspasada la barrera de los 45 años (el 3 de noviembre), asegura que "nunca se jubilará" de una afición que le "encanta", y que espera disfrutar con sus dos hijos: "Me gustaría ir al monte con ellos. Que disfruten del monte y se dejen de mayores aspiraciones".
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viernes, 20 de diciembre de 2013
Izagirre & Garitano
Les habrá sucedido en alguna ocasión. Conocen a alguien desde la distancia,
porque le han visto en la televisión, le han escuchado en la radio o
han leído todo lo que escribe, y resulta que cuando se encuentran con él
frente a frente, el tipo es un vinagres
de tomo y lomo, además de borde, antipático y con un ego que no le cabe
en el pecho. Con lo majo que parecía en la pequeña pantalla, piensan.
Y, viceversa, se topan con ese tipo seriote y seco, esa seta, y resulta que es dulce y encantador. Pongamos que hablamos de Juan Karlos Izagirre y Martin Garitano.
De puertas afuera, a ojos de quien les observa desde la distancia, el
alcalde de Donostia transmite la imagen de un hombre dicharachero, de
trato afable, conciliador. Jatorrismo en estado puro. Hasta cuando se
enfada en los plenos se parece a ese padre que riñe a su hijo porque ya
no le queda más remedio. El actor Aitor Gabilondo parodia
de manera magistral a Izagirre, de profesión médico, y natural y
residente de un barrio, hoy pueblo, que nunca (el médico) en su vida
hubiera imaginado que iba a gobernar una ciudad de 180.000 habitantes.
Garitano, insisto, siempre de puertas hacia afuera, ofrece una imagen
más adusta, más dura. Su voz rasgada no le ayuda. Tampoco algunas
decisiones, acertadas quizás en el fondo, pero equivocadas en las
formas. Garitano & Izagirre se diría que son el yin y el yang, dos caras de una misma moneda. Así que no se fíen de las apariencias, que a veces llaman a engaño.
viernes, 13 de diciembre de 2013
Cartas vía 'dron'
¿Hace cuánto tiempo que no envía una carta manuscrita por correo postal?
Descuente las postales que remitió a su suegra desde su lugar de
vacaciones (si las tuvo) o las empalagosas felicitaciones de navidad
(cada vez escasean más) de los próximos días, y le sobran dedos de las
manos. Las misivas escritas de puño y letra están pasando a mejor vida.
El correo electrónico y las nuevas formas de comunicación vía ordenador
de sobremesa, portátil, tablet o teléfono móvil han acabado por
enterrar los folios, los sobres y los sellos con la imagen del
campechano. No recuerdo la última vez que escribí una carta a boli.
Quizás fue en el siglo pasado. Moribundas las cartas, muere también el
servicio postal, que no los buzones, casi siempre llenos de propaganda.
Canadá ha dado el primer paso para eliminar la entrega de cartas a
domicilio. Ante el continuo descenso de envíos, ha puesto en marcha un
proyecto que culminará en 2019 y que pasa por suprimir el reparto de
correo ordinario casa por casa. O sea, que los carteros no llamarán dos
veces sino que pasarán a la historia o a otra ocupación. La
correspondencia solo se recibirá en el correspondiente apartado de
correos. Cómo no, la medida se llevará a cabo para ahorrar (el ahorro,
siempre el ahorro). Curiosamente, el declive del correo postal coincide
con el auge de la entrega de paquetes y documentación a través de
empresas privadas de mensajería. Es más rápido, a veces hasta gratuito, y
dentro de poco no hará falta siquiera que lo traiga un ser humano.
Llegarán a la puerta de casa de la mano de un dron.
viernes, 6 de diciembre de 2013
El Día de la Marmota
desde tiempo inmemorial,
cada 2 de febrero varias poblaciones de EEUU y Canadá celebran el Día de
la Marmota. Para quienes no conozcan su liturgia, se trata de un
sistema más tradicional que científico que consiste en que si ese día la
marmota sale de su madriguera y no ve su sombra, significa que el
invierno acabará pronto y, al contrario, si observa su figura proyectada
por el sol, la estación durará seis semanas más. De todas las marmotas
conocidas, la más famosa es Phil, en la pequeña localidad de
Punxsutawney (Pensilvania, EEUU). El animal ya era una celebridad, pero
lo fue aún más tras estrenarse la película Atrapado en el tiempo (1993), que protagoniza Bill Murray en
el papel de periodista de televisión antipático y gruñón que es enviado
a cubrir el acto y una y otra vez revive el Día de la Marmota. Todos
los días son iguales para el actor. Si no ha visto el filme, ya está
tardando en hacerlo. El caso es que, como a Murray, a nosotros también
nos persigue el Día de la Marmota. Se dice que no hay dos días iguales
y, sin embargo, somos rutinarios hasta más no poder (e incluyo a los
medios de comunicación). Nos levantamos, desayunamos lo mismo incluso en
el mismo sitio y la misma silla, cogemos el mismo autobús a la misma
hora, comemos en el mismo sitio, volvemos a casa a la misma hora, vemos
siempre lo mismo en la tele y nos vamos a dormir a idéntica hora que el
día anterior. Así que, por una vez, quede para comer con esa excompañera
de trabajo a la que no ve desde hace un año, llame al amigo que vive en
el quinto pino o suba al Txindoki, que siempre es recomendable para
olvidar la rutina.
viernes, 29 de noviembre de 2013
El 'cagómetro'
a estas alturas de la
película, ya sabrán que la educación pública de Navarra, y más en
concreto la que se imparte en el modelo D, es un nido de etarras, filoterroristas, batasunos, aberchales
radicales y alimañas de todo pelaje y de la peor calaña. Sabrán también
que los presos (pederastas incluidos) que durante las últimas semanas
han abandonado la cárcel después de que el Tribunal de Estrasburgo
anulara la doctrina Parot, solo han tenido un fin durante los
veintitantos años que han pasado entre rejas: ser profesores. Más en
concreto, ser profesores para impartir clases en la educación pública de
Navarra, y más en concreto, en el modelo D. Así que, una vez en la
calle, están esperando como agua de mayo a que la Administración
convoque unas oposiciones para impartir el nor nori nork, que ya se sabe
que la letra con sangre entra. Si no fuera porque hablamos de educación
(pilar básico de una sociedad), el asunto daría para echar unas risas
en la barra del bar y tirar de ironía. Pero, bromas aparte, detrás del
benemérito "informe reservado" se adivina el pavor que tiene el partido
(con mayúsculas) a perder el poder que ostenta desde hace más de 20
años. De aquí a mayo de 2015, la Navarra derechona, foral y española de
toda la vida va a sacar a pasear la artillería pesada. Si hay que tirar
de la Benemérita, se tira; si hay que ir todos los días a la tele party digital, pues se va. El cagómetro ya
está en marcha. Viene los malos malísimos con su euskera y su
nacionalismo, y eso no puede ser. Como si la alternancia en el poder no
fuera saludable en una democracia.
viernes, 22 de noviembre de 2013
Caballo grande
el último número de la revista Argia recoge una amplia e interesante entrevista del bertsolari Sustrai Colina al músico Joseba Irazoki. En un momento de la entrevista -los no euskaldunes pueden leer la traducción al castellano que Mikel Iturria ha realizado en el blog
de Javier Ortiz (www.javierortiz.net/voz/iturri)-, cuestionado sobre si
la música en directo tiene futuro, Irazoki responde de forma
contundente. "El BBK Live y demás (festivales) suelen estar llenos de
gente, pero los conciertos en los bares están desiertos". La acertada
comparación se puede llevar a otros terrenos sociales, culturales y
económicos. El Kursaal, el Victoria Eugenia y varias salas de Donostia
se llenan durante el Zinemaldia, pero el resto del año el cine dice
vivir en una crisis permanente. Recuerda Joseba que el Jazzaldia es un
éxito de público, pero habitualmente sobra espacio en los recitales que
programa el bar Altxerri. Anoeta recibe a entre 20.000 y 25.000
espectadores por partido, pero ya ni recordamos la última vez que fuimos
a ver al equipo del pueblo a Berazubi o a Azkoagain. Las carreras
pedestres viven un boom espectacular y, sin embargo, las
pruebas populares de las fiestas de los barrios languidecen y algunas no
llegan al medio centenar de participantes. Apreciamos el trato cercano y
afable de nuestro tendero, pero acudimos en masa a los centros
comerciales. Seguramente lo uno no está reñido con lo otro, pero el pez
grande hace tiempo que se ha comido al chico. Dicen que lo pequeño es
hermoso, pero nos guiamos por aquello de caballo grande, ande o no ande.
viernes, 15 de noviembre de 2013
Pagar por mear
Ganas tengo de ir a la estación de Atocha, en Madrid, para echar un meo.
Acaban de estrenar unos aseos de cagarse. Como en este texto no se
pueden incluir imágenes que ilustren lo que comento, mejor lean la
reseña que publica la web Decoesfera, dedicada a la decoración y el
interiorismo: "Lavabos bonitos y divertidos, ambientados con música,
con espacios para familias y una tienda con artículos de tocador (...).
Puertas sin huecos ni por abajo ni por arriba garantizan la privacidad y
tienen las paredes recubiertas de sorprendentes fotografías a modo de
tramantojos (...). Inodoros blancos, con cisternas empotradas y pulsador
de acero inoxidable. Dispensador de papel (mal rollo si no hubiera ídem, digo yo), un pequeño contenedor y una discreta escobilla limpiadora, también en acero inoxidable, anclada a la pared).
Ya digo que dan ganas de ir corriendo a Madrid, echar un pis y volver.
La empresa holandesa que promueve y gestiona los retretes debe ser muy
cachonda porque el otro día, en la inauguración, invitó al mismísimo
embajador en España del Reino de los Países Bajos, Cornelius van Rij,
no se sabe si para que los probara. Estos aseos neoliberales (antes
eran públicos y gratuitos, y ahora son privados y de pago) nos confirman
lo que todos nos temíamos: que al final pagaremos hasta por mear. En
este caso, cada uso (ya sea de aguas mayores o de menores) sale por 60
céntimos e incluye bonos descuento en compras en la tienda. Un negocio
que te cagas, como lo define con acierto la web Yorokobu.
miércoles, 13 de noviembre de 2013
Uno de cada 100.000
Aseguraba ayer
en esta sección el doctor Ricardo Jiménez, asesor médico de la
Federación Atlética Guipuzcoana, que la muerte de Arantza Ezquerro entra
dentro de "lo estadísticamente esperado". Desgraciadamente, los números
lo atestiguan. Varios estudios indican que uno de cada 100.000
participantes en una maratón (una prueba aún más exigente que la Behobia) fallece por muerte súbita.
Desde 1999, la carrera más popular de nuestro entorno
contabiliza más de 112.000 corredores inscritos. Tres participantes
(Asier Torrente en 2002, César Elorduy en 2010 y la ya citada Arantza
Ezquerro el pasado domingo) han perdido la vida desde que esta clásica
pedestre se recuperó felizmente en 1979. El hecho de que solo hayan
transcurrido tres ediciones entre las dos últimas muertes podría llevar a
pensar en algún tipo de negligencia, en que algo se está haciendo mal.
Y, sin embargo, sucede lo contrario. Está demostrado que una mayoría de
los participantes (no todos) llegan a la cita mejor preparados
físicamente que hace diez, 15 o 20 años, y también es palpable sobre el
terreno que la organización ha mejorado notablemente los servicios de
asistencia médica.
A veces, la mayor de las prevenciones no puede evitar una
fatalidad. Muertes como la de Arantza Ezquerro nos ponen sobre aviso
acerca de la conveniencia de realizar una prueba de esfuerzo, que quizás
no nos garantiza que sea infalible al 100% pero que está demostrado que
reduce los riesgos de sufrir cualquier dolencia. Un chequeo médico es
una medida preventiva más que recomendable y, desde luego, más
importante que escoger el modelo de zapatillas que queremos utilizar.
En ejercicios de fuerte intensidad, que nos llevan
prácticamente al agotamiento, exprimimos nuestro cuerpo. Lo sometemos a
una exigencia máxima, más si cabe en una prueba como la Behobia, caracterizada por una enfermedad llamada marquitis.
No importa si has llegado o si has disfrutado, importa el tiempo que
has invertido en cubrir los 20 kilómetros. Es tal la competitividad, que
hay quien no levanta la cabeza ni para saludar a la familia. Y, la
verdad, lo mismo da llegar a la meta en una hora y 15 minutos que en dos
horas y tres minutos. El caso es acabar la carrera con buenas
sensaciones y cumplir el sano placer de disfrutar corriendo. Una máxima
aplicable a la Behobia y a cualquier prueba por modesta que sea.
viernes, 8 de noviembre de 2013
Son las endorfinas
Durante las últimas
semanas, cada vez que se ha asomado a la ventana ha visto pasar a
alguien corriendo. No huye de nada ni de nadie. No se preocupe. Está
entrenando. Y son las endorfinas. Aseguran los expertos en medicina
deportiva que cuando corremos se activa una función de las endorfinas
que estimulan nuestra sensación de placer. O sea, que aunque vayamos
apretando los dientes y con cara de sufrimiento perruno, en realidad la
estamos gozando. Que segregamos una sustancia que provoca que el
bienestar invada nuestro organismo. Es más. Según afirmaba recientemente
el periodista Gabriel Asenjo, correr incrementa los
niveles de serotonina (vinculada con el estado de bienestar), de
dopamina (relacionada con la estabilidad ecomocional y de motivación), y
de melatonina (aporta más energía y capacidad de trabajo). Si conocen a
algún aficionado a correr, sabrán también que alguna de sus mejores
ideas se le han ocurrido durante uno de sus entrenamientos, por aquello
de que se despeja la mente y se activa la creatividad. Y sabrán también
que un corredor que se entrena frecuentemente, cuando está parado por
una lesión es insoportable. Correr es un deporte barato (zapatillas al
margen), autónomo (no se necesita compañía ni formar equipo), más o
menos entretenido y basta con practicarlo durante media hora para sentir
unos efectos placenteros, relajantes. Razones de sobra para explicar
por qué este próximo domingo más de 28.000 personas unirán corriendo
Behobia y Donostia.
jueves, 7 de noviembre de 2013
La txapela de Marc
Marc Roig, segundo el año pasado, aspira a lograr su primer triunfo en su cuarta participación en 'la Behobia'
Marc Roig guarda en casa una txapela,
pero es de prestado. No se la calaron en ningún podio ni la ganó después
de vencer en alguna de las numerosísimas carreras que se organizan en
Euskal Herria. La txapela es de Dina Bilbao, una de las pioneras del
triatlón, que acostumbraba a participar en la Behobia-San Sebastián y
que desapareció en 1997 tras una tormenta que se desató en el Caribe
cuando realizaba una travesía a bordo de un catamarán junto a Iñigo
Ross.
Durante una visita a su amigo donostiarra Ander Izagirre, Marc
recibió la txapela de manos del tolosarra Josu Iztueta y se propuso
devolverla cuando consiguiera una en propiedad. Y en esas anda. Se ha
propuesto calarse la txapela de la Behobia en su cuarta
participación. Fue tercero en su debut en 2009, décimo en 2010 y segundo
el año pasado con un tiempo de una hora, tres minutos y un segundo, su
mejor marca en los 20 kilómetros que van desde el barrio irundarra al
Boulevard de Donostia. "Saldré a ganar. Noviembre me coge empezando la
temporada y los atletas que tienen objetivos para diciembre y enero
estarán más en forma, pero estoy para pelear por el podio y, si me dejan
una puerta abierta, iré a por la victoria", confiesa el corredor de
Sant Pol de Mar, en el Maresme barcelonés.
Roig se encuentra preparando la temporada invernal de cross, que prolongará con un diezmil
en pista y culminará con un maratón, seguramente el de Estocolmo del 31
de mayo. Durante los cuatro últimos años ha enfocado su preparación
hacia el maratón de Barcelona (en marzo), pero esta vez ha cambiado de
plan con el fin de buscar un registro cercano a las dos horas y quince
minutos (su mejor marca es de 2:18 hace dos años en Barcelona).
El corredor catalán debutó en la Behobia casi por casualidad. Hace unos años acudió como invitado a la media maratón de Goteborg, la célebre GöteborgsVarvet,
la más popular de Europa con 59.000 corredores y más de 200.000
espectadores, y coincidió en el hotel con los organizadores de prueba
guipuzcoana, que suelen acudir a la carrera sueca para tomar ideas.
Entre una caña y otra, los responsables del Fortuna le invitaron a participar en la Behobia...
y la carrera le enganchó. "Nunca había conocido una prueba tan bien
organizada y con tanto público", afirma Roig, la avanzadilla del pelotón
de más de 4.500 catalanes que correrán el domingo. Descontando los más
de 8.000 guipuzcoanos, no hay comunidad que atraiga más populares. En
pocos años la presencia de catalanes se ha multiplicado fruto del
atractivo que supone disputar la carrera y disfrutar de un fin de semana
en Gipuzkoa. Roig es un buen ejemplo. Viajará junto a su mujer y su
hija de dos meses, y en Donostia se unirán sus padres y su hermana, que
reside en Pamplona. "Es un fin de semana perfecto. Hay carreras todos
los fines de semana y es difícil que te acompañen siempre, pero si dices
que vas a San Sebastián, no ponen ningún reparo. Vienen encantados".
Los principales rivales
Pedro Nimo y Chema Martínez
Roig tendrá en Pedro Nimo y Chema Martínez a dos de sus principales rivales. El madrileño, cuatro veces ganador de la Behobia,
llega tras disputar el domingo pasado el maratón de Nueva York, el
último como profesional, en el que acabó en el puesto 31 tras sufrir
como un condenado (2 horas y 28 minutos). "Chema es una incógnita. No
sabes cómo va a recuperar. Después de un maratón como el del domingo, la
destrucción muscular es menor. No has rendido, pero no te has quemado",
explica el corredor barcelonés, que también teme a Nimo. "Debuta. Está
muy bien, según está diciendo en las redes sociales".
Roig es ya un habitual de la carrera, aunque no se ha
prodigado en las pruebas del calendario vasco. Más asiduo al cross que
al asfalto, ganó en 2003 la primera edición del Trofeo Mamo Wolde,
reservado a los junior en el Cross de Elgoibar, ha participado también
varias veces en el cross de Lasarte y disputó en una ocasión la media
maratón Azkoitia-Azpeitia. Pero nunca se ha calado una txapela. La de la Behobia le espera.
Del Interrail a la dote de Kenia
Roig está casado con una keniana y al menos un mes al año entrena junto a atletas del país africano
¡Hace unos
años, recién acabada la carrera de Fisioterapia, Marc Roig se encontró
ante una disyuntiva: resultaba complicado encontrar un empleo en su
especialidad y más aún combinarlo con su intenso plan de entrenamientos.
Así que tiró por la calle de en medio y se embarcó en una aventura que
le cambió la vida. Se desplazó a Eldoret (Kenia) para trabajar como
voluntario con niños que viven en la calle de la mano de la ONG Ex
Street Children. Era la primera vez que viajaba a África. Era febrero de
2009. A aquella estancia de un mes le siguieron visitas más frecuentes
tras entablar amistad con Mercy, la jefa de los voluntarios, que no
tenía vínculos con el atletismo ("No todas las kenianas son atletas,
como no todos los españoles son toreros", dice entre risas). Mercy es
hoy su mujer y la madre de su hija, Paula Jepkogei, nacida el pasado 12
de septiembre. Roig aprovecha sus viajes a Eldoret, la cuna del
atletismo de Kenia que ha alumbrado decenas de medallistas mundiales,
para realizar entrenamientos junto a atletas de altísimo nivel. "Pero
voy bastante a mi bola porque hay que ser prudente. Si corres al nivel
de los kenianos, a la semana estás en la cama hecho polvo", afirma el
atleta de Asics, que en diciembre próximo volverá a Eldoret para
entrenarse durante un mes. Visitará también a su familia africana, que
mantiene intactas tradiciones como la del ritual que precedió a la boda
de Marc y Mercy en la catedral de Eldoret. Liturgias como recibir una
vaca como regalo por parte de los padres de ella durante la pedida de
mano previa al enlace. Una llamativa dote que formaba parte de los
presentes que se intercambiaron ambas familias y que incluía también la
plantación de varios árboles.
Y es que Marc, hijo de la exatleta catalana María Tió, es dado
a la aventura, casi siempre ligada al atletismo. Hace unos años compró
un billete de Interrail, que permite a los jóvenes de hasta 22 años
viajar en tren durante un mes por toda Europa en segunda clase Y sin
límite de desplazamientos. A diferencia de muchos jóvenes fueron de tren
en tren y de fiesta en fiesta, Roig se dedicó a participar en carreras.
Durante 30 días visitó trece países y disputó nueve carreras hasta tal
punto que el viaje le resultó rentable porque ganó un buen puñado de
euros con los premios en metálico. Ganó alguna carrera, hizo varios
podios y en el peor de los casos acabó undécimo. Se las ingenió para
enlazar destinos con ciudades que acogieran carreras ("Fue una ardua
labor de investigación en Internet", recuerda), pero acabó culminando
una singular travesía ferroatlética.
El personaje
· Edad. 29 años· Lugar de nacimiento. Sant Pol de Mar (Barcelona).
· Familia. Casado con Mercy. Es padre de una niña de dos meses.
· Profesión. Trabaja como fisioterapeuta en una clínica de rehabilitación. Es profesor-colaborador de la Universidad de San Jorge en Zaragoza y colabora como articulista en la web www.running.es
· Su blog. carrerasdelmundo.blogspot.com.es
· Carrera profesional. Campeón de España promesa de 10.000 (2005 y 2006), quinto absoluto de maratón (2008), séptimo de Europa promesa de 10.000 (2005), subcampeón de España sub'23 de duatlón (2007) y cuarto del mundo sub'23 de duatlón (2007). Ganador del Trofeo Mamo Wolde del cross de Elgoibar (2003).
· 3.000 m.l. 8.21 (2003).
· 5.000 m.l. 14.09 (2010).
· 10.000 m.l. 29.21 (2007).
· Media maratón. 1h04m57s. (2010)
· Maratón. 2h18m08s (2011).
· 2009. 1h04m16s (tercero).
· 2011. 1h05m36s (décimo).
· 2012. 1h03m01s. (segundo).
viernes, 1 de noviembre de 2013
Cromagnon
Hace una semana mantuve una
amable conversación telefónica (sí, se puede hablar con educación
aunque viendo algunas tertulias televisivas no lo parezca) con una
lectora de este periódico que se quejaba de un titular, a su juicio,
poco afortunado y con connotaciones machistas que habíamos publicado
días atrás. La conversación derivó en un breve debate acerca del papel
que debe desempeñar el hombre para que la igualdad de género sea
efectiva, la responsabilidad de los periodistas a la hora de transmitir
valores vinculados con la igualdad, etcétera. No sé si es políticamente
correcto, pero a uno le chirrían los oídos cuando desde instituciones
públicas y colectivos de mujeres se generaliza al abordar la labor de
los hombres en la conciliación laboral y familiar. Solo hace falta darse
una vuelta por el mundo real para comprobar que en los últimos años se
ha avanzado sobre todo en dos aspectos: la corresponsabilidad en el
cuidado y la atención de los hijos, y la conciliación de trabajo y
familia. A veces parece como si no se hubiera progresado en los últimos
20, 30 o 40 años. Parece que los hombres llegamos a casa, nos sentamos
en el sofá a ver la tele y, mientras nos fumamos un puro, esperamos a
que nuestras mujeres bañen a los niños, planchen una montaña de ropa y
preparen la cena. Cierto es que hay materias y actitudes por superar,
algunas de ellas gravísimas y dramáticas como la violencia machista,
pero el común de los varones no es el hombre de Cromagnon.
viernes, 25 de octubre de 2013
Kramer con Jabugo
el otro día mi madre fue al cine. ¿Y qué?, dirán ustedes. Pues que no pisaba una sala desde Kramer contra Kramer,
allá por el Pleistoceno. Ama, no han pasado 30 años, han pasado 34. "Ya
te acordarás. Vosotros ibais a Atocha y nosotras al festival de cine",
me dijo antes de lanzarse a la aventura de volver a ver una película en
una pantalla grande. Claro que me acuerdo. Imborrable el autógrafo que
nos firmó Chanquete a las puertas del María Cristina.
El caso es que antes de que diera el paso de regresar a las salas, como
buen hijo le previne: "Ama, esto no es el cine Bidasoa ni el Avenida.
Ahora ponen el volumen a tope y las salas son pequeñitas", le dije. "Tú
tranquilo que estoy sorda como una tapia del oído derecho". Miento un
poquito si digo que hace 30 años que no acudía al cine, porque hace no
muchos años asistió a una de las galas del Zinemaldia en el Kursaal, que
no es propiamente un cine. Dice que Pedro Piqueras (¿no sería Pedro Almodóvar, ama?) entregó un premio y que pusieron una peli de Anthony Hopkins en inglés con subtítulos. El caso es que el otro día se fue a ver Las brujas de Zugarramurdi por
aquello de que se había rodado cerca de casa y había participado de
extra alguna que otra vecina. Y he aquí su reseña de la película. "Con
Zugarramurdi se han pasado 40 pueblos, Juanma. No se la aconsejo a
nadie. Aquellos ruidos que parecía que te caían las brujas. Tu hermana
decía lo mismo, mala, muy mala, pero tu cuñado no paraba de reír. Vaya
película. Lo mejor de la tarde fue el jamón de Jabugo que merendamos".
Ama, la próxima vez que no sea dentro de 30 años y que sea una
romántica.
viernes, 18 de octubre de 2013
¿Se nos cae el país?
Primero fue Caja Navarra,
luego Corrugados Azpeitia, más tarde el equipo ciclista
Euskaltel-Euskadi, después Ibermática y ahora Fagor Electrodomésticos.
Por no hablar de Kutxabank, hasta hace nada la joya de la corona, y
ahora enfrascada en un rosario de recortes que afectan, sobre todo, a su
obra social, a la vertiente más cercana al ciudadano, a ese pequeño
torneo de pelota que ha dejado de patrocinar o a esa sala de
exposiciones que pone en venta. La crisis se está mostrando con toda su
crudeza y no distingue entre grandes, pequeños y medianos, ni entre
sectores productivos. Hoy cae una publicación como la revista Euskal Herria
(hace unos días se anunció su desaparición), mañana un mastondonte como
Fagor y pasado mañana el comercio de la esquina. ¿Se nos está
desmoronando el país a trocitos? No lo creo, aunque tampoco me alineo
con la corriente optimista que asegura que esta profundísima recesión
que ya va para cinco largos años, ha tocado fondo y ya solo queda ver la
luz al final del túnel. Con la crisis, llegan las dudas. ¿Tenemos
buenos gestores? ¿Es normal que nos gastemos un pastón en un megatren de
alta velocidad y estemos discutiendo durante 20 años para que Donostia
tenga una estación de autobuses decente? ¿Eran imprescindibles tantas
carreteras si luego no podemos pagarlas? ¿Eran necesarios tantos
polígonos industriales si no vemos más que carteles de Se vende? ¿Sabemos gestionar en la bonanza pero no en la escasez? Dudas, somos un mar de dudas ante un futuro incierto.
viernes, 11 de octubre de 2013
'Errimaia'
qUIENES no podemos acudir
con la frecuencia que quisiéramos a disfrutar de la alta montaña, nos
tenemos que conformar, sin desprecio alguno, con esas excursiones
mañaneras en las que, mientras andas, hablas y hablas hasta resolver los
problemas del mundo mundial. Caminata, pintxo, vinito... y si de paso
caen unos hongos, pues más contentos que unas castañuelas. Como no
visitamos los Pirineos, y no digo ya los Alpes, más que de ciento en
viento, webs, blogs, reportajes de televisión y revistas de
montaña son nuestra mejor vía de escape para matar el gusanillo. Pese a
que, como toda la prensa en general, las revistas de montaña también se
encuentran en declive, no de calidad sino de lectores y capital, hay en
nuestro entorno honrosas excepciones de publicaciones elaboradas de
manera casi artesanal y altruista. Por citar tres, Gure artean, Pyrenaica y Errimaia
cumplen esta función social desde hace muchísimos años. Esta última,
que acaba de cumplir su 50º aniversario y se edita cada seis meses por
el Club Vasco de Camping de Donostia, refleja como pocas la querencia
del montañismo vasco por viajar a los lugares más recónditos del
planeta. En cada número no falta un reportaje sobre una expedición
protagonizada por socios del club. De Mongolia a Noruega pasando por
Mozambique y Nepal, los viajes se suceden con profusión de textos y
fotos que invitan a coger el primer avión. Seguro que los buenos
contadores de historias de Errimaia recrearán en el próximo número el viaje truncado de Joxi, Iñaki, Andoni y Bernard. Sería un pequeño y bonito homenaje póstumo.
viernes, 4 de octubre de 2013
Yolanda
no es precisamente santo de mi devoción, pero el pasado miércoles, en las páginas de El Mundo, Víctor de la Serna resumía
con acierto en qué consiste este bendito oficio del periodismo:
"Periodismo es buscar información -cuanto más oculta, y cuanto más
ocultada por los poderosos, más valiosa-, verificarla, analizarla,
resumirla, redactarla y publicarla bajo cualquier forma, impresa o
audiovisual". El autor realizaba esta definición ante la avalancha de
charlatanes de feria y pseudoperiodistas que pueblan los medios de
comunicación, sobre todo los talk shows. Buscar, verificar, analizar, redactar y publicar era el trabajo de Yolanda Montero,
una periodista metódica, recta y seria cuando había que ser recta y
seria, bromista cuando había que ser bromista, y cariñosa cuando tocaba
ser cariñosa. En una profesión como ésta, en la que pasas más tiempo con
tus compañeros de trabajo que con tu propia familia, creas lazos que
duran toda la vida aunque te pases años sin ver a excolegas de
redacción. Yolanda era peleona y directa. No se andaba con eufemismos.
Nada de escribir que alguien "muere tras una larga enfermedad". Alguien
muere de cáncer, del jodido cáncer, con sus seis letras. Era
"extraordinariamente imperfecta", como bien la describió su compañero
Álex en la despedida que se le tributó el jueves en el Aquarium. Una
despedida preciosa y sencilla, en la que a todos se nos hizo un nudo en
la garganta. Allí donde estés, correremos esa carrera que teníamos
pendiente. Sin mallas. Para lucir piernas.
viernes, 27 de septiembre de 2013
Amargo Donut
de chavales había pocos
placeres culinarios más sabrosos en la merienda que comer un Tigretón,
una Pantera Rosa, un Bony o un Donut. Siempre estaba el socorrido
bocadillo de chorizo Pamplona o de mantequilla con azúcar, pero donde
esté un Tigretón, que se quite todo. Sé de una persona (mujer para más
señas) capaz de estar media hora enterita comiendo un Tigretón. Te lo
podías zampar en dos bocados, pero ella disfrutaba comiéndolo a
cachitos, para envidia insana del amigo de al lado que se lo había
engullido en medio minuto. Los cuatro productos siguen hoy en las
estanterías de los supermercados, pero uno de ellos, el Donut, se muere.
Lo explicaba el domingo La Vanguardia. Las campañas a favor de
una alimentación saludable que destierra la bollería y las grasas
industriales, y la decisión de envasar el Donut, que siempre se había
servido fresco y en el día, han acabado por llevar a Panrico casi a la
bancarrota. Eso y la pésima gestión del fondo americano de capital
riesgo que hace ocho años compró la empresa a la familia Costafreda por
la friolera de 900 millones. De los 18 millones de beneficios de 2003 ha
pasado a sufrir unas pérdidas de 229 millones. El Donut ha desaparecido
de la barra de los bares y de los desayunos y, como es habitual en
estos casos, el pato lo van a pagar los 4.000 trabajadores de Panrico.
El fondo americano acaba de presentar un plan para eliminar casi 2.000
empleos y una reducción del sueldo a los trabajadores de entre el 35% y
45%. No hay Donut que endulce tanta amargura.
miércoles, 18 de septiembre de 2013
Euskaltel Euskadi
a mediados del año pasado,
Euskaltel Euskadi anunció su continuidad en la elite durante los
próximos cuatro años (el actual y otros tres) con un nuevo proyecto, una
nueva sociedad limitada (Basque Cycling Pro Team), un mayor
presupuesto, un nuevo manager y una nueva filosofía. Año y medio
después, desaparece. No hay dinero, ni privado ni público, que sostenga
uno de los equipos más ilusionantes en la historia, no ya del ciclismo
vasco, sino del propio deporte vasco. Miles de aficionados consideran
que Euskaltel Euskadi (habrá que acostumbrarse a hablar en pasado) es la
única selección que representa oficialmente a este país en el
deporte de elite. Curiosamente, se da en un deporte como el ciclismo, en
el que se idolatra al individuo, en el que éramos o somos de Loroño, Merckx, Anquetil, Coppi, Hinault, Marino, Periko, Indurain, Beloki, Pantani o Voigt,
pero en el que, salvo excepciones, no se es seguidor de una escuadra.
Euskaltel ha roto ese y otros moldes y se ha convertido durante los
últimos 20 años en uno de los mejores escaparates publicitarios de
Euskadi. La desaparición solo se explica por la crisis y la falta de
patrocinadores, dicen quienes se mueven en las entretelas del pelotón.
Nada que oponer, salvo un pequeño detalle: ¿Cómo es posible
que, ya en plena crisis, se anunciara un proyecto a cuatro años vista, a
razón de nueve millones de euros de presupuesto por temporada, y solo
se haya cubierto una? Quizás es que hay un capítulo en este serial que
nos hemos perdido o que no nos lo han contado.
viernes, 13 de septiembre de 2013
Campeones morales
Afirmaba hace unos días Jordi Évole en un artículo en El Periódico, que la cuenta atrás que TVE
colocó en una esquina de la pantalla en los días previos a la elección
de la sede de los JJOO de 2020 finalizaba el sábado a las 22.30 horas. O
sea, que se daba por descontado que Madrid superaría la primera
votación a eso de las 21.00 horas. El pequeño detalle no es más que una
muesca más del típico desprecio al rival del que históricamente han
hecho gala no pocos medios de comunicación españoles, con la prensa
deportiva a la cabeza. ¿Estambul? ¿Tokio? ¿Moros? ¿Japos? La olímpica
falta de respeto al adversario es tan común como la prepotencia que
exhiben a menudo. No hay más que seguir la trayectoria del Real Madrid
en su afán por conseguir la décima Copa de Europa y leer y escuchar a
comentaristas convertidos en hooligans para encontrar un
paralelismo con lo ocurrido con la candidatura de Madrid. Somos los
mejores y no hay dios que nos tosa. Ocurría también con la selección de
fútbol hasta que ganó la Eurocopa, encontró un estilo de juego y se
asoció a la mejor generación de peloteros de su historia. Habitualmente
(ahora también ha ocurrido con Madrid 2020) se recurre al enemigo
exterior para explicar las derrotas, ya sea el árbitro, la FIFA, la
Pérfida Albión o el Tassotti de turno. Ocurre en el fútbol, pero
también en deportes como la Fórmula Uno, hasta el punto de que esta
temporada se diría que el Ferrari de Fernando Alonso es un Seat 600 cualquiera. Así que, de derrota en derrota, Madrid 2020 ha engrosado el amplio palmarés de campeones morales.
viernes, 6 de septiembre de 2013
Manías
El ser humano es un animal
de costumbres. Somos capaces de levantarnos todos los días por el mismo
lado de la cama, desayunar el mismo número de galletas, tomar el
cortado en la misma mesa del bar de la esquina, leer siempre el
periódico de atrás hacia adelante, pagar en la misma cabina de peaje,
aparcar en el mismo lugar (si es que está libre) y desplazarnos hasta la
puerta de acceso al trabajo por idéntico camino que el día anterior.
Todos ejercemos alguna vez de Jack Nicholson en Mejor... imposible.
Quien osa sentarse en el trozo de banco del vestuario en el que todos
los días te cambias de ropa recibirá una de esas miradas que matan.
Tenemos incluso nuestras prendas fetiche (la camiseta de Toshack o la gabardina de Irureta
son dos buenos ejemplos), nuestros lugares de paso prohibidos (nunca
camines por debajo de un andamio) o manías como aquella de un exjugador
de la Real que nunca volvía a las instalaciones de Zubieta nada más
abandonarlas, ni aunque se le hubiera olvidado el neceser. Estamos
rodeados de manías por todos lados, pero he aquí un caso único: Txomin.
Sanmarcialero de pro, cada 30 de junio se levanta a las tres de la
mañana para acudir a la Diana de Villarrobledo que la Banda de
Música de Irun interpreta a las seis. Por aquello de dejarlo todo atado y
por si acaso se tuerce la cosa y entran las prisas, la víspera, el día
de San Pedro, antes de acostarse cumple un ritual: deja el café con
leche ya preparado en el microondas, coloca la pasta de dientes en el
cepillo y reserva cuatro pliegues de papel higiénico junto a la taza del
váter. Genio y figura.
miércoles, 4 de septiembre de 2013
KERS
amigo conductor, te pongas
como te pongas, si circulo por la variante de Donostia a 80 km/h y
estoy adelantando a otro vehículo, no puedes ir a más velocidad, no me
puedes ni debes adelantar. No pegues tu morro a mi culo. No me hagas
aspavientos, ni ráfagas con las luces, ni sueltes exabruptos. Te pongas
como te pongas, el límite está en 80 km/h. Dos conclusiones no
demostradas científicamente he sacado desde que estalló la crisis y
desde que entró en vigor el carné por puntos. Con la recesión, ha
aumentado el número de multas que nos ponen las autoridades. Que levante
la mano el que no haya recibido una sanción en los últimos cinco años. Y
desde que se estrenó el sistema de puntos, ya no se pisa tanto el
acelerador. Podemos combinar ambas apreciaciones y nos darían el mismo
resultado. Pese a todo, sigue habiendo buenos puñados de conductores que
circulan según sus propias reglas. El cagaprisas es
particularmente pesado. Se trata de aquel automovilista que, cuando el
semáforo está en rojo y él se encuentra en la tercera fila de la
parrilla de salida, tiene la velocidad de reacción de un atleta de 100
metros lisos. Una milésima de segundo después de que el semáforo se
ponga en verde, él ya ha hecho sonar el claxon. Luego está el conductor safety car.
Este es aquel que llega a los tramos de radar en plan Fittipaldi,
reduce la velocidad y, cuando ya está lejos del alcance de la máquina,
mete el KERS, cual Fernando Alonso. Que hasta aquí quería llegar yo para poner la negrita y que me leyeran en Alonsotel, ese nuevo equipo ciclista que nacerá en 2014.
lunes, 2 de septiembre de 2013
Afición o devoción
Para un aficionado al remo
y a la Real solo hay un domingo de septiembre que supera al de ayer: el
segundo domingo de septiembre, salvo que, como este año, la segunda
jornada de la Bandera de La Concha coincida con una jornada de descanso
en la Liga. Si uno es, además, hincha txuri-urdin y seguidor de la Ama Guadalupekoa, está que lo peta.
Y ya no digo nada si cumple la trilogía de ser de la Real, de la
trainera de Hondarribia y desfila en el Alarde. El próximo domingo, como
si lo anunciaran los mayas, se cae el mundo. Nunca en la historia se ha
dado la coincidencia de que la Ama Guadalupekoa gane el trapo
más prestigioso de la temporada en el día grande de las fiestas de la
localidad. No es que pueda arder Troya si los de Mikel Orbañanos
ganan la bandera, es que mismamente la ciudad se va a bañar en cava.
Para un hondarribiarra, si todo sale redondo, seguramente ese domingo es
el colmo de la felicidad. Después de tamaña concatenación de
acontecimientos, ya puede morir tranquilo. No digamos para el presidente
del club, Joxemi Elduaien, que, a no ser que tenga el don de la ubicuidad, no podrá estar en los dos sitios a la vez. A la misma hora que la Ama Guadalupekoa
se jugará La Concha, Elduaien, capitán de la compañía Beti Gazte (no
confundir con el club del mismo nombre de Lesaka), tiene cita en la
ermita de Guadalupe para renovar el anual voto a la virgen del mismo
nombre. Se encuentra entre la afición y la devoción. Por si acaso, no
diremos cuál es el club de fútbol de sus amores.
viernes, 30 de agosto de 2013
Auzolan
Ahora que tanto
priman el individualismo y la ostentación, reconforta saber que ahí
fuera hay ciudadanos que aportan su mano de obra por amor al arte.
Gentes llevadas por el altruismo que dedican parte de su tiempo libre al
beneficio público sin recibir otra recompensa que el reconocimiento de
sus vecinos. Desconozco cómo se denomina esta labor en otras latitudes;
aquí lo llamamos auzolan y sigue tan vigente como antaño. Desde tiempo
inmemorial se han construido o reformado frontones, sociedades, iglesias
y todos aquellos lugares comunes que compartimos unos y otros. Mañana se reestrena
el puente San Miguel, que salva el río Bidasoa entre Bera y el barrio
de Alkaiaga de Lesaka. Un variopinto grupo de vecinos de Bera (la
mayoría de ellos ya jubilados) inició en abril de 2012 las tareas de
remodelación de este emblemático enclave de Bortziriak. Electricistas,
médicos, arquitectos, montadores de muebles, bancarias, camioneros y
profesores, entre otros, unieron sus manos y su esfuerzo para adecentar
el puente, escenario hace ahora 200 años de una cruenta batalla entre
las tropas francesas e inglesas en los estertores de la Guerra de la
Independencia. Durante 16 meses, cada lunes y jueves se han reunido para
limpiar la maleza, reponer las piedras, cambiar el suelo o instalar una
iluminación hasta ahora inexistente. Mañana y pasado recuerdan con un
programa cargado de actos el Bicentenario de aquella batalla y, sobre
todo, las penurias que sufrió la población de Bor-tziriak. No está de
más agradecérselo.
jueves, 29 de agosto de 2013
La cámara de vídeo
hace trece años, hacia el
mes de abril, llevé a reparar a un servicio técnico oficial una cámara
de vídeo de una famosísima multinacional de la electrónica. Era un
taller pequeñito en una calle rebuscada a la que tenía que desplazarme
en coche. El dueño del local examinó el aparato y dijo la frase mágica:
"Se le ha roto una pieza. Pediré una de reciclaje y te la cambiamos. La
próxima semana la tendrás lista". Todavía estoy esperando, amigo. No
recuerdo las veces que volví a ir al taller para preguntar por mi
cámara, pero no serían menos de diez, a las que hay que sumar las
incontables llamadas de teléfono que hice para preguntar por el estado de salud
de mi máquina. La respuesta era siempre la misma: "El chaval la está
mirando. Cuando llegue la pieza de reciclaje, la arreglamos. La próxima
semana estará lista". Y así durante semanas y semanas. No exagero.
Nunca supe más de ella. Me acuerdo de aquella cámara de vídeo cada vez
que abro el cajón en el que le está esperando la funda en la que dormía.
Al final no supe si la pieza de reciclaje nunca llegó al pequeño
taller, si despidieron al chaval y no pudo meterle mano a la máquina
(aunque por aquel entonces, hablamos de 2001, no había crisis) o si el
aparato acabó en la estantería de los objetos que no tienen arreglo. El
caso es que me quedé descompuesto y sin cámara. Hace un mes llevé a
reparar un reloj de una conocidísima marca deportiva a la tienda en la
que lo compré. No sé nada de él, pero digo yo que será que estamos en
agosto, cuando todo se paraliza. Debe de ser cosa de la obsolescencia
programada.
viernes, 23 de agosto de 2013
Admito desde ya las
críticas de quienes consideran que al monte hay que ir a disfrutar, sin
prisas, andando, y con el bocata y la bota de vino en la mochila. Así ha
sido desde tiempo inmemorial y así, con matices, sigue siéndolo entre
la legión de aficionados que cada fin de semana patean por las alturas.
Sucede que el mundo del montañismo también ha evolucionado y en paralelo
han surgido nuevas formas de ir al monte. Kilian Jornet, el Messi
de esta especialidad, logró el miércoles una marca estratosférica:
subir y bajar el Cervino, de 4.478 metros, desde la localidad italiana
de Cervinia, en 2 horas, 52 minutos y 2 segundos (el anterior récord de Bruno Brunod,
en 1995, era de 3:14). El Cervino (Matterhorn en alemán) es ese monte
que todos hemos dibujado de niños, una mole de piedra con forma de
pirámide que aquí comparamos con el Txindoki. Para calibrar la gesta de
Jornet, basta reseñar que la ascensión más ¿cómoda? al Cervino supone
un esfuerzo como mínimo de cinco horas y atravesar varios pasos
exigentes, muchas veces en compañía de guías locales. Otro dato
reseñable, que tomo prestado de un comentario de Jorge Nagore,
ilustra la descomunal gesta: Jornet salvó un desnivel de 2.472 metros
(Cervinia está a 2.400 metros de altitud) en los 112 minutos que empleó
en ascender el Cervino, es decir, 1.286 metros por hora y 21 metros por
minuto. Y un último dato definitivo: a solo unas horas de que se
disputara la Supercopa entre el Atlético y el Barça, el Telenotícies de TV3 informó de la noticia antes que del partido. Con eso queda todo dicho.
viernes, 16 de agosto de 2013
'Cuerpos embarazosos'
Es lo que tiene estar ocioso y tumbarse en el sofá para ver la tele. Te pones a hacer zapping
y descubres que, desde que las cadenas se multiplicaron como los panes y
los peces cuando la TDT se hizo carne, hay una sobredosis de programas made in USA
sobre asuntos que jamás hubieras imaginado. Confieso que no he visto
ninguno entero, sino que he picoteado por aquí y por allá, matando la
curiosidad. Hablo de espacios como Cuerpos embarazosos (da mucho repelús y aguantas como mucho un minuto), Megatraslados
(un inverosímil programa en el que se hace una mudanza por tierra, mar y
aire de un palacio de justicia, por ejemplo), su hermano menor Mudanzas imposibles (en el que se trasladan casas enteras de un sitio a otro en camiones), Cazadores de serpientes (sobran las explicaciones), 1.000 maneras de morir (que es lo que su propio nombre indica), Buscadores de fantasmas (aquí también sobran las explicaciones), El jefe (el dueño de una gran empresa se hace pasar por empleado durante varios días sin que lo sepan sus trabajadores), Embargos a lo bestia (un grupo de brutotes se dedica a recuperar bienes embargados), Los restaurantes más frikis del mundo
(que se sepa, todavía no hay ninguno guipuzcoano) y una variada
relación de espacios que tienen como protagonistas a camioneros que
circulan con transportes más bien voluminosos por lugares a cada cual
más inhóspito. Hay más (tampoco los he visto todos), y dicen quienes
saben de esto que la mayoría no son sino docu realities, vamos,
que hay mucho cartón-piedra. Lo que aún no he encontrado es un programa
que me explique por qué veo este tipo de programas.
viernes, 9 de agosto de 2013
Rebajar (más) los sueldos
Un cachondo el tal Olli Rehn.
Desde su poltrona de la Comisión Europea aconseja al Gobierno español
que patronal y sindicatos lleguen a un acuerdo para bajar los salarios
un 10% en los dos próximos años. El comisario de Asuntos Económicos y
Monetarios de la UE sabrá (y si no, se lo recordamos) que por estos
pagos desde hace ya varios años no se negocia en los convenios qué
porcentaje se suben los sueldos sino cuánto se rebajan. Al calor de la
crisis, las empresas han dado mordiscos al poder adquisitivo de sus
asalariados. Primero fueron unos bocaditos, más tarde fueron unas
dentelladas y al final acabaron por suprimir las mal llamadas pagas
extras, que no son sino una parte sustancial del sueldo acordado y
firmado entre un patrón y un currela. Ahora nos vienen el FMI y la CE a
recomendar una nueva bajada salarial para que las empresas puedan crear
empleo y se incentive el consumo. Sí, he escrito bien. Creen que si se
recortan los salarios se incentivará el consumo. Parece de cajón de
madera pensar lo contrario, pero vete tú a rebatirle los argumentos al
FMI, esa institución que tres años después de la bancarrota de Grecia
asegura que subestimó los efectos negativos de las políticas de
austeridad que recetó para el país heleno. El FMI, esa institución que
no predijo que llegaba una crisis del carajo pero que sigue dando
lecciones sin rubor sobre cómo salir de este agujero negro. Hay que
tener mucha jeta y un sueldo base de 20.000 euros al mes (sin incluir
los complementos) como el de Rehn para reclamar que se baje el sueldo la
plebe que todavía tiene un privilegio que se llama puesto de trabajo.
domingo, 4 de agosto de 2013
Banquillo
Creo que ya he contado alguna vez en este txoko que, de chaval, chupé
banquillo en un montón de campos de fútbol guipuzcoanos. Si no me falla
la memoria, durante una larga temporada en Primera Regional, senté mis
posaderas en 37 de las 38 jornadas. Casi siempre éramos los mismos
cuatro en el banquillo. Erauste, que era el portero suplente, Iñaki, que con los años se hizo fijo en el lateral derecho, Pacheco, alias Blokhin,
que era el que destacaba, y un servidor. 37 de 38, que se dice pronto.
Como el equipo andaba como un tiro y tenía opciones de ascender, casi
siempre jugaba el mismo once. El entrenador tuvo el detalle de
alinearnos en el equipo titular en la última jornada con todo ya
resuelto. Eran esos años en los que ya eres consciente de que nunca vas a
cumplir tu sueño de jugar en la Real. El banquillo casi siempre es una
sensación frustrante, salvo que seas Michel Loinaz,
salgas media hora y metas dos txitxarros por la escuadra. Juegas diez
minutos como un pollo sin cabeza, viéndolas venir. Haciendo un
paralelismo, es parecido a cuando regresas al trabajo después de dos o
tres semanas de vacaciones. Has estado ocioso a más no poder, cambiando
de costumbres y, si eres de los que trabaja pegado a la pantalla de un
ordenador, a la vuelta te encuentras 1.500 mensajes sin responder en la
bandeja del correo y tareas que dejaste antes de disfrutar de las
vacaciones. Andas, aquí también, como un pollo sin cabeza, tratando de
ponerte al día. Que les sea leve a los que llegan de descansar en julio.
Ya falta menos.
martes, 30 de julio de 2013
Tertulianos
Hay médicos y médicos,
camioneros y camioneros, peluqueras y peluqueras, actores y actores,
políticos y políticos, pintores y pintores, dependientas y dependientas,
camareros y camareros, enfermeras y enfermeras, taxistas y taxistas,
carniceros y carniceros, barrenderos y barrenderos, fontaneros y
fontaneros, policías y policías, jardineros y jardineros, profesores y
profesores... y luego están los tertulianos. Hay tertulianos (muchos de
ellos periodistas, todo hay que decirlo) que dan vergüenza ajena. Hay un
método infalible para calibrar si un tertuliano es bueno y domina la
materia en cuestión, o si es un indocumentado que no sabe de lo que
habla: cuando se refiere a un asunto que tú controlas, si dice una
barbaridad sin ton ni son, pertenece a este segundo grupo. Como en todo,
no conviene generalizar. Hay excelentes tertulianos que ofrecen
razonamientos y explicaciones argumentadas, al margen de que estés o no
de acuerdo con sus postulados. Pero desgraciadamente (sobre todo en la
tele), abundan los tertulianos bocachanclas que compiten por ver quién
la dice más grande y a grito pelado, sin dejar que su interlocutor acabe
la frase. Y, por si faltara algo, son expertos en la materia,
sea cual sea. Estos últimos días daba grima escuchar a algunos
tertulianos hablar de sistemas de seguridad en los trenes y alta
velocidad ferroviaria. Y daba pena cómo le atizaban al maquinista, que
ya de por sí bastante condena tiene solo de pensar que han muerto 79 de
los pasajeros que llevaba en su tren.
viernes, 26 de julio de 2013
Conciencia tranquila
Cada vez que alguien
(normalmente un político de alta alcurnia o un juez de los de Champions
League) enlaza en una misma frase los términos separación de poderes,
independencia judicial, imparcialidad y respeto judicial, me entra un
ataque de risa floja. Hace tiempo que la Justicia que se imparte en las
altas instancias del Estado es sorda y ciega y responde a intereses
particulares, pero es que las tres resoluciones del Tribunal Supremo que
se han dictado en la última semana sobre el caso CAN, los tejemanejes de Jaume Matas en Baleares y el campeonísimo José Blanco en
Galicia han colmado el vaso de la incredulidad. No es ya que la clase
dirigente vea rebajadas sus penas o, simplemente, no sea imputada en
causas que son de cajón. Es que, además, se pavonean y sacan pecho. Ahí
tienen a Barcina, Sanz, Maya y Miranda
que, una vez hecho público el auto del Supremo, desfilaron uno por uno
para decir que son más limpios que la patena. Si actuaron con la
honradez de la que ahora alardean, ¿por qué devolvieron el dinero que
se embolsaron en aquellas interminables reuniones en los
órganos de la CAN que ellos mismos crearon? ¿Es honrado cobrar miles de
euros (hasta 89.000 llegó a recibir Sanz) por encadenar reuniones en las
que eran meros oyentes y ni siquiera se levantaban actas? ¿Duermen con
la conciencia tranquila? A ojos del Supremo, que resuelve en un auto de
seis páginas una instrucción que duró cuatro meses y ocupó 2.000 folios,
han quedado absueltos; a ojos de la opinión pública, hace tiempo que se dictó sentencia.
jueves, 25 de julio de 2013
Fumadores
excursión montañera,
mañanera y dominical de tres horitas sin grandes desniveles y en buena
compañía. Alcanzado el objetivo, alguien saca una bota de vino y le pega
un buen trago. Pegarle un trago a una bota de vino está bien visto. Hay
quien diría que es casi hasta saludable. Eeeerrrra!! En el
mismo lugar, una pareja, chico y chica, que también han realizado la
travesía, se apartan 150 metros del grupo, sacan sendos paquetes de
tabaco del bolsillo y se fuman un pitillo. Está mal visto. No es
saludable. El respetable no les abuchea, pero casi. Desde la aprobación
de la ley antitabaco, los fumadores se han convertido en los apestados
del siglo XXI. Molestan hasta en el monte. Nunca he entendido qué
placer encuentran quienes llegan, pongamos, a la cima del Txindoki y,
después de dar cuenta del bocata de tortilla de patatas, se fuman un
cigarrito. Pero sobre gustos y paladares no hay nada escrito. Y quien
dice monte, dice playa. La ministra francesa de Sanidad, Marisol Touraine,
ha planteado que se prohíba fumar en las playas y parques del Hexágono.
Propone a los ayuntamientos de los municipios costeros que habiliten
espacios "libres de humo". O sea, lo de nudistas y textiles, pero con el
tabaco de por medio. El planteamiento de la ministra socialista que,
por cierto, es hija del célebre sociólogo Alain Touraine,
es extrapolable a las piscinas. Es probable que Marisol Touraine fuera
fumadora. No hay peor enemigo para un fumador que un exfumador. Está
científicamente comprobado.
martes, 23 de julio de 2013
Turistas (y II)
No hay que ser un fino
observador de la realidad para darse cuenta de que cada vez llegan más
turistas extranjeros a Donostia. No haría falta recurrir a las últimas
estadísticas, aunque, todo sea dicho, el Instituto Vasco de
Estadística, Eustat, confirmó ayer con números lo que cualquier hijo de
vecino puede comprobar si se da una vuelta por el centro de la capital. A
los franceses de la Gironde y Las Landas (matrículas de coche 33 y 40,
respectivamente, para más señas), que venían, vienen y seguirán
viniendo a Donostia, se han sumado una legión de británicos, alemanes,
belgas, holandeses, italianos... y japoneses. Bueno, los italianos
siempre vienen, más en agosto que en julio, porque les va la marcha en
sus dos acepciones (en los ya olvidados incidentes de la Semana Grande,
siempre habían algún detenido de nacionalidad italiana). Digo yo que
algo tendrá que ver la crisis en este incremento del turismo que procede
allende los Pirineos. Porque no creo que hayan llegado atraídos por el
sol y el calor, aunque en los últimos quince días esta ciudad se parezca
más a Alicante que al veranito propiamente vasco: un día de sol y dos
de lluvia. Llevamos un año sin término medio. O llueve, o hace sol. Se
echa ya de menos esa incertidumbre de no saber cómo va a ser la semana.
El caso es que hay más visitantes extranjeros que, como apunta un
compañero, vienen con la pasta que no pueden gastar los estatales,
atrapados hasta el cuello por una crisis que sabemos cuándo empezó pero
no cuándo acabará, si es que acaba. De momento, que siga luciendo el
sol, que es gratis.
viernes, 19 de julio de 2013
Turistas (I)
Con frecuencia, quienes
dirigen el sector turístico en Gipuzkoa aseguran que el principal
cliente, y al que deben enfocarse las campañas y promociones, responde
al perfil de una persona con un alto nivel adquisitivo, que pernocta dos
o, a lo sumo, tres noches, y que viene a estas tierras para disfrutar
del paisaje, la tranquilidad y la gastronomía. Ayer mismo, la consejera
de Desarrollo Económico y Competitividad, Arantza Tapia, insistía en una entrevista en Radio Euskadi acerca
de que el objetivo no debe ser el "turismo de masas" sino captar a
visitantes que, por ejemplo, conocen Donostia porque acuden a un
congreso y quieren repetir visita en su tiempo de ocio, esta vez
acompañados por la familia. "Son personas que hacen una actividad
comercial y gastronómica de alta calidad", dijo Tapia. No es ninguna
leyenda urbana que los restaurantes de alto copete de Gipuzkoa reciben a
clientes que llegan en su avión privado desde Chicago o Londres
expresamente para degustar sus delicias. Pero, curiosamente, la
percepción que se tiene cuando uno se acerca al paseo de La Concha es
que la ciudad está repleta de turistas de nivel adquisitivo medio.
Vamos, que abundan los visitantes que tiran del pintxo, el menú del día,
el bocata que traen de casa (la crisis aprieta) y el botellín de agua
del supermercado, en un destino que no destaca precisamente por lo
módico de sus precios. Y qué decir de los tan denostados mochileros
(todos hemos sido mochileros alguna vez en nuestra vida), fuente también
de ingresos para una ciudad y un territorio que hacen bandera de su
hospitalidad. Que hay sitio para todos, vaya.
lunes, 15 de julio de 2013
Encierros
nunca he corrido un
encierro. ¿Usted tampoco? Vale, pero usted no tiene sangre navarra que
le corre por las venas ni una tropa de parientes, vía paterna, con ADN
de la Ribera. "Tranquilo, no eres el único", me dice el tío Marcelino,
"somos más bien una familia un poco cagueta". Unos toretes cuando
sueltan las vacas de Macua en fiestas, pero poco dados a ponernos
delante de las astas de los Torrestrella. El primo Alfredo probó
alguna vez en la plaza del Ayuntamiento, pero el resto -ellas
incluidas- somos más de ver los toros desde la barrera, las gradas o la
televisión. Servidor, lo más cerca que ha visto unos pitones fue hace ya
unos cuantos años saliendo de un bar de una de las bocacalles de la
Estafeta. Había amanecido y por allí pasaron al trote morlacos y
cabestros que, huelga decir, son mansos pero impresionan más. Los
encierros, como cualquier otro deporte de alto riesgo, son para verlos
desde el sofá. Y, desgraciadamente, en los últimos años el espectáculo
no es nada edificante. Se está perdiendo el respeto al encierro. La
masificación era y es un problema, sí, pero lo es más la cantidad de patas que
entorpecen la carrera y ponen en peligro su vida y la de los demás.
Cada año aumenta el número de corredores que desconocen el abc
del encierro: respeto al animal, respeto a las normas (que las hay) e
incluso respeto a la tradición (vestirse de pamplonica y, ya puestos,
con un periódico en la mano). Nunca como este año se ha visto a tantos
corredores con una cámara en la mano o en la cabeza. No es precisamente
correr con cabeza.
viernes, 12 de julio de 2013
La caja de puros
En una antigua línea de
autobuses, no recuerdo si en la que partía de Iruñea o la que salía
desde Donostia, cuando no existían las máquinas actuales, muchas veces
se cobraba el billete en el propio vehículo, ya fuera parado o en
marcha. El cobrador, provisto de una caja de puros que colgaba de su
cuello con una cuerda, hacía equilibrios entre curvas y frenazos para
que el personal apoquinara el tique. Le dabas la pasta y te devolvía los
cambios y el correspondiente billete, que guardaba en la caja de puros.
Se cobraba en pesetas, aunque había un chófer que lo hacía en duros,
que es como si ahora hablamos a las nuevas generaciones en pesetas. No
les suena. Es como si a nosotros nos hablaran de los reales. Las cajas
de puros son como los periódicos. Una vez usados, sirven para todo.
Mayormente se utilizan para guardar billetes de lotería, un dinerillo
para darnos un capricho o el Bonoloto semanal. Don Mariano, aficionado a
fumar habanos en la intimidad, no recibía sobres de Bárcenas sino cajas de puros de Álvaro Lapuerta (iba a escribir Lapiedra,
en qué estaré pensando), el extesorero del PP. Las cajas de puros
llegaban al Ministerio que dirigía don Mariano vacías de vegueros y
repletas de dinero contante y sonante. Un mes caía una cajita con cuatro
millones de pesetas; otro mes, otra de Montecristos con dos millones.
Así hasta 42.000 euros en un año. A cualquiera de nosotros nos caería un
buen puro si recibiéramos pagos ilegales. Pero dudo que empuren a don
Mariano. Si me apuran, como mucho le llamarán a declarar.
lunes, 8 de julio de 2013
Jalabert
cuando Laurent Jalabert
ganó la etapa de los Lagos de Covadonga en la Vuelta de 1994, pusimos
cara de asombro, le cubrimos de elogios y comprobamos con sorpresa que
un esprinter podía vencer en una cima mítica. Un excelente llegador y
mejor corredor de clásicas y vueltas de una semana se convirtió más
tarde en ganador de la propia Vuelta en 1995 e incluso en campeón del
mundo de contrarreloj en 1997 en Donostia, a escasos metros del lugar en
el que escribo esta líneas, en la avenida de Tolosa. Jalabert, el
ciclista con mote de risa (Jaja), despertaba más simpatías
fuera de Francia que en su patria hasta que en sus dos últimos Tour
logró el maillot de la montaña y se despidió de manera triunfal.
Jalabert se retiró en 2002 y ahora, once años después, hemos conocido
que unos controles realizados en 2004 detectaron EPO en la orina
(previamente congelada) del ciclista galo en el Tour de 1998. Otro ídolo
caído en una lista que amenaza con ampliarse cuando el próximo 24 de
julio una comisión de investigación del Senado francés publique la
relación de positivos de aquel Tour conocido por el escándalo del
Festina. Con el riesgo de que los hechos contradigan mis palabras, me
atrevo a decir que los casos de dopaje han provocado un borrón y cuenta
nueva. Cada vez hay menos tramposos, aunque seguirán surgiendo casos, y
en cierta manera el ciclismo se ha humanizado. Vuelve a haber pajarones (ayer mismo, con Richie Porte) y no vemos con perplejidad a un Don Nadie que gana, logra un buen contrato y luego desaparece.
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