Para unos cuantos irundarras, el año acaba el 31 de mayo y empieza el 1 de junio. Y no es vacile. Hay calendarios de mano que lo atestiguan y que muestran que en Irun el primer mes del año es junio y el último, mayo. Para muchos pamploneses, el año se reduce al periodo comprendido entre el mediodía del 6 de julio y la medianoche del 14 de julio. El resto consiste en sobrevivir. Y para un tolosarra, el calendario bien podría acabar con el Miércoles de Ceniza. Calendarios. El que nos rige acaba hoy, cuando arranquemos la última hoja de diciembre. Avasallados por balances y resúmenes de 2010, ahí van tres o cuatro predicciones sin mucho ton y poco son, a pocas horas de saludar a 2011. 1) Como diría un tertuliano de pro, para el próximo año hay un "dato objetivo": Odón Elorza volverá a ganar las elecciones, pero solo unas semanas después se llevará su primer gran disgusto porque Donostia no será elegida Capital Europea de la Cultura en 2016. Verbigracia, la distinción recaerá en Córdoba. 2) No sabemos quién será el nuevo inquilino del Palacio Foral de la Plaza de Gipuzkoa, pero sí que su nombre de pila empieza por M. 3) Los papeles de Wikileaks desvelarán los misterios sin resolver del incendio de la torre de Errotaburu. 4) En su afán por llamar la atención como sea, los candidatos del PP se tirarán en parapente desde Igeldo. 5) EEUU seguirá sin encontrar a Bin Laden, probablemente porque no existe. Sean felices.
viernes, 31 de diciembre de 2010
viernes, 24 de diciembre de 2010
Dejar de fumar
Ni fumo, ni he fumado en mi vida ni creo que vaya a hacerlo en los próximos siglos. Supongo que a esta edad uno está para otros vicios. Las pocas veces que de chaval probé a dar un par de caladas, además de parecer un patán, casi me quemo las cejas. Y, recurriendo a la jerga del modernismo, quedaría muy cool si dijera que no fumaba cigarros pero sí canutos, pero tampoco. No he probado un porro en mi vida. Txintxua que era uno. Kalimotxos todos, pero cigarros ninguno, y pastillas solo para la tos. Que uno no fume, no quiere decir que no haya convivido con el humo del tabaco. Durante años, un excompañero de trabajo se trajinó Roslis para dar y tomar. Frente a la pantalla del ordenador, fumaba un purito tras otro como un descosido. Nunca me molestó. Más que el propio humo, me incomodaba el olor, la peste que me llevaba yo a casa (he sido siempre de oler a suavizante Mimosín) transportada en jerseys, niquis y cazadoras. Aquel excompañero dejó el vicio hace ya un tiempo, como también lo han hecho varias personas con las que trato a diario. Como no he fumado, no sé qué se siente al dejar el hábito. Supongo que bienestar físico y, dicen, más apetito. Alabo la capacidad de sacrificio de quienes se han retirado del vicio. Tiene que ser bien jodido. Ahora que estamos a las puertas de que los fumadores se conviertan en los nuevos apestados de esta sociedad, no estaría de más reconocer a quienes han franqueado la complicada cortina del humo y ya no acuden al estanco.
viernes, 17 de diciembre de 2010
Tabakalera (con 'k')
Allá por 1999, Tabacalera (entonces con c) anunció una reestructuración industrial que incluía el cierre de su planta en Donostia y tres años después se fue con los cigarros a otra parte. Entre pitillo y pitillo, allá por enero de 2001, Odón Elorza tuvo la idea de convertir aquel edificio de dimensiones siderales en un centro cultural de referencia, en lugar del híper comercial que planteaba Tabacalera (hoy Altadis). Diez años, mil propuestas y cien mil reuniones después, Tabacalera se ha convertido en la Alhóndiga de Donostia. Llámenme escéptico, pero no veo a las máquinas entrando el próximo 18 de abril en la vieja fábrica. Supongo que 24 horas antes, alguno de nuestros insignes rectores de la cosa pública pondrá alguna pega al penúltimo del último convenio y volveremos a empezar. De hecho, todavía sigo sin entender la redimensión que se le ha dado al proyecto tras el ataque de pánico que le dio en mayo pasado al alcalde. Si todo pasa por reducir el presupuesto de 75 a 70 millones de euros (calderilla tratándose de un plan de esta envergadura), buscar nuevos clientes en tiempos de crisis e intentar mamar de la teta de Kutxa, pues sentados esperaremos a que entren las máquinas, se defina el proyecto, una vez más, y se le dote de contenidos. La única certeza que tengo es que Elorza seguirá al frente del Ayuntamiento cuando se inaugure Tabakalera (ahora con k). De todos los diputados generales, consejeros y diputados de Cultura, directores y responsables del centro que se han sucedido desde 2001 hasta hoy, es el único que continúa en el cargo. Eternamente, Odón.
viernes, 10 de diciembre de 2010
La 'kasketa'
La kasketa de los controladores paralizó los cielos, pero multiplicó el tráfico de mensajes y comentarios en Internet como pocas veces en un puente festivo. Con permiso de los miles de afectados por los mal llamados huelguistas, y como al mal tiempo hay que poner buena cara, he aquí una selección de frases y sucedidos originales que se han podido leer este largo finde en la Red. La mayoría, dicho sea, vía Twitter.
- "Preguntado José Luis Bilbao, diputado general de Bizkaia, sobre el cierre del aeropuerto de Loiu por la huelga, ha contestado: Para mí el derbi es un partido normal".
- "Rajoy, atrapado en el aeropuerto de Lanzarote, pide si le pueden reubicar en un tren de vuelta a Madrid".
- "Rajoy anuncia que, si es presidente, la primera medida que tomará será retirar las tropas de El Prat".
- "Esta Navidad, ponga un controlador en su mesa".
- "Mourinho deja el Madrid para hacerse controlador: Nadie puede ser más odiado y chulo que yo, ha afirmado".
- "Van un controlador alemán, uno inglés y uno español y… ah, pues no, el español, al final no va".
- "Pepiño Blanco debería dimitir, no por lo de los controladores, si no por haber ido a La Noria".
- "Mi cámara compacta no funciona. Voy a pedirle al Gobierno que la militarice y la meta 8 años en la cárcel".
- Y de apéndice, la anécdota (real) de Antena 3: el viernes había programado en su canal Neox la emisión de Aterriza como puedas, pero a última hora la cambió por Ejército de las tinieblas. Qué país.
viernes, 3 de diciembre de 2010
Cafelito europeo
El otro día entré en un bar de Donosti. Pedí dos cortados (uno de ellos cortito de café, mi contraria es así), y dos Cola Cao pequeños. El camarero, salao como él solo, preparó los cortados y le echó mucho arte a los Cola Cao. Como si fuera Aguaplast, embadurnó los dos vasos de cacao, vertió la leche de rigor y removió el contenido. Luego puso en cada plato cuatro galletas María Dorada, de propina, supuse, y un par de pajitas. Dado que el bar estaba de clientes hasta arriba y que me gusta eso de llevar la consumición de la barra a la mesa (se lleva en los genes), hice las veces de camarero. 7,40 euros me costó la sobremesa. Poco me parece, oye. Estuve a punto de soltarle eso que tanto se escucha en las pelis americanas: "Quédese con el cambio". Pagué cada Cola Cao (tamaño mini) a 2,10 y cada cortado a 1,60 euros. Y gracias que doy, porque aseguran los expertos que dentro de una semanas se disparará el precio del café por una subida de la materia prima en origen. Que ya somos europeos, oiga. Al día siguiente del cafelito otro simpaticote chavalote, trabajador de una de esas empresas que el sábado se reunió con Zapatero, vino a casa a hacer la revisión del gas. "Son tres minutos", me dijo. Tres minutos clavados, sí señor. Cogió un aparatito parecido a un móvil y fue examinando unas cuantas juntas del gas. Luego sacó un par de papelotes, escribió "OK" y firmamos los dos, tan contentos, esto para mí y esto para ti. 46,41 euros más IVA. A 25 céntimos el segundo de curro (sin IVA). Tres horas después, ahí seguía el chavalote de casa en casa por el barrio. Que me rescate la UE, porfi.
viernes, 26 de noviembre de 2010
Desmovilizados
"Paso de todo menos de curso", decía un viejo y ya gastado lema estudiantil, cuando con cuatro pencos no te salvaba ni la Purísima Concepción. Del paso de todo se ha mutado a la desmovilización que nos invade. Ya no es que pasemos de todo, es que ni nos movemos. Que se lo digan a los que trajinan los asuntos políticos. Según auguran las encuestas, el próximo domingo uno de cada dos catalanes no pisará un colegio electoral, que no es lo mismo que quedarse en casa, porque salir, saldrán, aunque sea a por tabaco al bar de la esquina. En la anterior cita con las urnas, más de la mitad de los catalanes pasaron olímpicamente de pronunciarse a favor o en contra del Estatut. El desafecto hacia la política es mayúsculo (recuérdese que, según el CIS, los políticos se han convertido en el tercer problema). Otro tanto pasa con las movilizaciones laborales. Las huelgas de los 70 y 80 han pasado a mejor vida. Lo que entonces se llamaba lucha de clases hoy se denomina molestias a los usuarios. Se monta una huelga justo el finde que habíamos planeado ir de shopping a los almacenes Harrods de London y nos ponemos del higadillo. Montan una huelga general los sindicatos y les cae la intemerata. Aquí ya solo nos mueve el deporte y la cultura, mayormente los conciertos. Y si no, aunque la comparación sea odiosa, tomen dos fotos del domingo pasado: apenas 50 personas acudieron a la concentración de Gesto por la Paz frente al Arriaga. A unos centenares de metros, más de 7.600 personas participaban en la popular y saludable Herri Krosa.
viernes, 19 de noviembre de 2010
Civil o religiosa
Un amigo, que suele tener la agenda del fin de semana repleta de compromisos, ha sido invitado dentro de una semana a una boda (en cursiva; unas líneas más abajo comprobarán que no es una boda al uso). Lejos de la pomposidad y los rituales que caracterizan los bodorrios ya sean civiles o religiosos, ésta escapa a todos los tópicos. La invitación, recibida vía correo electrónico, sin más adorno que la letra Arial en cuerpo 10, es ya toda una declaraciones de intenciones: "No ceremonia. No fotos con las primas. No arroz. No aurresku. No banquete. No traje chaqueta. No corbata. No peluquería. No banquete. No nueve platos y cinco postres. No gasto superfluo. No puros para ellos y detalle para ellas. No Paquito Chocolatero. No zona infantil. Sí muchos/as amigos/as reunidos alrededor de la música, la barra, el piscolabis, la espontaneidad y las ganas". El amigo de mi amigo organiza el sarao en un bar, por la tarde, horas después de acudir al juzgado, que es a donde quería llegar yo (no él). El tinglado legal está montado de tal manera que la burrocracia termina obligándote a que oficialices tu vida en pareja ante un juez. Si no se opta por la boda civil o religiosa, siempre existe el recurso de registrarse como pareja de hecho, aunque los hechos y, sobre todo, la Administración, acaba siempre poniendo alguna traba para que ser pareja de hecho no sea lo mismo que ser pareja civil, si se me permite la expresión. O sea, que tarde o temprano, acabamos delante de un juez o de un sacerdote...y sin necesidad de comprar un zafiro de 30.000 euros a nuestra contraria (o contrario).
viernes, 12 de noviembre de 2010
Euskañol
Ayer me crucé por la calle con uno de los profesores de Educación General Básica (EGB) que nos daba clases de Lenguaje. El mogollón (¿se admite mogollón?) de horas que este hombre metió para que aprendiéramos a diferenciar los adverbios sólo (con tilde) y solo (sin tilde). O para que colocáramos la dichosa tilde en la conjunción o cuando iba entre cifras. O para poner tildes (caballo de batalla donde los haya de los docentes) en los pronombres demostrativos. Años y años de dictados para que venga ahora la muy ilustre y real Academia de la Lengua Española a eliminar tanta regla. Quiere hacer más fácil la ortografía y de paso, se supone, vender unos cuantos miles de ejemplares de la renovada obra Ortografía, cuya última edición data de 1999. Casualidades de la vida, parece ser que el libro saldrá a la venta por Navidades. Cosas del mercado. En esta labor de pulir el castellano, los académicos, que a veces son retorcidos e incluso manipuladores (recuérdese el significado que dieron a la palabra abertzale en la última actualización del diccionario), podían haber acordado prescindir también de la tilde en palabras como más. Total, hay infinidad de gente que no tilda este adverbio. Pero puestos a limpiar, fijar y dar esplendor al español, por estos lares tienen una palabra que causa furor y no ha tardado en hacerse sitio en el Euskañol, diccionario colectivo y popular: gipuzkoano, un palabro que se puede ver en notas de prensa oficiales, artículos de opinión, anuncios y demás soportes.
lunes, 8 de noviembre de 2010
Móvil y seres humanos
El otro día tuve que llamar al servicio de atención al cliente de la compañía telefónica con la que tengo contratado mi móvil. Hace ya unos años (no sé cuántos) que tengo móvil. Desde que me lo regalaron tras estar perdido una noche en el monte. Siempre he sido fiel a la misma empresa. A pesar de que varias compañías de la competencia me han tirado los tejos, nunca le he puesto los cuernos. Es más, de vez en cuando cambio de móvil y tengo que firmar un contrato en el que me comprometo a seguir siéndole fiel durante los siguientes 18 meses. No acostumbro a llamar al servicio de atención al cliente pero, como debía comunicar una incidencia, no tenía otro remedio. Mi intención era hablar con un ser humano (gestores les llaman), pero me costó un montón de llamadas, una ración de paciencia infinita y un rato largo de diálogo absurdo con una máquina que escupía frases del tipo: "Diga sí", "Elija esta opción", "¿Está de acuerdo?", "Está al corriente de los pagos", "En estos momentos no podemos atenderle", "Todos nuestros operadores están ocupados, pruébelo más tarde". Las mismas compañías que te abrasan a llamadas cuando quieren venderte un producto, hacen todo lo posible para que tú no puedas hablar con una voz de carne y hueso cuando tienes un problema. Y no será por falta de presupuesto porque son estas empresas de telefonía, seguros y suministros varios las que luego nos restriegan sus millonarios beneficios sin ningún pudor. Después de intentarlo durante dos días, acabé hablando con un ser humano. Era una chica. Muy maja ella. Terminamos hablando de viajes.
viernes, 5 de noviembre de 2010
Benedicto Superstar
El papa Benedicto XVI (antes conocido como J.R., Joseph Ratzinger) es el artista mejor pagado del mundo y tiene un caché que para sí lo quisieran los Rolling, el Boss y compañía. Lo dice Fernando Montaña, autor del ensayo Adiós a dios, manual para pensar en libertad (se pueden leer párrafos en www.adiosadios.com). Eduardo Soto, editor de la obra (que no se responsabiliza del contenido), ha intentando promocionar el libro empapelando de publicidad los autobuses municipales de Santiago de Compostela, pero le han dicho que no procede. Con la Iglesia hemos topado, amigo Soto. Y a fe que la gira de este finde de Benedicto por Santiago y Barcelona tiene algo de concierto de superstar: por las cifras que se manejan, por el boato que le rodea, por el merchandising, por el coste para las administraciones públicas y por el beneficio para las empresas privadas, sobre todo la hostelería y hotelería. El mensaje, el fondo, es lo de menos, lo que importan son las formas. Cuesta creer que esta Curia romana que hace ostentación del despilfarro pertenezca al mismo mundo religioso que el personal que trabaja desinteresadamente en Cáritas o en una misión en el quinto pino del planeta. Cuesta entender las homilías, los artículos de opinión y las cartas pastorales de la jerarquía eclesiástica (siempre tengo que leer los párrafos dos veces para descifrarlos). Y cuesta creer que esa misma jerarquía que no admite la discrepancia y ha dado muchas muestras de oscurantismo no se dé cuenta de que camina con decenios de retraso sobre el pueblo que dicen de Dios.
viernes, 29 de octubre de 2010
Bidegorris
Hubo un tiempo en el que los bidegorris eran material inflamable para la polémica. Y no hablamos del pleistoceno. Hablamos del Ayuntamiento de Donostia y del proyecto de construir un bidegorri en el paseo de La Concha. Parda se lió con el asunto. Iba a ser la hecatombe para el comercio de esta nuestra ilustre ciudad, el acabose, el atasco diario. El mundo se dividió en dos: los partidarios del carril, con Odón Elorza a la cabeza, y los opositores, con el PP y EA en la pole position. El encendido debate no adquirió las proporciones de la discusión Kursaal sí, Kursaal no, pero casi. Hoy el bidegorri de La Concha es una gozosa realidad que disfrutan hasta sus más furibundos detractores. Los bidegorris ya no son pasto de polémica, más allá de la conflictiva relación viandantes-ciclistas que se registra en algunos puntos. Hoy abundan y mañana ni te cuento. Dicen nuestros próceres europeos que en un futuro (no aclaran si próximo o lejanísimo) una vía verde unirá Portugal con Cabo Norte, el punto más septentrional de Europa, allá por Noruega. 8.200 kilómetros de nada. Por aquí nos toca apoquinar con los 60 kilómetros entre Getaria, Lapurdi, y Doneztebe. Hay trabajo ya hecho. Los seis kilómetros de Puntxas a Endarlaza que se abrieron hace poco más de un año han sido todo un descubrimiento y no hay más que darse una vuelta un fin de semana para comprobarlo. El resto deja que desear. En el tramo Puntxas-Doneztebe hay tres túneles y sólo uno está practicable. Digo yo que antes de mirar a Europa no estaría mal iluminar los túneles y acondicionar el terreno. Por si acaso luego la vía verde europea no madura.
viernes, 22 de octubre de 2010
(In) visibles
La empresa Ultramagic, de Igualada (Barcelona), acaba de crear la primera cesta de globo aeroestático adaptada para personas con discapacidad física. Puede parecer un asunto baladí, pero lo cierto es que hasta ahora quienes necesitan una silla de ruedas para desplazarse no podían disfrutar de un paseo en globo en toda su dimensión. La altura de la propia cesta y la tela que cubre el aparato les impedían ver el paisaje que sobrevolaban. Otra barrera que se rompe. Desde hace unos años, en algunos parajes se puede ver a amantes de la montaña tirando de la silla Joëlette, un artilugio que permite que personas discapacitadas o con movilidad reducida caminen por senderos y rutas que de otro modo les resultarían inaccesibles. La silla fue inventada hace más de quince años por el francés Joël Claudel y hay quien ha logrado incluso alcanzar el Campo Base del Everest, eso sí, ayudado siempre por dos o tres personas que tiran del trono. El globo y la silla son sólo dos ejemplos de hasta dónde pueden llegar los discapacitados físicos, un colectivo que hasta hace nada resultaba invisible para el resto de los normales. No salían de casa, luego no existían. Afortunadamente, ya no hay proyecto que no se plantee sin tener en cuenta a las personas discapacitadas, a pesar de que haya todavía jetas que dificultan el día a día de quienes deben recurrir a una silla metálica para moverse. Son los caraduras de turno que, con tal de aparcar lo más cerca posible del centro comercial de turno, no dudan en invadir las plazas reservadas a discapacitados. O los jetas que falsifican las tarjetas de aparcamiento.
viernes, 15 de octubre de 2010
Héroes ninguneados
Si pertenece a la milmillonaria audiencia que ha seguido en directo el rescate de los 33, habrá comprobado que cada minero era recibido en un pasillo formado por autoridades embutidas en buzos rojos, con el presidente, Sebastián Piñera, la sonrisa Profidén hecha carne, a la cabeza. Uno de esos políticos, el ministro de Minería, el bien parecido Laurence Golborne, está siendo ensalzado ahora como uno de los artífices del éxito de la operación que ha permitido rescatar del agujero a los 33. El mismo Golborne que hoy disfruta de la popularidad se negó a recibir al presidente del Sindicato de Trabajadores de Servicios, Javier Castillo, el pasado 2 de agosto, tres días antes de que una enorme roca de 700.000 toneladas bloqueara el acceso de los mineros a la superficie. Castillo acudió a la sede del Ministerio con un completo dossier en el que denunciaba la alarmante falta de seguridad en la mina San José, que en los últimos tres años se había cobrado tres vidas y varios accidentes gravísimos. Pero el ministro no estaba para recibir quejas, así que Castillo entregó la carpeta a una subalterna, la secretaria de la Jefa de Gabinete. La inseguridad de los mineros tampoco parece que preocupara en exceso a la empresa que explota la mina, a pesar de los ocho millones de dólares anuales de beneficio que obtiene con el cobre que extrae de las entrañas de la tierra. Hoy, políticos y empresarios desfilan cual artistas de variété de plató en plató de televisión y tratan como héroes a trabajadores a los que hasta hace nada ninguneaban.
viernes, 8 de octubre de 2010
Vibroansiedad
Conozco a más de una y más de dos mujeres que cada vez que han tenido un hijo, nada más dar a luz, han tenido idéntica reacción: comprobar que la criatura venía a este mundo con los diez dedos de las manos y los diez de los pies. Supongo que semejante revisión pertenece al catálogo de los lógicos miedos que les invaden a ellas cuando ingresan en el paritorio. Y supongo también que hoy, con los adelantos tecnológicos y las ecografías de cinco dimensiones, es posible verificar (verbo de moda) si el churumbel tiene todos sus dedos y hasta si le están saliendo los primeros granos. Todos llegamos con los 20 dedos de rigor y luego desarrollamos un apéndice: el móvil, que se ha convertido en el vigésimo primer dedo. Y con el móvil surgen patologías de lo más curiosas. Por ejemplo, la vibroansiedad o síndrome de la vibración fantasma. Igual hasta la ha experimentado usted en su cuerpo. Consiste en tener la sensación de que te han llamado al móvil. Lo llevas en el bolsillo y, por alguna extraña razón, notas que te vibra. Lo coges, pero no hay llamada alguna. Primero piensas que no era una vibración sino un pliegue del vaquero... hasta que te das cuenta de que tu móvil no tiene activado el modo de vibración. Esta pequeña alucinación muscular debe de afectar a unos cuantos usuarios porque hasta se han creado grupos en Facebook: Yo también noto que me vibra el móvil y cuando lo miro no tengo NADA!!! y Sacar por la calle el móvil del bolsillo creyendo que vibra y ver que no. Raros somos.
jueves, 30 de septiembre de 2010
Puro espectáculo
Después de oír en directo Where the streets have no name, uno da por amortizados los 62,5 euros que costaba la entrada y, si me permiten la exageración, se puede morir tranquilo. Puro espectáculo. No se bañaron en la playa de Ondarreta, ni se fumaron 20 canutos en el escenario, ni se han caído de un cocotero durante sus vacaciones, ni se han bebido hasta el agua de los floreros del hotel María Cristina, ni han comido ni cenado en nuestros templos gastronómicos. No serán candidatos al Tambor de Oro, ni falta que hace. Y vale, sobre el escenario, salvo al que sus detractores (muchos) apodan El Mesías, son sosetes. Muy profesionales, pero sosetes. Y ofrecen contenido y mucho continente, mucho papel de celofán con imágenes para envolver sus canciones y sus mensajes solidarios. Pero son puro espectáculo, aunque algunos casi tengamos que dar explicaciones sobre por qué nos gusta su música y, sobre todo, sus directos. Quizás tiene razón Juan G. Andrés, que anteayer escribía en estas mismas páginas que llevan varios años dando vueltas a un mismo espectáculo sin encontrar su camino. Es posible. Mi registro musical apenas recuerda un puñado de piezas interesantes en sus dos últimos trabajos. Pero sus directos son acojonantes. Ah, ¿que son todo iguales y no improvisan ni los discursos? Ni idea. En toda mi vida he visto sólo dos de sus conciertos (el de 1992 me pilló con el pie cambiado) y eran distintos. Para ver conciertos idénticos ya están los frikis que les siguen allá donde actúen. Larga vida a U2.
viernes, 24 de septiembre de 2010
Amatxis canguro
Una reciente encuesta del Imserso ha revelado que la mitad de los abuelos se encarga cada día de sus nietos y que dedican a este cometido una media de seis horas diarias (6,2 horas las mujeres y una hora menos los hombres; se ve que en esta tarea también cojea la igualdad). Vistos los datos, se diría que nuestra generación ha esclavizado a amatxis, atatxis, amonas y aitonas. Y, la verdad, no hay más que ir a parques y lugares de ocio infantil para comprobar que la estadística no miente. No sé si son la mitad, un tercio o el 60%. Sólo sé que son muchos, muchísimos, los aitonas y amonas que cuidan de niños y no tan niños mientras los padres se ganan las alubias, mayormente porque conciliar la vida laboral y familiar en este país es misión imposible. Diría más. Hasta está mal visto (envidia cochina) que el hombre se tome una excedencia para cuidar de sus hijos. Que lo hagan los nórdicos nos parece de cine, pero que se aplique aquí es otro cantar. Así que tiramos de la manta de los abuelos hasta tapar todas las horas posibles. Y cuando el cuidado de los nietos se convierte en una obligación, mala cosa. Algo está haciendo mal esta generación que necesita un monovolumen para la familia (da igual que sean 3 o 5) cuando hace nada cabían el padre, la madre y cuatro hijos en un Renault 12. Y algo marcha mal cuando abusamos de la generosidad de nuestros mayores para convertirlos en canguros. PD: El euro que faltaba estaba en unos cuantos sitios, pero no se lo había quedado Hacienda.
jueves, 16 de septiembre de 2010
¿Dónde está el otro euro?
Hoy estoy vagoneta, holgazán, remolón, gandul, que dicen por la Ribera navarra, más ocioso que Bubú y el oso Yogi en el parque de Yellowstone. Así que completaré este privilegiado espacio, pero gastando pocas neuronas. Yo escribo y ustedes piensan, amigos. He aquí una historia que encierra un enigma. Sólo hay que encontrarlo. Tres amigos van a cenar a un restaurante. Al acabar de dar cuenta de las viandas, piden la cuenta al camarero: "Camarero, ¿nos trae la cuenta, por favor?", solicita uno de ellos. Al poco rato regresa el camarero a la mesa. "Son 30 euros, caballeros". Cada uno de los amigos pone 10 euros. Cuando el camarero va a meter el dinero en la caja registradora, el jefe le ve y le dice: "Esos son amigos míos. Cóbrales 25 euros". El camarero se da cuenta de que, si devuelve los cinco euros, puede haber un lío de cuidado para repartirlos, así que decide lo siguiente: Él se quedará con dos euros y les devolverá a los comensales tres euros, uno para cada uno. A los pocos minutos, regresa a la mesa y devuelve un euro a cada uno de los amigos. Es ahora cuando llega la confusión. Si cada comensal puso 10 euros y les devuelve 1 euro, realmente cada uno de ellos ha puesto 9 euros. Es decir, 9x3= 27 euros. Si añadimos los dos euros que se ha quedado el camarero nos sale 27+2=29 euros. Y eran 30 euros. ¿Dónde está el otro euro?
viernes, 10 de septiembre de 2010
Transición
Aseguraba el otro día un columnista que septiembre es un mes de transición. Discrepo, compañero. Será que el colega periodista escribía desde el Gran Bilbao, y allí lo tienen todo tan encarrilado que se toman estos 30 días a modo de inventario. Por estos lares septiembre es un mes frenético. Y no lo digo sólo porque los infantes vuelvan a clase. Septiembre ofrece un menú que es como para pillarse unas vacaciones sin salir de nuestro eje norte-sur-este-oeste, o lo que es lo mismo, Donostia-Arrasate-Irun-Eibar. El domingo pasado disfrutamos con el aperitivo de la primera jornada de regatas en La Concha y durante esta semana tenemos el entremés del Alarde de Hondarribia, la Euskal Jaia de Ordizia, las Euskal Jaiak de Zarautz y Donostia, y para acabar, la segunda y, se supone, apoteósica segunda jornada de traineras en la bahía. Por el camino se nos ha caído el partido de Anoeta entre el Biarritz Olympique y el Stade Toulousain, actual campeón de Europa de rugby. Pero a la vuelta de la esquina tenemos otro de esos fines de semana de atracón. El viernes 17 arranca el Zinemaldia, horas después llega el Madrid de Xabi Alonso a Anoeta y ese mismo fin de semana se espera a Julia Roberts. El sábado 25 terminará la pasarela de estrellas y cinéfilos y al día siguiente llega a Anoeta (epicentro de todo), U2. Para acabar la traca, el día 28 Donostia conocerá si pasa el corte en la carrera a esa meta del olimpismo cultural que llaman capital europea de 2016. Y dicen que septiembre era un mes de transición.
viernes, 3 de septiembre de 2010
Fignon
Acongoja ver una escena que se produjo en France 2 en la última etapa del pasado Tour, cuando el pelotón enfilaba hacia los Campos Elíseos de París (está colgada en YouTube). Un mandamás de la redacción de Deportes de la televisión gala acababa de dar las gracias a Laurent Fignon por haber intervenido en todas las retransmisiones de la ronda, pese a que el cáncer de páncreas ya le carcomía las entrañas. El fallecido ciclista, que por efecto de la enfermedad comentó las etapas con la voz rasgada, como si fumara diez paquetes de tabaco diarios, quiso agradecerle el gesto, pero se derrumbó entre lágrimas. Era su último Tour, la carrera que tanto le había dado y tanto le había quitado. Hay en la escena varios segundos de silencio (esos silencios tan clásicos de las retransmisiones ciclistas) que hablan por sí solos. La muerte de Fignon me ha pillado la misma semana que he acabado de leer No querían ganar (Saga Editorial), un delicioso relato de Jorge Nagore, columnista de este periódico, sobre el Tour de 1983, precisamente el primero que ganó el campeón francés. Un ciclismo de otros tiempos, sin televisión en directo a este lado de los Pirineos ni pinganillos... pero que ya arrastraba algunos de los problemas que sufre hoy. El dopaje, por ejemplo, con la diferencia de que entonces se castigaba al corredor pillado con diez minutos de penalización en la clasificación general y un mes de sanción que podía elegir entre los doce del calendario, y ahora le caen dos años. Entonces eran los anabolizantes y las anfetaminas; hoy es la EPO.
jueves, 26 de agosto de 2010
Calamaro se divorcia
Andrés Calamaro se ha divorciado de Twitter. Se ve que le ha puesto los cuernos con el Facebook o así porque el hombre está muy enfadado, por no decir jodido. "Los 140 caracteres pueden metérselos profundo en el medio del ojete", dice el cantante argentino en la parrafada que ha escrito en su blog (www.calamaro.com). Para los no entendidos, diremos que los mensajes en la red social Twitter están limitados a 140 caracteres. Un par de frases, vamos. Calamaro llama "coro de subnormales" a los twitteros, asegura que le importa "tres pepinos perder un segundo más con el rebaño de boludos con Blackberry" y se despide con un expresivo "fuck you". Majete el Calamaro. Yo hace tiempo que me despedí de Facebook, pero lo hice a la francesa. No era una cuestión de celos porque tuviera que compartir la herramienta con millones de usuarios. No tenía ni tiempo ni ganas de mimarle, así que un día le dejé compuesto y sin novio. Ni amigos somos. Cada vez que me llega un correo electrónico de alguien que quiere ser mi amigo, se va directo a la carpeta de elementos eliminados. Malencarado que es uno. Mi proveedor de móvil está empeñado en que vuelva con el Facebook y me lo ha puesto de serie, pero hoy es el día en el que no lo he activado. Además de Facebook, mi proveedor, como si fuera sexo, me ofrece gratis Twitter, Tuenti, Flickr, Myspace y no se cuántas redes sociales más. Yo sigo erre que erre que no. No activo el piloto. Me tendrán que convencer con poderosas razones, aunque Flickr me empieza a hacer tilín.
viernes, 6 de agosto de 2010
Del casete al GPS
El viejo Renault 12 familiar no tenía radiocasete, pero nunca pregunté por qué. Entonces era normal que muchos coches no lo tuvieran. Supongo que mi padre pasaba de conducir con el raca-raca de la radio o la música. Así que cuando tocaba un viaje largo (bastaba que superara las dos horas), cogíamos un radiocasete a pilas de considerables dimensiones y pinchábamos los éxitos del momento: la Ramona pechugona, de Ramón Esteso, los hoy inclasificables Parchís, una ristra de chistes del señor Tomás (su cinta de casete era imprescindible) y varios temas del inolvidable Kaxiano, con el Itsasontzi baten a la cabeza del hit parade. El chófer supongo que haría como que no escuchaba e iba a lo suyo. En realidad, era práctico como pocos. Como atravesábamos la muga a menudo, llevaba al descubierto el maletero (en el argot familiar le llamábamos cofre, aunque no escondiéramos ningún tesoro). Así, si nos paraba la Guardia Civil o la poli, que era habitual, no había que bajarse del coche para abrir el maletero. Lo tenían todo a la vista. Todos estos recuerdos te vienen a la mente cuando estos días te cruzas o adelantas a vehículos, muchos de ellos extranjeros, que llevan un GPS en el salpicadero, y uno o dos dvd portátiles en los asientos traseros para que los infantes se entretengan. Un buen invento el de los dvd, siempre que no se abuse, y una pena lo de los GPS. Con lo bonito que es perderse en la maraña de carreteras y calles. Con lo bonito que es intentar acceder al centro de una ciudad y acabar desorientado en un polígono industrial. Que todo tiene su encanto.
viernes, 30 de julio de 2010
¿Y los Borbones?
Si acostumbran a seguir las retransmisiones deportivas de magnos acontecimientos, habrán comprobado que los Borbones se han especializado en una modalidad todavía no olímpica: allí donde huelen un triunfo de un equipo o un deportista español, allí que van a sentar sus posaderas. De París a Londres, y de Abu Dabi a Johannesburgo, no hay palco que se les resista. En las últimas semanas, en ausencia de su graciosa majestad, se ha prodigado por canchas y estadios "la primera de las españolas", que diría José María García. El diccionario García/Español-Español/García, tildaría de abrazafarolas y correveidiles a algunos colegas que, cuando entrevistan a uno u otro, Juan Carlos o Sofía, parecen estar hablando con el mismísimo Dios. En fin, que el rosario de éxitos en la piel de toro durante el último mes tuvo su penúltimo capítulo el domingo en los Campos Elíseos de París. Curiosamente, ningún Borbón arropó a Alberto Contador en el podio del Tour. Curioso, que no extraño, porque tampoco lo hicieron en las dos ocasiones anteriores ni cuando venció Carlos Sastre. Acostumbrados como estamos a que se arrimen a los éxitos y acudan casi en cuadrilla hasta al más insignificante trofeo de vela (deporte de sangre azul por excelencia), la ausencia resulta llamativa. ¿Será que no quieren asociar su imagen a la del ciclismo, castigado en los últimos años con numerosos escándalos de dopaje? ¿Será que son más de motor que de pedales? ¿Será que ese día se disputaba el Trofeo Azur de Puig? Intrigado que estoy.
sábado, 24 de julio de 2010
Ciclismo y 'fair play'
El Tour del fair play, como ya he leído que se va a denominar a esta edición de la más popular (que no mejor) carrera por etapas del mundo, tiene todavía mucho que aprender del fútbol. Lo habrán visto en infinidad de partidos, sobre todo en la Liga, aunque es un práctica habitual que no entiende de fronteras. El juego limpio en el fútbol es sencillo: un equipo tira el balón fuera porque un jugador se encuentra lesionado y, cuando le devuelven la pelota, la manda a la otra punta y, si hace falta, presiona luego la salida del balón. De tanto repetirse, hay entrenadores que ya han dado órdenes a sus jugadores para que no devuelvan el balón al adversario en ningún caso. Practicar el fair play en el ciclismo resulta más complicado. Si pinchas, pinchas; si se te avería la bici, se te avería; y si te caes, te caes. Así ha sido toda la vida y, entre otras razones, por eso el ciclismo se corre en equipo. Nada reprochable tiene el gesto de Alberto Contador, aunque resulte poco creíble que asegurara que no vio que Andy Schleck había sufrido una avería. Lo vio él y lo vieron todos los rivales que perseguían al luxemburgués. Lo curioso es que mientras se censura el gesto de Contador, se aplaude la picaresca de Fabian Cancellara al mandar parar a todo el pelotón tras la caída de Frank Schleck camino de Spa. Fair play es no pelear por la victoria con un rival cuando has estado chupando su rueda 200 kilómetros. Fair play es lo que hizo Jens Voigt en el Giro de 2006, en la cima de San Pellegrino, cuando no disputó el triunfo a Juanma Garate porque consideró que no había trabajado lo suficiente en la escapada.
viernes, 23 de julio de 2010
Alberto Iñurrategi
En ocasiones, el mundo del alpinismo se queja con razón de que la prensa no especializada sólo dedica espacio al montañismo cuando sucede una de estas tres circunstancias, o las tres al mismo tiempo: 1) Muere un alpinista, mayormente en un ochomil, después de sufrir un accidente o una situación agónica; 2) un alpinista logra inscribir su nombre en la carrera de los ochomiles, el más mediático de los objetivos; y 3) un mocoso de trece años dice haber ascendido el Everest o un japonés de 98 tacos sube al Cho Oyu con su nieto. Decía que, a veces, tienen razón, y no hay más que echar la mirada al pasado fin de semana para comprobarlo. El pasado lunes, Marca y AS, los dos periódicos deportivos de mayor tirada, le dedicaban doce y cuatro líneas, respectivamente, a la gesta de Alberto Iñurrategi, Juan Vallejo y Mikel Zabalza en el Broad Peak. No es cuestión de criticar a los colegas, que cada uno hace lo que le viene en gana con sus periódicos y sus páginas, y no estamos para dar lecciones. Es cuestión de poner en valor el logro de estos alpinistas, y en especial de Iñurrategi, el único que coronó de un tirón, en tres días, las tres cumbres del Broad Peak. Tres días (con sus noches) por encima de los 7.500 metros sin sherpas, sin cuerdas fijas y sin botellas de oxígeno. Cuando nos den la tabarra con el Balón de Oro, acuérdense de que Iñurrategi seguramente será candidato al Piolet de Oro, el prestigioso galardón mundial que reconoce la actividad montañera más importante del año. Acredita méritos de sobra.
lunes, 19 de julio de 2010
El Tourmalet
Uno se da cuenta de que los años pasan a la velocidad de la luz cuando abre el Marca y se encuentra en un amplio reportaje a Miguel Indurain con su hijo de 15 años. El chaval, un mocetón, viste el maillot del Club Ciclista Villavés. Como tenga un corazón tan grande como el de su padre, que empiecen a temblar Andy Schleck, Alberto Contador y compañía, que en unos años tenemos sucesor. A Miguelón se le ve más fino que otros años, como para atacar el récord de la hora, por lo menos. Hace ya 14 años que colgó la bici, pero todavía en las tardes de toros de Pamplona se sigue cantando el "¡¡Indurain, Indurain, Indurain!!". Dicen que mañana, en la jornada de descanso del Tour, Indurain y otras leyendas de la carrera francesa van a subir el Tourmalet. Es una buena excusa para acercarse hasta el Pays du Toy, el valle en el que se asienta el más mítico de los puertos del Tour, que sólo admite comparación con los picos de los Dolomitas. Si es de los que no monta en bici y cree que ascender el Tourmalet es tarea complicada y sufrida, pruebe a subir andando. No hace falta que recorra todo el puerto (son casi 20 kilómetros, ya sea desde la vertiente de Barèges o desde Sainte Marie de Campan), sino que con unos pocos basta. El paisaje resulta espectacular y las cunetas están repletas de público. Se sentirá como en casa. Una vez sudada la camiseta, pruebe a zambullirse en las termas de Barèges (se reabrieron el año pasado tras una profunda remodelación) o a tomar una cañita en Luz Saint Sauveur. Y disfrute, que es de lo que se trata.
viernes, 16 de julio de 2010
A lo Casillas
El otro día me levanté de la cama, caminé medio dormido por el pasillo y, al llegar a la cocina, mi santa me plantó un beso a lo Casillas que ni reaccionar pude. "Madre mía", dije, antes de dar paso al Cola Cao. Cosas del directo. Repuesto del trance, y ya despierto, reaccioné. Soy periodista y... bueno, mi santa no es portera de fútbol, pero la tele tiene estos mimetismos. Lo mismo ha visto el beso de Casillas y se ha puesto a imitar. Hemos quedado en que la próxima vez le voy a comprar una camiseta de las de Arconada y vamos a repetir la escena, que dicen que besarse es bueno para la salud física y mental. Y eso que le suelo explicar que no tengo perfil de presentador de televisión. No duraría ni un Teleberri. Ni tengo los ojos verdes, ni la mirada de gata de la Carbonero (el copyright es de un colega de la redacción). Pelo tengo, pero mal distribuido y, como ya se habrán dado cuenta, en la tele no hay presentadores alopécicos (excepción de Piqueras). Para ser presentador hay que ser guapo o resultón, que lo mismo da. La belleza física ha pasado a importar más que la palabra, la forma está por encima del fondo y no importa qué y cómo se cuenta sino cómo es el que lo cuenta. Hay excepciones, claro. Carbonero no es ni peor ni mejor que decenas de periodistas que trabajan o aspiran a trabajar en televisión, pero es más guapa que la media, lo que ha aprovechado la cadena que le paga para exprimir su tirón. En Canal Plus hay una periodista que realiza la misma labor que Carbonero. Mónica Marchante se llama. No la conoce ni Dios. No tiene los ojos verdes ni un novio futbolista. País...
viernes, 9 de julio de 2010
Playa, toros y el pulpo
Una sesuda investigación científica no demostrada asegura que si en días de bochornazo como el de ayer, con 35 grados a la sombra, usted ve a una señora en la playa de La Concha bajo una sombrilla con la rebequita puesta, no lo dude: la señora es o procede de Navarra. Se ha traído la chaquetica por si acaso refrescaba. Un no menos currado estudio afirma que en los sanfermines es muy fácil distinguir al especimen oriundo de Gipuzkoa. Es aquel que viste vaqueros, camiseta blanca con alguna grafía en euskera (mayormente un niqui de una carrera atlética o una prueba cicloturista), pañuelo rojo bien anudado y sin faja (roja, se entiende). Por bien anudado se entiende el pañuelo que se ata dejando sólo dos puntitas y no ese horror que se ve por ahí de gente que se ata la prenda como si fuera un lazo de regalo. La camiseta blanca suele mudar de color conforme avanza la juerga, aunque dice una experta sanferminera que este fin de semana habrá mucho guipuzcoano con niqui naranja, y no precisamente para animar a Euskaltel-Euskadi sino a los naranjas que juegan el domingo contra los rojos (si Franco viviría). El guipuzcoano sanferminero sabe de sobra que Osasuna no es ni el Osasuna ni Osasuna de Pamplona. Y sabe también que el nativo o vecino de Pamplona es un pamplonés o iruindarra, no confundir con pamplonica.
PD: El crack del Mundial no es ni Villa, ni Klose, ni Casillas, ni la Carbonero. La estrella es ese pedazo de pulpo llamado Paul que ha acertado todos los pronósticos, aunque ahora los teutones se lo quieran comer a feira
viernes, 2 de julio de 2010
A la caña le llaman zurito
Hasta el más agnóstico de los mortales sabe asociar cada fiesta patronal con su santo, santa o virgen correspondiente, aunque le importen una higa procesiones, misas y demás liturgias católicas. Si ponemos en una columna sanjuanes, sanpedros, sanmarciales y santaixabeles, nos salen casi sin querer qué pueblos están de celebración o lo han estado hasta hace un rato. La moda del botellón me pilló ya con el paso cambiado, así que desconozco qué rutas festivas practica hoy la chavalería. Nuestra ruta, que no era la ya demodé del bakalao, comenzaba en mayo con las fiestas de Irurita y acaba a finales de septiembre en Igantzi. Eran cinco meses non stop en los que éramos capaces de saltar cada fin de semana de pueblo en pueblo, mayormente los viernes y sábados. El Everest de esta biribilketa era el 14 de agosto, cuando la agenda se nos desbordaba y, como no gozábamos del don de la ubicuidad, había que elegir. Un año empezamos la fiesta el 14 por la noche en Goizueta, almorzamos al día siguiente en Leitza y acabamos la jornada, clavo incluido, en Amaiur, presenciando (es un decir) una competición de sokatira. Baztan es ya de por sí un lugar en el que uno puede estar todo el verano de bote en bote sin salir del valle. Afortunadamente, la generalización de los controles de alcoholemia ha acabado con semejantes homenajes a la inconsciencia. En estos tiempos en los que a la caña de toda la vida le llaman zurito y al mosto le falta la aceituna, se ha impuesto, con excepciones, el "Si bebes, no conduzcas".
domingo, 27 de junio de 2010
Demasiado tarde, ¿demasiado estrecha?
Supongo que cuando se inaugura una nueva carretera, lo que procede es regar de halagos los oídos de los políticos de turno. Hoy va a ser que no. Hoy toca ser políticamente incorrecto y recordar que el flamante nuevo trazado de la N-121 entre Irun y Bera llega tarde, demasiado tarde. Demasiadas vidas rotas, demasiado tarde para quienes se han dejado algo más que el parachoques en la cuneta de una carretera de otro tiempo, tercermundista, que necesitaba un profundísimo lavado de cara hace mucho tiempo. Y llega tarde, no por la desidia de los actuales responsables de las carreteras de Gipuzkoa y Navarra, ni siquiera de sus predecesores. Llega tarde por la falta de voluntad política de quienes se pasaron años y años discutiendo sobre la titularidad de la carretera (a algunos nos la traía al pairo) y posibles proyectos que nunca veían la luz, mientras en la ribera del Bidasoa se acumulaban accidentes, muertos, heridos y mil y un sustos. Dice un amigo que la reforma de la N-121 no se abordó antes porque ningún diputado o consejero foral, ya fuera navarro o guipuzcoano, usa (desde hoy usaba) habitualmente esta sinuosa carretera. Puede ser. Durante años los alcaldes y los vecinos de Bortziriak clamaron en el desierto ante una Administración sorda, más preocupada por sus cuitas políticas que por cumplir esa máxima que predican en toda campaña electoral de "estar al servicio de los ciudadanos". Tarde, pero al fin llega una carretera que (no quiero ser agorero), quizás ha sido planificada con cortedad de miras. Es un hecho que, cada vez que se estrena un tramo reformado de la N-121, el tráfico se incrementa de manera notable. Como es un hecho que el intenso tráfico de camiones y la actitud de algunos conductores kamikazes, que hacen de esta carretera su particular circuito de Montmeló, añaden un plus de peligrosidad. Nadie está en contra de que circulen los camiones (en la zona existen un puñado de empresas de transporte), sino de que utilicen esta vía vehículos que en teoría deberían transitar por la autovía de Leitzaran. Cientos de camiones eligen la N-121 para sus idas y venidas desde el Levante y el sur de España a Europa, cuando lo lógico es que usaran esa pedazo de autovía que hay entre Irurtzun y Andoain y que se construyó para mejorar el tráfico de los vehículos pesados, entre otros objetivos. La apertura de los túneles de Belate, en 1997, es el mejor botón de muestra del incremento de tráfico (en especial pesado) que se ha registrado en este pedacito de Navarra. Por eso, surgen las dudas sobre si el proyecto no ha sido cortoplacista. Si se sabía que para hacer la nueva N-121 había que echar abajo medio monte, ¿qué más daba construir dos carriles en cada sentido, y no tres que se van alternando, como se ha hecho realmente? ¿Por qué no hacer una carretera tipo autovía? El tiempo aclarará si el proyecto estaba ajustado a la realidad o se ha quedado corto. Mientras, como en los mandatos de la política, habrá que conceder los 100 de días de rigor y disfrutar de la carretera. Y ya puestos, despedirse de esos 250 currelas que ya eran como de la familia y que han hecho un trabajo impecable. Horas y horas haciendo cola (las empresas han hecho lo posible para evitar interrumpir el tráfico, pero la orografía del terreno era la que era) han dado para leer la trilogía entera de Los Pilares de la tierra, entrevistas a doble página y hasta esos larguísimos reportajes de El País Semanal. Ya se sabe, todo tiempo de espera es aprovechable si luego merece la pena el resultado. PD: El precioso bidegorri que se ha construido en paralelo a la carretera pierde su buen nombre una vez se atraviesa Endarlatsa en dirección a Navarra. No estaría de más adecentar los túneles del antiguo trazado del tren del Bidasoa (alguno está impracticable). Y, ya puestos, no estaría mal tampoco posibilitar que las personas con movilidad reducida puedan disfrutar también del bidegorri.
Llega tarde por la falta de voluntad política de quienes se pasaron años y años discutiendo sobre su titularidad.
Llega tarde por la falta de voluntad política de quienes se pasaron años y años discutiendo sobre su titularidad.
viernes, 25 de junio de 2010
Mañana, un huevo Kinder
dICE M.C.U.B. que en la tele no hay nada, expresión que usamos los mortales después de hartarnos de hacer zapping sin encontrar un programa con gusto que echarnos a la boca. "Con este invento de la TDT, tengo más cadenas para ver, pero no encuentro nada", insiste. Por lo visto, el incremento de la oferta no ha llevado aparejado un aumento de la calidad. Y mucho menos de espacios que nos sorprendan. Si busca sorpresas, compre un huevo Kinder, porque las pocas que hay en la tele son hasta desagradables. La última es que Javier Solano no va a narrarnos este año los encierros. Más de dos décadas llevamos escuchando su silencio en directo y sus siempre atinados comentarios posteriores. Hasta tiene un grupo de fans en Facebook. TVE, dicen, no le quiere pagar el plus que recibía por poner voz a un espectáculo que nunca deja de fascinarnos. La poca capacidad de sorpresa que tiene la tele de hoy supongo que también es trasladable a la prensa escrita. Digo yo que nosotros también tendremos nuestros detractores. Gentes que compran a diario el periódico pero ese día no encuentran ninguna información, comentario o reportaje que les motive, que les haga removerse en su silla. Por más empeño que le pongamos, no siempre se pueden cumplir las expectativas de todos los lectores. Aquí estamos en ese empeño desde el primer día. Si todos los días merece la pena gastarse euro y poco en comprar un periódico, mañana tendrá más sentido. No digo más. Sólo esperamos que el particular huevo Kinder que les hemos preparado, les sorprenda. Con eso ya nos conformaremos.
viernes, 18 de junio de 2010
Aquella gesta del Eibar
Aseguran quienes manejan las cuentas de la salvación del Real Unión que para continuar en Segunda hace falta algo así como una conjunción cósmica o lo más parecido a un Big Bang futbolístico. Si en el caso del ascenso de la Real había hasta 19.000 combinaciones posibles, supongo que con el Real Unión habrá 800.000 o así, tirando por lo bajo, porque hay más equipos implicados. No es que el Unión lo tenga complicado, que lo tiene, es que harían falta la mano de la virgen del Juncal, la de Guadalupe y un manto de San Marcial para que se diera la carambola que necesita para seguir la próxima temporada en Segunda. Pero por milagros que no sea. Que se lo pregunten al Eibar, que hace ya unas cuantas temporadas hizo un regate al descenso que ni la virgen de Arrate se lo creía. Eran los tiempos de Alfonso Barasoain que, de puro creérselo, a final de temporada, si no recuerdo mal, acabó hasta haciendo una peregrinación. En 1999, el Eibar tenía que encadenar cinco victorias en los cinco últimos partidos para enjugar una desventaja enorme. Llegó a la última jornada con opciones de salvarse pero sin depender de sí mismo... y se obró el milagro. Al Mallorca B de Albert Luque y Diego Tristán le bastaba puntuar en el Lluís Sitjar ante ante el Hércules, ya descendido a Segunda B, para mantenerse. Pero perdió 1-3. El Eibar cumplió su parte (ganó 3-0 en Ipurua) y esquivó el descenso. Quién sabe si mañana en Gal no se repite la historia y el Unión salva la categoría. Si no, al menos le quedará el consuelo de que lo ha dado todo para lograr el objetivo.
viernes, 11 de junio de 2010
Una de bodas
El otro día estuve en una boda. Hacía un tiempo largo que no acudía a un bodorrio como Dios manda (la ceremonia era religiosa). Será por aquello de que los de la cuadrilla se casaron (pocos, la verdad) de un tirón, o porque casarse ya no se estila. Hay una época en la vida en la que básicamente trabajas para ir a bodas. Afortunadamente, uno no es Jaume Matas, ese prohombre de la política que confesó ante el juez que asistía a unas 300 bodas al año. El caso es que acudí a la boda y comprobé que los tiempos también han cambiado en este tipo de liturgias. No sólo porque durante la ceremonia se interpretaron canciones poco habituales en los templos (Tengo el corazón contento; Santo, santo) o porque los amigos de los novios eran consumados artistas en esto de la música, sino porque se llevaron al altar las herramientas de trabajo de ambos contrayentes (una llave del 21-22 en el caso de él; mecánico; y un cuaderno de notas en el caso de ella, periodista). Rituales al margen, una boda sirve también para comprobar que si eres mujer tienes que llevar tacones y un vestido rojo, y si eres hombre, la corbata (uno es alérgico a esta prenda) sirve durante la verbena posterior a la cena para que te la pongas en la cabeza a modo de guerrero samurai. Luego vienen las putaditas propias de la boda. Como la de llevar a la mesa presidencial 200 periódicos, entre los que se escondían los 20 números de la cuenta corriente en la que los amigos de los novios les habían dejado la pasta. Cuentan que una cuadrilla un poco más cabrona aún hizo lo mismo, pero puso las pelas en una cuenta a plazo fijo. Para que les diera réditos durante un año, más que nada.
viernes, 4 de junio de 2010
Nuestro Puertollano
Para quienes hasta hace tres años habíamos disfrutado y sufrido con la Real en una de las mejores ligas del mundo (que no la mejor), Puertollano era poco más que una ciudad de Ciudad Real (valga la redundancia). Sabíamos que era el escenario en el que la Real firmó su último ascenso a Primera, pero el hito se perdía en el túnel del tiempo txuri-urdin para varias generaciones que sólo conocíamos el caviar del fútbol. Desde que el equipo cayó a este segundo peldaño, hemos aguardado la ocasión para vivir nuestro Puertollano. Mirábamos el calendario, y marcábamos posibles citas: Sevilla, Cádiz, Elche... Pero no contábamos con los (i)rresponsables que manejan la LFP y la Federación. En un campeonato serio, los horarios de esta próxima jornada estarían unificados, por aquello de las suspicacias (léase maletines) en unos partidos en los que hay cruces entre quienes se juegan la vida y quienes sólo piensan en coger las vacaciones. Pero qué le vamos a pedir a una Liga que acaba el 20 de junio, en pleno Mundial, y que lleva varias temporadas sin hincarle el diente al excesivo número de equipos (22) que tiene desde aquel vergonzoso episodio que acabó con el rescate del Celta y Sevilla tras decretarse su descenso a Segunda. Qué le vamos a pedir a una Liga que entrega el trofeo al campeón al comienzo de la temporada siguiente. Aunque parezca una broma, es posible que la plantilla de la Real conozca que ha ascendido a Primera en pleno vuelo de Jerez a Loiu. O al día siguiente, sentados en el sofá de casa tras presenciar el Cartagena-Hércules. Ver para creer.
viernes, 28 de mayo de 2010
Sufrir para estar guapas
sostiene M.C.B.A. que las mujeres para estar guapas tienen que sufrir. Lo dice mientras se enfunda unos pitillos que le quedan divinos de la muerte. Los pitillos siempre me han recordado a los pantalones que llevábamos de adolescentes, tan estrechos y tan cortos que se veían nuestros blanquísimos calcetines. Algo parecido a lo que ahora se puede ver en las gasolineras con los muy europeos camioneros que usan chanclas con calcetines. Hace años había quien se enfundaba aquellos pantalones (tan ajustados que decían que era malo para la circulación de la sangre) con pisamierdas (¿qué ha sido de ellas?) y quien se calzaba las míticas John Smith. El problema era quitártelos de vuelta a casa a las tantas de la mañana y con el barquito a cuestas. A veces, la verdad, y vuelvo al principio, sí ves que algunas mujeres sufren para estar guapas. El otro día observé en la tele a una señora a la que le clavaban unas banderillas al lado de los ojos (botox le llaman) supongo que para ser una señora de 60 tacos que quiere la cara de una joven de 25. Y de vez en cuando te cruzas con mujeres (pocas) que llevan labios a lo Esther Cañadas. Nunca he entendido la moda de inflarse los labios como una cámara de bici, salvo que sea para hacerle unos chupones de aúpa a tu pareja o para succionar los flanes de huevo de un tirón y de dos en dos. Me resulta más reconfortante el método que utiliza mi amiga L.M.U., que mantiene la teoría de que para no tener patas de gallo basta con sonreír cinco minutos cada hora. Be happy.
viernes, 21 de mayo de 2010
Mujeres ricas
El dinero, dicen, no hace la felicidad, pero es científicamente comprobable que a muchos ciudadanos del mundo agilipolla (verbigracia, te puede convertir en un ser abonado a la estupidez). No sabemos cómo se comportan en la intimidad los millonarios de turbante y petrodólares aunque, por lo general, suelen ser horteras como pocos y de gustos excéntricos. Desde hace nada, sí sabemos cómo se comportan en la intimidad algunas millonarias de aquí y de allá gracias, es un decir, a un par de programas que, si mal no recuerdo, se llaman Mujeres ricas y Casadas con Hollywood. Para pertenecer a ambos espacios es imprescindible ser mujer (no lo digo yo, lo dan por hecho los que han parido los programas) y tener mucha pasta. Pasta que se disfruta mayormente sin pegar un palo al agua y después de haberle dado un ídem a la cartera de tu ex marido, separación o divorcio de por medio. Más coincidencias. Las mujeres de talonario sin fin son neumáticas, adictas a la cirujía estética, visten ropa cara carísima (18.000 euros se gastó una de ellas de un tirón comprando tres vestidos en una tienda), lo pasan estupendamente en el gym con las amigas y organizan unas cuchipandas en casa que ni Borjamari en Baqueira lolaiolo (hoy una fiesta tipo hawaianos, y mañana todos vestidos de la época versallesca). Todas tienen su chica o mujer del servicio, que supongo que pasa vergüenza ajena cuando oye los comentarios de la señora delante de la cámara, y están estupendísimas. Mal repartido está el mundo, y sobre todo el dinero, por Dios.
martes, 18 de mayo de 2010
Mucho mérito
Tengo un amigo que casi todos los fines de semana se apunta a un bombardeo polideportivo. Le gusta nadar, correr, andar por el monte, esquiar, salir en bicicleta... y competir. Prácticamente no hay sábado o domingo en el que no haga una salida montañera, un triatlón, una carrera a pie, una travesía a nado o una caminata con los esquís a la espalda para luego deslizarse ladera abajo. Le encanta el deporte y disfruta practicándolo.
Nunca se lo he preguntado, pero estoy seguro de que, de todas las especialidades que domina, la montaña es la que más le llena. Ha subido un montón de cumbres de las montañas que nos rodean, una larga ración de tresmiles en el Pirineo, el Mont Blanc y algún que otro cuatromil de los Alpes; hace unos años se embarcó en un trekking por el Nepal que incluía la ascensión a una montaña de 5.550 metros (los montañeros suelen memorizar los metros exactos de las cimas que ascienden), y poco después puso los pies en el Aconcagua. En Nepal y en los Andes se dio cuenta del mérito que tiene subir una montaña de más de 8.000 metros. Por más que seas un superdotado físicamente, la escasez de oxígeno y la falta de adaptación a la altura es una barrera que a veces resulta infranqueable.
Sirva todo este largo preámbulo para situar la gesta de Edurne Pasaban donde se merece. Subir (y bajar) un ochomil está al alcance de muy pocas personas, y hacerlo catorce veces es sólo para los elegidos. A cero metros sobre el nivel del mar, la discusión a barra de bar sobre los méritos de Edurne lo aguanta todo, aunque quien hable sienta vértigo cuando se sube al balcón del quinto piso. Cierto es que Edurne asciende por las vías más transitadas y que requieren menos dificultad técnica, dentro del riesgo que entraña cualquier expedición al Himalaya. Pero nunca lo ha escondido, como nunca ha escondido que su objetivo era completar los catorce ochomiles, o que sus compañeros de cordada son a la montaña lo que los gregarios al ciclismo.
Hoy, cuando ya alcance el campo base del Shisha Pangma, seguramente tendrá la sensación de que se ha quitado un enorme peso de encima. Todos aquellos que se enfrascan en la carrera de los ochomiles acaban comprobando que la mochila se vuelve muy pesada. La presión propia y ajena por alcanzar el objetivo llega a resultar, no tan dura como la ascensión, pero sí tremendamente cansina psicológicamente. Así que, cuando todo acaba, sólo queda disfrutar.
Nunca se lo he preguntado, pero estoy seguro de que, de todas las especialidades que domina, la montaña es la que más le llena. Ha subido un montón de cumbres de las montañas que nos rodean, una larga ración de tresmiles en el Pirineo, el Mont Blanc y algún que otro cuatromil de los Alpes; hace unos años se embarcó en un trekking por el Nepal que incluía la ascensión a una montaña de 5.550 metros (los montañeros suelen memorizar los metros exactos de las cimas que ascienden), y poco después puso los pies en el Aconcagua. En Nepal y en los Andes se dio cuenta del mérito que tiene subir una montaña de más de 8.000 metros. Por más que seas un superdotado físicamente, la escasez de oxígeno y la falta de adaptación a la altura es una barrera que a veces resulta infranqueable.
Sirva todo este largo preámbulo para situar la gesta de Edurne Pasaban donde se merece. Subir (y bajar) un ochomil está al alcance de muy pocas personas, y hacerlo catorce veces es sólo para los elegidos. A cero metros sobre el nivel del mar, la discusión a barra de bar sobre los méritos de Edurne lo aguanta todo, aunque quien hable sienta vértigo cuando se sube al balcón del quinto piso. Cierto es que Edurne asciende por las vías más transitadas y que requieren menos dificultad técnica, dentro del riesgo que entraña cualquier expedición al Himalaya. Pero nunca lo ha escondido, como nunca ha escondido que su objetivo era completar los catorce ochomiles, o que sus compañeros de cordada son a la montaña lo que los gregarios al ciclismo.
Hoy, cuando ya alcance el campo base del Shisha Pangma, seguramente tendrá la sensación de que se ha quitado un enorme peso de encima. Todos aquellos que se enfrascan en la carrera de los ochomiles acaban comprobando que la mochila se vuelve muy pesada. La presión propia y ajena por alcanzar el objetivo llega a resultar, no tan dura como la ascensión, pero sí tremendamente cansina psicológicamente. Así que, cuando todo acaba, sólo queda disfrutar.
viernes, 14 de mayo de 2010
Estado de malestar
Le mete Zapatero un tajo espectacular a lo que pomposamente se ha venido en llamar el Estado del Bienestar (que no sé por qué se escribe con mayúsculas) y por lo visto y oído sólo nos queda aplaudir hasta con las orejas. Ni una sola medida fiscal dirigida a gravar a las grandes fortunas, ni un sola receta para que quien más gana, más aporte. Se ceban con los pensionistas y los funcionarios, que tienen trabajo de por vida, y aquí paz y después gloria. Uno escucha por ahí a voceros y tertulianos neoliberales y, la verdad, algunos hablan con tal prepotencia que dan ganas de marcharse al quinto pino. Entre el maremágnum de comentarios y reacciones al tijeretazo socialista, ayer se coló una de esas informaciones que, con la que está cayendo, resulta hasta obscena. Telefónica anunció que en el primer trimestre de 2010 sólo obtuvo un beneficio neto de 1.656 millones de euros. En tres meses ha ganado más que todo el ahorro que el plan de Zapatero exige a todas las administraciones autonómicas y locales del Estado. Ha ganado más que todo el montante que el mismo Gobierno espera ahorrar congelando las pensiones, un hecho sin precedentes en la democracia. El tijeretazo llega a menos de dos meses de que se empiece a aplicar la subida del IVA, que repercutirá igual en la persona que gana 600 euros al mes que en la que gana 60.000. Y se anuncian más reformas, el despido libre y todo lo que quieran, porque donde mandan el Obama, la Merkel y el FMI, no manda marinero. Que vuelva Marx y me lo explique.
lunes, 10 de mayo de 2010
Ciclismo
Las manzanas podridas no han evitado que seamos muchos los que todavía seguimos el ciclismo con la ilusión de un principiante. Enchufamos la tele para ver cualquier etapa, ya sea del Tour de Romandía, el Giro o la Vuelta a Chihuahua. Será porque es un deporte ideal para verlo por la caja tonta (también para hacer la siesta y despertarte un minuto después de que haya terminado el sprint, todo hay que decirlo), o porque tiene un magnetismo del que carecen otras disciplinas. Vaya usted a saber. Lo cierto es que pocas veces (quizás nunca) se han visto tantos cicloturistas por nuestras carreteras, ni tantas bicis de montaña por pistas y bidegorris. Dicen que el paro y los ERE han echado al personal al monte y a la carretera. El auge de la afición a la bici coincide curiosamente con el mal momento del ciclismo profesional y aficionado, que sufre la desbandada de los patrocinadores aunque, al menos por estas tierras, se mantiene un buen vivero de corredores promesa y de carreras por todas las esquinas. Cada fin de semana, un buen puñado de familias se meten cientos de kilómetros entre pecho y espalda para ver a sus hijos en un deporte sacrificado como pocos. Los Ibarguren Telletxea, por ejemplo, reparten su pasión por Antton (ciclista aficionado del Caja Rural) entre Lezo, Irun y Bera. Allí donde corre, siempre hay un familiar en la cuneta esperando para animarle. El chaval quería brindarles un triunfo en la recién acabada Vuelta al Bidasoa, pero por dos veces se fueron al suelo él y sus ilusiones. Tarde o temprano llegará la victoria, porque el esfuerzo casi siempre tiene un final feliz esperando.
miércoles, 5 de mayo de 2010
Ni una uña del dedo
"Por principios, esa cumbre no se merece ni una de nuestras uñas (...). Creo que el trabajo que hemos realizado ha sido bueno. Duele un poco volver a casa sin cumbre pero, allí arriba, debes decidir en pocos segundos. Se trata de decir: Hi, mutil, arre edo ixo (seguimos o volvemos)". En pleno mes de enero de 1998, Félix y Alberto Iñurrategi trataron en vano de escalar el Manaslu, que con 8.163 metros era y sigue siendo la octava montaña más alta del mundo. Era su tercer intento. Casi siempre elegían una vía poco frecuentada o se exigían un plus. En este caso, se trataba de ser los primeros vascos en completar una ascensión invernal a un ochomil. No lo consiguieron. Aplicaron la máxima de que una retirada a tiempo es una victoria, regresaron al campo base e hicieron el petate junto a Josu Bereziartua, el tercer miembro de la expedición. En las declaraciones a Euskadi Irratia que se reproducen al comienzo de esta Mesa de Redacción, Félix Iñurrategi describía de manera tan gráfica los porqués de la renuncia a seguir con la ascensión, pese a que se encontraban a 7.600 metros de altura, que lo guardé en el disco duro que cada uno tenemos en el cerebro. Una retirada a tiempo, siempre es una victoria. En el Manaslu, en el Annapurna, en el Aneto y en el Txindoki. Ninguna montaña merece una vida y ningún montañero desea morir a 7.000 metros. Viendo la imagen de Juanito Oiarzabal ayer, recién ingresado en un hospital de Zaragoza (la tienen en la página 47 de este periódico), uno se pregunta si su última cumbre merece la uña de uno de sus ya castigados pies.
miércoles, 28 de abril de 2010
Un año en Jamaica
Un año lleva ya en Jamaica. Sentado bajo una palmera, escribiendo frenéticamente en el portátil, con una botella de güisqui a mano y al son de la música de Emmylou Harris, como genialmente lo retrataron Ricardo&Nacho hace ahora doce meses en la tira de El Mundo. Parece que fue ayer, pero ya ha pasado un año de la muerte de Javier Ortiz, un tipo contracorriente al que daba gusto leer. Hay columnistas que se convierten en parte de tu desayuno. Te gusta leer sus textos porque siempre te aportan lucidez y te invitan a reflexionar. Ortiz era uno de ellos. Su columna bastaba para amortizar la compra del periódico en el que firmara sus artículos, ya fuera El Mundo o Público. Para quienes aún hoy usamos la brújula para orientarnos por el mundo de los blogs y las redes sociales, Ortiz fue todo un descubrimiento. No había que esperar a su columna semanal, porque todos los días colgaba una en su bitácora de Internet, esa misma web (luego renovada) que hoy siguen alimentado sus amigos. Y esos mismos amigos que este viernes han organizado un homenaje en el Koldo Mitxelena de Donostia, impulsado por Alternatiba y apadrinado por las Juntas Generales y la Diputación. Con el título de El compromiso de Javier Ortiz, se celebrará una mesa redonda (19.00 horas) moderada por Mariano Ferrer, en la que participarán la actriz Arantxa Gurmendi, el periodista Ignacio Escolar, la magistrada Garbiñe Biurrun, el escritor Rafael Chirbes y el blogger Mikel Iturria. Jabier Muguruza y Ángel Unzu cerrarán el acto con un par de canciones en directo. Salud, Javier.
domingo, 25 de abril de 2010
Obituarios
Hay secciones de un periódico que los lectores evitan como la peste. Quienes aborrecen el fútbol cogen la pértiga y pasan de Economía a Cultura, los hay que no leen ni línea de Política porque los ídem no hacen más que gastar las palabras, y también abundan quienes no leen una línea de las páginas de Opinión, salvo que el opinador de turno trate un asunto cercano a sus intereses. De todo hay en la viña de los lectores. Al que suscribe, por ejemplo, no le gustan los toros (salvo alguna corrida en Sanfermines, y no propiamente por los morlacos) pero no me perdía ni una sola crónica del fallecido Joaquín Vidal, que firmaba textos exquisitos en El País. A veces ni siquiera versaban sobre toros. Una delicia de artículos. Los obituarios son otro género en el que se encuentran buenas piezas. A un servidor le dan cierto yuyu las páginas de esquelas (será porque tarde o temprano vamos a pasar por ahí), pero los obituarios son otro cantar. Esta semana ha habido a montones acerca de la figura de Juan Antonio Samaranch. Por lo general, tienden a ser textos laudatorios del finado. Pero hay excepciones. Sabido es que el ex presidente del COI no caía simpático en el mundo anglosajón. Tampoco después de muerto. Ahí tienen si no al periodista de The Guardian John Rodda, especializado en olimpismo. El tipo murió el 3 de marzo de 2009, pero como legado dejó escrito ¡el obituario de Samaranch! O sea, que el texto ha estado en la nevera trece meses hasta que fue publicado el miércoles por el diario británico, y no precisamente para lanzarle flores al dirigente catalán.
viernes, 23 de abril de 2010
Xoldokogaina
Un cachondo el islandés que puso nombre al volcán. Eyjafjalla parece ser que se llama el montecillo que escupe lava y cenizas porque, la verdad, lo he leído de más formas que maneras hay de cocinar el cochinillo al chilindrón. Hagan la prueba a pronunciar el nombre del volcán y les resultará tan complicado como si ponemos a un islandés a decir Xoldokogaina, que, para más señas, es el monte que se encuentran encima de Biriatu cuando cruzan la muga en dirección a Iparralde. Dicho de otra forma, el primer monte que surge en la cadena de los Pirineos si se hace la travesía desde Hondarribia a Portbou. Que se sepa, no hay visos de que a corto plazo vaya a entrar en erupción, el Xoldokogaina, digo. A lo que iba. Que el único volcán que conocíamos por estos lares es el volcán de Barakaldo, alias del ciclista Juan Tomás Martínez, uno de aquellos torerillos de Miguel Moreno que corría en el Zahor. El caso es que el volcán ha puesto patas arriba Europa y ha devuelto a la actualidad un medio de transporte que creíamos en peligro de extinción: el autostop. Durante estos días, más de uno hemos visto a viajeros desesperados a pie de cuneta, cartel en ristre y maleta a cuestas, buscando un vehículo caritativo que les llevara a su destino. Uno pensaba que el autostop estaba en desuso, excepción hecha de los días previos a los Sanfermines, en los que siempre te topas con una buena ristra de mochileros, pero va a ser que no. Vuelve el autostop. Vemos a los autoestopistas y recordamos con nostalgia la tira de horas que metimos poniendo el dedo pulgar en alto. A nosotros nos paraban, ¿pararíamos ahora nosotros?
sábado, 17 de abril de 2010
Prólogos
Tengo un amigo que está enfermo. El chaval lee todos los días ocho periódicos, de pe a pa, de la portada a la contraportada. No es de los que se salta secciones (ya saben, hay quien pasa de Política a Deportes, sin pasar por Economía, o quien nunca lee Deportes, e incluso quien sólo lee el horóscopo y las esquelas). La enfermiza dependencia de mi amigo de la prensa en papel o escrita (como prefieran) no tiene, de momento, nombre, pero se admiten propuestas. Lee tantos periódicos y tan variados que apenas tiene tiempo para la lectura de libros, aunque una de sus pasiones confesables es quedarse embobado observando el muestrario de obras que ofrecen los escaparates de las librerías. Desde hace poco, dado que no saca horas para los libros, le ha cogido el gusto a leer, al menos, los prólogos. Hace unos días cayó en su manos la reedición de Bajo los cielos de Asia (Saga Editorial), la obra póstuma del montañero Iñaki Ochoa de Olza. El prólogo es emotivo, precioso, está firmado por Jorge Nagore, a quien ustedes pueden leer todos los domingos en la contraportada de este periódico y que en breve publicará con la misma editorial No querían ganar, que recrea el Tour de Francia de 1983 y la eclosión de corredores como Delgado, Arroyo y Fignon. El prólogo, los prólogos, tienen la ventaja de que te los puedes leer en un pis pas. Por ejemplo, mientras haces la compra en el Carrefour. Hace unos días, mi amigo hizo la prueba. Tomó Más vale pedir perdón que pedir permiso, en el que Jordi Évole, El Follonero, cuenta los entresijos de Salvados. El prólogo lo firma Quim Monzó y es de los que te arrancan una sonrisa.
lunes, 5 de abril de 2010
Segundones
Contaba ayer Raymond Poulidor en este periódico que durante su fabulosa y larguísima etapa como ciclista profesional nunca se levantaba por la mañana con la idea de ganar la carrera que tocara ese día. Quizás esa voracidad por ganar que sí mostraron Jacques Anquetil, Eddy Merckx o Bernard Hinault hizo que nunca lograra el Tour (fue tres veces segundo y cinco veces tercero), aunque se ganó la simpatía y la admiración de todo un país. Poulidor, Pou Pou, ha quedado retratado para la posteridad como el eterno segundón, una descripción con tintes peyorativos que no se ajusta a su palmarés. Junto a Joop Zoetemelk (seis veces segundo en el Tour, aunque lo ganó en una ocasión), Poulidor representa el segundo escalón del podio, ése del que nunca nos acordamos cuando hacemos memoria. Siguiendo con el símil ciclista, y ya que estamos a las puertas de otra Vuelta al País Vasco, ¿alguien se acuerda de qué corredor fue segundo tras Alberto Contador en la general de la edición de 2009? ¿Recordamos quién acabó segundo en la Vuelta y en el Giro del año pasado? ¿Y en los últimos Juegos Olímpicos de Pekín, quién fue segundo tras Usain Bolt? Los segundos también cuentan, aunque nuestra memoria colectiva sea tan selectiva. Así que, para que quede en los anales, recordaremos a quienes ayer rozaron el triunfo pero se quedaron a un paso. Tom Boonen en el Tour de Flandes, Mark Webber en el Gran Premio de Malasia de Fórmula 1, Gonzalez y Laskurain en la final del Parejas, y Tomas Berdych y Venus Williams en el Master 1000 de Miami.
domingo, 4 de abril de 2010
Una de planes
Como por estas santas tierras disfrutamos de una Semana Santa más larga que en la mismísima Sevilla (en la capital hispalense mañana es jornada laboral), durante estos días tenemos tiempo de ocio como para aburrirnos hasta de nosotros mismos. Que no está nada mal, oiga. Si usted es de los de culo inquieto y tira millas, el jueves, o antes, puso pies en Polvorosa y estará agotando sus últimas horas en el palacio de Schönbrunn de Viena, en los fiordos de Noruega, en la playa de Papagayo de Lanzarote o en la punta del Arlas. Qué se yo. El jueves, si uno se asomaba a la A-8, parecía que toda Gipuzkoa y parte de Bizkaia se marchaban a Las Landas y nos quedábamos aquí cuatro pringaos. Purita envidia que sentíamos los que ahora les tomaremos el relevo. Si usted es más de hacer escapadas por casa, por lugares que están aquí al lado y hace tiempo que no visita, tiene un par de días para disfrutar. Aquí va un plan para mañana. Su destino es Xareta, la agrupación que engloba a Sara, Urdazubi, Zugarramurdi y Ainhoa; previa parada en Ezpeleta. En esta última localidad se celebra mañana una feria en torno a su producto más preciado: la biperra (pimiento). De camino a Sara, donde un año más se organiza en el polideportivo el Euskal Idazleen Biltzarra, es obligatoria la parada en Ainhoa, que prepara sus mejores galas para el verano. Comprados los libros en Sara, se dirige a Zugarramurdi por la Benta Berruet (la ruta tiene más encanto que la tradicional por Dantxarinea) para hacer una visita al Museo de las Brujas y a las menos conocidas, pero no menos atractivas, cuevas de Urdazubi. Que le aproveche.
viernes, 2 de abril de 2010
Turismo de basura
Conocíamos el turismo de playa, el de monte, el de cruceros, el sexual, el de fin de semana, el de lugares con encanto, el de balneario, el de nieve y hasta el espacial, y ¡toma ya!, de repente descubrimos el turismo de basura, que no es lo mismo que la basura de turismo. Para los no iniciados, diremos que el turismo de basura de momento se practica en Usurbil y localidades cercanas, y consiste en pasar olímpicamente del sistema puerta a puerta de recogida de residuos sólidos urbanos, que es la fórmula políticamente correcta de denominar a lo que toda la vida hemos llamado "tirar la basura". Los practicantes del turismo de basura (no hay estadísticas) se caracterizan por depositar los desperdicios en municipios ajenos al suyo (normalmente próximos) y evitan ejercitar el puerta a puerta. Sirva todo este preámbulo para confesar que, aunque no resido ni en Usurbil ni en ningún pueblo próximo, hace tiempo que practico el turismo de basura. De forma esporádica e involuntaria, pero lo confieso y me flagelo (son fechas apropiadas). Algunos días salgo de casa, meto la basura en el coche porque el contenedor está de camino al trabajo y, despistado de mí, olvido depositar la bolsa en su lugar correspondiente. A la media hora, justo cuando llego a Donostia, la peste me recuerda que he olvidado tirar la dichosa bolsa, así que la pobre cae en el primer contenedor que encuentro. Hay días peores en los que el olor no avisa enseguida sino cuando coges el coche después de la jornada laboral. "Incívico" y "responsabilízate de tu mierda" es lo que me ha espetado por aquí una colega donostiarra. Razón tiene.
jueves, 1 de abril de 2010
Un periódico y un café
aseguran las malas lenguas que la lectura de prensa en formato de papel, ese ejercicio que está realizando usted ahora, está en peligro de extinción. Que tiene los años contados, vamos, porque Internet se va a zampar todo el pastel. Afirman que ese goce que consiste en comprar un par de cruasanes, calentar un café con leche y leer el periódico (de la portada a la contraportada, o viceversa), se marchita. Que las generaciones que nos tomen el relevo seguirán calentando el café con leche, pero para llevárselo a la habitación, encender el ordenador y repasar las noticias del día. Que estarán más familiarizados con la pantalla que la tinta. Nos cuentan también (y no les falta razón) que el inabarcable mundo de los blogs ha abierto una inagotable fuente de información, aunque no todo lo que mana de las millones de bitácoras sea potable. Es crucial distinguir el grano de la paja, aunque cierto es que el boom de los blogs ha provocado una especie de reciclaje del periodismo hacia otros formatos desconocidos hasta hace nada. En esas estábamos cuando nos llegan, una tras otra, noticias de que dos de los periódicos punteros del mundo (The Times y Le Monde) van a cobrar un peaje por acceder a sus contenidos en Internet. The Times lo hará a partir del 1 de junio al precio de una libra (1,1 euros), es decir, lo mismo que vale el periódico en papel. Le Monde pedirá quince euros al mes por ver en Internet todo lo que publica en su edición impresa. Si esta tendencia se extiende, ¿bajaremos a por el periódico y los cruasanes a la tienda de la esquina o nos llevaremos el café con leche a la habitación?
martes, 30 de marzo de 2010
Un cincel del 8
Sorpresas te da Internet. Un amigo poco ducho en lo que se viene a llamar las nuevas tecnologías (que siguen siendo nuevas aunque estén implantadas desde hace más de una década) se acaba de zambullir en el desconocido (para él) mundo de las descargas cibernéticas. Recientemente firmó con una compañía de telefonía un contrato de ADSL (para disponer de la línea más cara y lenta de Europa) y bucear a sus anchas por la Red. El tipo se ha ido aficionando al asunto (todo es empezar, y más en Internet) sin más asesoramiento que el que recibe metiendo horas frente al ordenador. Hace unos días aprendió a bajarse canciones y películas. Lo hizo de tapadillo, no fuera a ser que de repente aparecieran por su habitación Teddy Bautista y las huestes de la SGAE, y acabara el buen hombre en el trullo. Su bautismo en las descargas lo hizo con el último trabajo de Emilio Aragón, por siempre conocido como Milikito. Pájaros de papel se llama la peli que presentó hace nada y Pájaros de papel tecleó nuestro amigo el internauta en el buscador. Al cabo de unas horas, completada la descarga, abrió el archivo y comenzó a visionar las primeras imágenes. La primera escena mostraba a una exuberante dama lamiéndose el dedo índice en una actitud digamos que provocativa. En la siguiente escena aparecía, sobre una cama blanca de proporciones gigantescas, un pedazo de negro con un cincel del 8, también de proporciones gigantescas. Vamos, que ni ella era Carmen Machi ni él era Imanol Arias. Sorpresas te da Internet.
domingo, 21 de marzo de 2010
Fuentes y contrastes
contaba hace tiempo un ex alto cargo del Gobierno Vasco que detrás de algunas informaciones periodísticas sobre la labor de las fuerzas de seguridad contra ETA había mucho de novela y algo de literatura. Venía a decir que había que examinar con lupa algunas noticias, reportajes y análisis de determinados periodistas porque la falta de contraste resulta palmaria. En la lucha contra ETA, la fuente que informa al periodista siempre es de una parte (mayormente políticos, gobernantes o dirigentes y miembros de las distintas policías) y, obviamente, al otro lado no hay con quién contrastar la historia. Y no sólo sucede en la lucha contra ETA sino en lo que se viene a llamar el conflicto vasco. Imanol Murua, en el libro Loiolako hegiak, sobre la trastienda de las conversaciones entre el PSE, Batasuna y el PNV, relata que en la primera filtración sobre las reuniones de los tres partidos, El Correo aseguró que el encuentro se había celebrado en Elizondo, seguramente porque en alguna escucha telefónica se captó la expresión eliz ondoan. También cuenta que Rodolfo Ares no sabía dónde está Elizondo, pero tampoco es raro. Durante la tregua posterior al Acuerdo de Lizarra hubo quien dijo sin pestañear que Estella-Lizarra estaba al lado de Isaba. Hombre, al lado, lo que se dice al lado... En fin, que, anécdotas al margen, en algunas informaciones sobre la lucha contra ETA hace tiempo que se ha extendido el todo vale, las prisas, las primicias que no son tales, el blanco o negro, y las detenciones cuasitelevisadas. Hoy son cinco bomberos y mañana un circo con sus payasos, con todo el respeto a los colegas de Fofó.
jueves, 18 de marzo de 2010
Una suerte de concierto
Recién iniciado el año, cumplo un ritual al que se han enganchado algún que otro amigo y algún que otro pariente. Todos los años, a mediados de enero, envío un correo electrónico a la ilustre Filarmónica de Viena (www.viennaphilharmonic.com). La muy democrática orquesta te ofrece la oportunidad de asistir a uno de los tres conciertos que celebra entre el fin de un año y el comienzo del siguiente (el ensayo general del día 30, el Concierto de Nochevieja del día 31 y el Concierto de Año Nuevo) mediante una fórmula tan simple como rellenar una ficha con tus datos personales y especificar cuántas entradas quieres y a qué precio (para las de Año Nuevo, el coste oscila entre los 30 y 940 euros). Completado el registro (el plazo se abre el 2 de enero y se cierra el 23 del mismo mes), envías el correo electrónico y entras en un sorteo junto a decenas de miles de aspirantes a ocupar un asiento (también hay entradas de pie) en el Musikverein. Puestos a tentar a la suerte, echas a volar la imaginación y trazas el plan de viaje a Viena, la ciudad de la música por excelencia. E imaginas que compartes escena con los ricachones japoneses que pueblan las primeras filas, gastando palmas en plena Marcha Radetzky, sólo unos minutos después de que todos los músicos de la Filarmónica te hayan deseado un feliz año nuevo. En esas estás cuando recibes un correo electrónico de la orquesta en la que te comunica que, otro año más, no te ha tocado ni media entrada en el sorteo y que lo vuelvas a intentar para el concierto de año nuevo de 2012.
viernes, 12 de marzo de 2010
"Exploit lyonnais"
"Exploit lyonnais, exploit lyonnais" ("hazaña lyonesa"), exclamaba la noche del miércoles el comentarista de TF1, recién consumado el Lyonazo en el Bernabéu. Alucinaba el hombre, y no era para menos. El Madrid-Olympique ejemplifica como pocos partidos el tremendo desfase que se vive en el fútbol de elite. No es que todo sea negro o blanco, es que hace tiempo que la gama de grises ha desaparecido por completo. Se pasa de la euforia al fracaso en 48 horas, sin ton ni son, sin un mínimo análisis sosegado y con todo un coro de medios de comunicación haciendo la ola. Y no hace falta que el medio en cuestión sea exclusivamente deportivo, con una tendencia más acusada a hacer del forofismo su seña de identidad. El Mundo anunciaba el martes, en la previa del partido, que el Madrid quería llegar al descanso con un 3-0 en el marcador "para mandar un mensaje a Europa" (una nueva versión de lenguaje político trasladado al deporte). Hoy se ensalza al entrenador hasta la galaxia, y mañana se le crucifica, en una sucesión de titulares que no tienen un pase. La paciencia con los técnicos dejó de ser una gran virtud hasta en clubes como la Real, tradicionalmente modélico en este tipo de menesteres. Los entrenadores no tienen crédito ni para un par de semanas, azuzados por determinados periodistas que en las tertulias que pueblan radios y televisiones han adoptado lo peor de la prensa rosa: quien grita más alto cree que tiene más razón que el contrario, el ataque personal es la mejor defensa y cuanto más forofo sea el tertuliano, mejor.
miércoles, 10 de marzo de 2010
Como que no lo veo
que me perdone Iñaki Arriola, pero como que no veo lo del metro soterrado entre Irun y Hondarribia. Incrédulo me llaman por aquí. Recorro mentalmente el trayecto entre el paseo Colón de Irun y la playa de Onddarbi, y como que sigo sin verlo. Será que tengo la mente contaminada como conductor de coche que soy. Pero como que no lo veo. Si no hay un triste bidegorri que una las dos localidades, ¿cómo puedo siquiera imaginar que se quiere abrir la tierra en canal para construir un metro como en el mismísimo Indautxu? ¿Cómo imaginarlo si hay un aeropuerto que no sabemos si despega o aterriza, que tiene unas tarifas más caras que la exclusiva de Anne Igartiburu en bolas? ¿Cómo imaginarlo si el imaginario suburbano entre Irun y Hondarribia, que hace unos años se parió con forma de tranvía, es uno de tantos proyectos que se anuncian un día sí y se olvidan otro día también? El proyecto de metro soterrado del Bidasoa es sólo uno de tantos que viene a reafirmar aquello de que el papel lo aguanta todo. Cierto es que sin proyectos no se alumbran luego realidades. Pero es que nos atiborran con tantas infografías y maquetas (la última de la bahía de Pasaia era ideal de la muerte, que diría la pija) que ya no nos creemos nada. Entre proyectos y planes pioneros (palabra favorita donde las haya de algunos alcaldes y concejales), llenamos más páginas que la trilogía de Millennium. A veces hasta ponemos fecha a los proyectos. Alguno debería estar inaugurado hace cinco años y, fíjate, todavía no tiene ni presupuesto.
lunes, 1 de marzo de 2010
El apocalipsis (y II)
Ahí sigue el árbol que se ve tras la cristalera de esta redacción. Más tieso que la armadura de Nacho Vidal en acción. Se diría que la ciclogénesis explosiva no ha ido con él. Eso, o que en la avenida de Tolosa disfrutamos de un microclima como el de Las Landas. Ya saben, si en pleno mes de julio aquí cae un maná de agua, 40 kilómetros más arriba de Baiona hace un sol que te deja un bronceado tipo Flavio Briatore. Ayer dejamos el caso Xynthia con unos pronósticos que nos anunciaban el apocalipsis meteorológico. Así que cuando cerramos el garito después de meter más horas que un controlador aéreo, comprobamos in situ los efectos de la bomba-viento. Así, de sopetón, eso de que a las doce de la noche del 27 de febrero la temperatura sea de 18 grados como que te descoloca. Hace un par de semanas se te congelaba el moco y ahora puedes caminar en mangas de camisa. Esto no es serio, señores. No sabes si vives en la República Dominicana o en Escandinavia. Para aquellos que nos aventuramos a pisar la calle (más por la obligación de volver a casa que por puro morbo), la noche guardaba una de esas sorpresas que te encuentra pocas veces. La A-8 toda tuya. Ni rastro de camiones, pocos coches y, eso sí, una numerosa cuadrilla de currelas trabajando día y noche para acabar el enlace del Segundo Cinturón con la A-8 en Errenteria. Acaba la ciclogénesis, le vamos a poner hasta banda sonora (Fly me to the moon, cantada por Frank Sinatra). Que tengan un buen día. Mañana... sol y buen tiempo.
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